jueves, 25 de septiembre de 2014

EL ROTO. LA GRIETA PARA COMPRENDER EL MUNDO



"En un mundo atestado de imágenes que deslumbran haciendo que la sociedad y la vida como espectáculo continúe, las viñetas de Rábago –así como las de otros artistas satíricos– aparecen como pequeñas interrupciones, como rotos que invitan a la reflexión, que nos advierten o insinúan que el emperador va desnudo."

Esta brillante frase está extraída de las conclusiones del segundo artículo que Pablo García ha publicado en Tebeosfera. Los dos trabajos de este investigador de la historia del arte sobre los aspectos plásticos y temáticos de la obra de Andrés Rábago constituyen, en su conjunto, la más atenta y perspicaz aproximación a la obra del sátiro conocido como El Roto.
Las viñetas de este "filósofo gráfico", ya desde sus primeros trabajos publicados en pleno franquismo, daban fe de que iba más allá del llamado humor gráfico. Su actitud satírica era y es pesimista con respecto al orden social (que en su obra queda "desdibujado") pero al mismo tiempo abre un canal que aumenta nuestra percepción de la sociedad contemporánea.
Como dice el autor de estos ensayos, Rábago abre un "roto", un resquicio en el tejido de lo irreal, por el cual se puede entender un poco mejor lo real.

RADIOGRAFÍAS DE UNA SOCIEDAD

Tebeosfera. Resquicios de realidad.

jueves, 18 de septiembre de 2014

BRUGUERA. TERCERA GENERACIÓN

Hubo una generación de dibujantes en la última etapa de Editorial Bruguera, que los aficionados conocen como "tercera generación", en la que surgieron algunos autores que refrescaron el panorama del cómic infantil en España.
Llegaron tarde, algunos procedentes de otras empresas que quisieron renovar el panorama tebeístico español, fundamentando sus trabajos en las excelentes series que se publicaban desde los años sesenta en las revistas Pilote y Spirou. Aportaron algunos personajes interesantes y luego, cuando Bruguera quebró, acabaron desperdigados por otros sellos y en otras tareas, como la pintura.
Testigo de aquel final de toda una época (y de una industria) fue Joan March, el padre de Tranqui y Tronco o del entrañable Mini-Rey. Le entrevistó Jordi Riera Pujal. 

JOAN MARCH, DIBUJANTE DE HISTORIETAS

Tebeosfera. Testigos del tebeo.

lunes, 15 de septiembre de 2014

TODO UN PROFESIONAL

A veces nos olvidamos que en una industria editorial, más allá de las estrellas y los famosos, existe todo un conglomerado de personas desconocidas para el gran público que hacen posible que todo siga funcionando. Nuestra depauperada historieta poco parece ya una "industria", pero hubo un tiempo en que proliferaban las publicaciones semanales, y las agencias de dibujantes no dejaban de recibir trabajo. Uno de esos artistas ajenos a la fama nos brinda hoy el relato de sus vivencias, desde sus inicios en Editorial Bruguera hasta su paso por diferentes agencias con proyección internacional. Nuestro colaborador Jordi Riera es quien hace posible que conozcamos más a fondo los entresijos de lo que fue nuestra historieta y a la persona que es Antoni Bancells.



Tebeosfera. Importantes aunque desconocidos.

lunes, 8 de septiembre de 2014

BIOGRAFÍAS EN SERIE


El cómic biográfico parece vivir una época dorada, a tenor de la cantidad creciente de títulos que aparecen desde hace algo más de una década (más de 700 títulos tenemos contabilizados en lo que va de siglo XXI en el Gran catálogo de la historieta). Como es natural, existen multitud de tratamientos y enfoques a la hora de exponer las vidas de los sujetos en cuestión.

Manuel Barrero reseña tres tebeos recientes que se acercan al relato biográfico de maneras muy distintas, con tres acercamientos diferentes sobre la vida y la obra de los personajes en los que se basan. Estas obras son: el cuarto número de Pepe, el último trabajo de Carlos Giménez sobre el historietista Pepe Gonzalez; La voz que no cesa de Ramón Pereira y Boldú que narra la vida del poeta Miguel Hernandez; y El caso Maiakovski de Laura, un trabajo que se acerca al universo del poeta y revolucionario ruso Vladímir Maiakovski.






La reseña, a golpe de ratón:
BIOGRAFÍAS EN/CON SECUENCIA

Tebeosfera. Reseñas en serie.

viernes, 5 de septiembre de 2014

EL CÓMIC QUE VINO DEL FRÍO

El cómic ruso es prácticamente desconocido fuera de sus fronteras. Sin contar con la obra del ucraniano Igor Baranko, autor de aquella recordada El emperador océano sobre una Rusia distópica, en España hemos podido disfrutar de muy pocos tebeos de autores rusos, apenas un par de obras propagandísticas editadas en Moscú en los años ochenta (Lenin y el estufista y Cien años de la tradición revolucionaria rusa) y algún intento de traspasar las fronteras rusas en los noventa como Aventuras del Capitán Donqui.

Los rusos han sido durante mucho tiempo los malos de muchos tebeos bélicos, de espías o de superhéroes, pero tampoco se han prodigado mucho las obras que tratan sobre la antigua Unión Soviética desde una óptica realista, histórica o biográfica, entre las que recordamos apenas un puñado: Partida de caza de Christin y Bilal, El Vals del Gulag de Lapiére y Rubén Pellejero, Íbicus de Rabaté, Lo que el viento trae de Jaime Martín, Laika de Nick Abadzis, División azul de Fran Jaraba, Cuánta tierra necesita un hombre de Miguel Ángel Díez, La guerra del profesor Bertenev de Alfonso Zapico o Chagall en Rusia de Sfar.

Mucho menos frecuentes son las obras que denuncian la situación de la Rusia contemporánea, como Chernóbil - La Zona de Francisco Sánchez y Natacha Bustos o los necesarios trabajos periodísticos de Igort Cuadernos ucranianos: Memorias de los tiempos de la URSS y Cuadernos Rusos: La olvidada guerra del Cáucaso.

Nikolai Maslov es la excepción: un autor autodidacta, alejado de los círculos comiqueros rusos con una obra muy personal de escasa difusión en Rusia, que sin embargo traspasó la estepa siberiana, consiguiendo publicar con cierta regularidad en Francia, algo que le granjeó no pocos enemigos en su país. En España pudimos disfrutar de uno de sus trabajos hace unos años: Los hijos de octubre, dentro de la colección Graphic Journal de Norma.

El profesor de la Universidad de Washington José Alaniz, especialista en cómic y en lenguas eslavas y autor del imprescindible libro Komiks: Comic Art in Russia, nos regala un interesante texto sobre Maslov, que profundiza en las razones del lento desarrollo de los cómics autobiográficos en la Rusia post-soviética:

AUTOBIOGRAFÍA EN LOS CÓMICS RUSOS POSTSOVIÉTICOS: EL CASO DE NIKOLAI MASLOV

Tebeosfera. Desde Rusia con tebeos.

lunes, 1 de septiembre de 2014

LA ODISEA DEL CÓMIC GRIEGO

El desarrollo del cómic en Grecia fue muy tardío respecto al de otros países europeos, con unos inicios a finales de los años cuarenta del siglo XX y una lenta progresión en las décadas siguientes hasta su eclosión hacia finales de los años setenta. Su auge perduró hasta el final de los noventa, en un periodo en el que los quioscos helenos se llenaron con todo tipo de publicaciones, mayoritariamente con material extranjero del Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Italia y España (que exportó con éxito personajes como Mortadelo y Filemón o El Capitán Trueno).



Durante el siglo XXI, a pesar de la profunda crisis económica que vivió (y vive aún) Grecia, que obligó a echar el cierre a las principales publicaciones periódicas, el medio sigue resistiendo, como demuestra la cantidad de eventos relacionados con el cómic que se desarrollan allí y el número de autores griegos que traspasa sus fronteras.

De todo eso nos habla Lida Tsene, miembro de COMICDOM, el colectivo dedicado a la divulgación de la historieta más activo en su país:

COMICS ODYSSEIA. PANORAMA DE LA HISTORIETA EN GRECIA

Tebeosfera. Tebeos por el mundo.