jueves, 28 de julio de 2005

In memorian: Romano Scarpa y Bruce Hamilton



Reciente fotografía de Romano Scarpa.



In memoriam: Romano Scarpa y Bruce Hamilton

Un dato que ha pasado prácticamente desapercibido entre los medios relacionados con la historieta en España es la desaparición tras larga enfermedad, el pasado 25 de abril, de Romano Scarpa, uno de los más importantes dibujantes de Italia de entre los numerosos que han trabajado en dicho país para la marca Disney.


Nacido en Venecia el 27 de septiembre de 1927, debutó artísticamente a finales de los años cuarenta en el campo del cine de animación, realizando entre otras producciones, en 1951, el cortometraje La piccola fiammiferaia (La pequeña cerillera), adaptación del cuento de Andersen.

En 1953 realiza para la revista Topolino (nombre italiano de Mickey Mouse) su primera historieta con personajes disneyanos, protagonizada por Blancanieves. En una época en la que Mondadori, editor de Topolino, empezaba a aumentar el material Disney “made in Italy”, al no ser suficiente el procedente de Estados Unidos, para alimentar la publicación, que pronto pasaría de quincenal a semanal, Scarpa se convertiría así en uno de los decanos de una larga escuela de artistas italianos que, a lo largo de más de medio siglo, han alimentado los tebeos Disney de su país y del resto del mundo, incluyendo otros nombres como Giorgio Cavazzano, Marco Rota, Giovanni Battista Carpi, Luciano Bottaro y docenas más.

Uno de los más prolíficos colaboradores de Topolino, Scarpa llegaría a producir a lo largo de su carrera cerca de 450 historias protagonizadas por la variopinta fauna del sello Disney. Hábil tanto en las historias de Donald como en las de Mickey, si bien se especializaría sobre todo en este último, sería influenciado notablemente por Floyd Gottfredson, reintroduciendo en sus historias personajes creados por este último para las tiras del ratón, tal como el villano The Phantom Blot (en España, “Borrón el Encapuchado”) o el extraterrestre Eega Beeva. Llegaría incluso a idear sus propios personajes, enriqueciendo con ello el “universo Disney”, tales como Brigitta MacBridge, la novia del Tío Gilito; Trudy, la novia de Pete Patapalo; el embaucador Filo Sganga (“Hilofino” en las traducciones españolas) o la adolescente Paperetta Ye-Yé, entre otros.
Algunas de sus historias han llegado a abarcar varios cientos de páginas, como La dinastia dei Paperi (La dinastía de los Patos), elaborada saga sobre los antepasados de la familia Donald a través de los siglos, publicada por entregas en 1970 en Topolino. Acaso su creación más personal sea Codino, un impulsivo caballito de mar protagonista de una única historia aparecida en la navidad de 1961 en Topolino, muy en la línea de la serie de cartoons disneyanos de los años 1930 Silly Symphonies.

Ocasionalmente, volvió a colaborar en la animación, realizando en 1976 el mediometraje de tema navideño Il Quarto Re; uno de sus últimos trabajos en este campo fue diseñar los personajes de la serie televisiva Las aventuras de Marco y Gina, ambientada en su Venecia natal y coproducida por varias cadenas europeas, incluyendo Televisión Española. Entre otros galardones, fue premiado en 1990 en Lucca con el Yellow Kid por el conjunto de su obra.

Casi desconocido en nuestro país –pese a residir, paradójicamente, en Málaga desde principios de los noventa, donde ha fallecido recientemente- no pocas de sus historias fueron publicadas, de manera anónima –al igual que, hasta tiempos recientes, todo el material historietístico con la firma de Walt Disney-, en los años 1970 y 1980 en el entrañable semanario Don Miki, incluyendo la ya citada 'Dinastía de los Patos'. Más recientemente, los tomos de la serie Clásicos del cómic –vendidos junto con el diario As y otros rotativos- dedicados a Donald y Goofy contienen cada uno una historia de Scarpa .

Murió el editor de Gladstone
Otro nombre importante relacionado con la historieta disneyana, si bien no como artista, que hemos perdido recientemente es Bruce Hamilton, fallecido el pasado 20 de junio. Una de las personas que más contribuyó a hacer de Carl Barks un autor de culto, Hamilton fundó en 1970 junto con Russ Cochran la compañía Another Rainbow, actuando como agente del maestro de los patos disneyanos y comercializando los óleos y litografías que éste elaboró tras su retiro como historietista. En 1983, Another Rainbow lanzó la Carl Barks Library, que reeditaría las más de 500 historias realizadas por Barks en volúmenes de lujo, y dos años después Hamilton crea el sello Gladstone, bajo el cual relanzaría los comic books Disney para el mercado estadounidense.


Informó: Alfons Moliné