jueves, 30 de mayo de 2019

DE LA NOSTALGIA, EL RELATO




Resulta chocante que el vate y comentarista de tebeos Héctor Tarancón cite en su reseña de Ceniza a las superproducciones cinematográficas Infinity War y Endgame, ambas unidas por un nexo que es el que da título a la obra reseñada: la ceniza.

En efecto, en ocasiones el relato más convincente es el del trayecto pausado y frágil, que acaso se detiene en el recuerdo, o que concluye con una nostalgia ligera y veraniega. Recordemos que el villano de la epopeya cósmica en la que una miríada de superhéroes luchan por restablecer la vida de medio universo solo se siente feliz en esta misma circunstancia: esbozando media sonrisa nostálgica mientras contempla tranquilo un bucólico paisaje.

Por eso, quizá, el relato de Ceniza, obra de Serena Schinaia, sea tan hipnótico. Permite que Héctor te convenza tras leer su reseña:

DESPUÉS DE LLEGAR

Tebeosfera. Los recuerdos son las cenizas del tiempo.


lunes, 27 de mayo de 2019

EL CÓMIC, TESTIGO DE LA HISTORIA


Uno de los grandes atractivos de adentrarse en el cómic es que se trata de un medio relativamente joven, aún sumergido en un proceso de evolución al que estamos asistiendo, afortunados espectadores, en vivo y en directo. Algunos estudiosos exponen intuiciones razonables y verosímiles y, asimismo, se hacen esfuerzos por llegar a consensos críticos, pero, en el último segundo, la historieta se escabulle de entre las manos como un pez que se resiste a ser apresado. En cierta manera, si me permiten la hipérbole, es como si pudiéramos sentarnos a observar a los pintores de la cueva de Chauvet o, tal vez más fácilmente asimilable, como si escucháramos la recitación de Homero (sea figura histórica o concepto abstracto) al mismo tiempo que construye los fundamentos de la futura narrativa occidental. 

Este componente mutacional es excelentemente explicado por Tomás Ortega (Universidad de Sevilla) en nuestro artículo estrella del día. El teórico, autor del muy recomendable Las caras de la guerra. La Guerra Civil a través de los personajes de las viñetas (Asociación Cultural Tebeosfera Ediciones, 2018), pone el foco, previo apartado acerca de aspectos del lenguaje del medio, sobre las transformaciones experimentadas en el seno de la escena historietística española reciente. A lo largo de este paseo panorámico queda patente que el abanico de formas y contenidos es variopinto y que, especialmente, resulta notable, tanto cualitativa como cuantitativamente, la manera en que nuestros autores han atendido a la memoria traumática de la piel de toro en relación a la Guerra Civil y la dictadura. Con esto, el cómic se revela como ámbito propicio para otear el pasado y, en definitiva, compenderlo. Porque, más allá de recursos publicitarios, nada es propiamente atemporal: más bien al contrario, los artefactos culturales son hijos de su tiempo, y, en los casos más brillantes, capturan el zeitgeist para que generaciones venideras puedan echar la vista atrás y aprender. 

DE LAS HISTORIAS DEL TEBEO A LA NOVELA GRÁFICA HISTÓRICA. UNA EVOLUCIÓN PARTICULAR

Tebeosfera. La historieta nos absolverá.

jueves, 23 de mayo de 2019

LA DESPLAZADA REVISITACIÓN DE LA GUERRA CIVIL





















Cada vez es más habitual hacer coincidir todo lo que suena a posguerra o a franquismo, o incluso a tardofranquismo, con la Guerra Civil. El caso de la colección Hazañas Bélicas es paradigmático. En España no se pudo publicar apenas ningún tebeo bélico en la década que siguió al final de la Guerra Civil simple y llanamente porque el nuevo Código Penal castigaba muy duramente toda posible interpretación esquiva del poder del Ejército. Ningún editor, salvo alguno ligado al Movimiento, se atrevió a contar historias de guerra, y menos si transcurrían en la más reciente. La popular colección Hazañas Bélicas apareció diez años después, en 1948, propiciada por la enorme repercusión de la II Guerra Mundial, y en aquellos tebeos jamás salieron "rojos" ni "azules", aunque los malos siempre fueron los soviéticos, obviamente.
Revisitar el conflicto cainita mediante un tebeo alusivo a los de Toray que dibujaba Boixcar no deja de ser un ejercicio atinado, por lo simbólica que fue aquella colección, aunque no se ajuste a la verdad. Pero lo que sí que es acertado, ajustándose también a lo verosímil, es la propuesta que hace el buen lector Jesús Gisbert con esta reseña del integral de esta colección (publicada en su día por Glénat, recopilada hoy por Norma): recomendar su uso en las aulas para hacer comprender a las nuevas generaciones qué significó aquella guerra, o cualquier guerra. Gisbert disecciona estos tebeos con acierto y hace propuestas pedagógicas, dejando la duda en el aire, porque la rebeldía del adolescente es eso que sigue siendo impredecible. Como el estallido del odio entre los hombres.

NUEVAS HAZAÑAS BÉLICAS

Tebeosfera. No hay guerra buena, ni tebeo que bien la refleje.


lunes, 20 de mayo de 2019

RESOLVIENDO ENIGMAS PARA HACER DE LA DIDÁCTICA DEL CÓMIC UN NUEVO PARADIGMA



La relación de la crítica con la obra de Francisco Ibáñez daría para mucha literatura (¿de terror, quizá?) pero, sin duda, es innegable que sus creaciones han traspasado el espacio primigenio de las viñetas para alojarse en la memoria colectiva, especialmente por lo que se refiere a Mortadelo y Filemón. Más que una cabecera de historieta, la pareja de la T.I.A. remite a un fenómeno sociológico que no parece debilitarse con el paso del tiempo. Ubicuos en medios de comunicación y en conversaciones casuales de la cotidianidad por igual, el dúo dinámico del espionaje atolondrado forma parte del relato biográfico de muchos españoles y es por ello que resulta estimulante encontrar un artículo con un acercamiento refrescante que los disponga en la palestra bajo una luz nueva.

Así, en el texto de hoy Ramón Sánchez Verdú trae bajo el brazo una propuesta de trabajo para las aulas de secundaria a partir de las andanzas y desventuras de este par de dos de la extinta Bruguera. Con un ojo puesto en la mejora de la motivación del alumnado (ese preciado cáliz que persiguen los docentes), nuestro articulista desgrana un alentador proceso metodológico que consiste en enseñar contenidos de Ciencias Sociales a partir del concepto de los GeoHenigmas, esto es, el recurso a acertijos conformados por contenidos de Geografía e Historia. Dichos misterios se plantean con la perspectiva de incentivar la iniciativa investigadora de los estudiantes (es lo contrario, pues, a darles la información ya masticada: una suerte de variación del flipped classroom), por lo que entra en juego un componente lúdico que se constituye como ruta inequívoca hacia la competencia de aprender a aprender. Es en este contexto, finalmente, que las viñetas de Ibáñez adoptan un papel esencial para espolear el deseo de los alumnos de averiguar por sí mismos gracias a la fórmula característica de humor total que abarca desde el slapstick hasta la farsa pasando por la sátira política y el gag visual. 

Si les parece interesante, adéntrese sin demora y descifren el enigma de la didáctica: 
Tebeosfera. Los tebeos, geografía de nuestra crónica sentimental.

lunes, 13 de mayo de 2019

EN BUSCA DEL PATRIMONIO PERDIDO: EL CÓMIC COMO GRIAL DIDÁCTICO PARA DESCIFRAR EL PASADO


Arrebatados por el recuerdo de sus primeras lecturas, para muchos lectores el cómic es probablemente sinónimo de aventuras y descubrimientos. Y lo cierto es que el medio, al menos icónicamente, se nutre a menudo de la mitología de personajes entregados a la exploración incesante: merced a la proyección mental del lector, el mundo dibujado en las viñetas se desborda por entre las calles que (a veces) las separan y deviene en mapas complejos plagados de ciudades abandonadas y templos malditos, bien en latitudes exóticas o, más a menudo de lo que nos percatamos, a la vuelta de la esquina.     

Inspirados quizá por este poder evocador, Daniel Becerra Romero (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria) y Soraya Jorge Godoy (Consejería de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias) nos ofrecen un artículo en el que parten de la premisa de que la historieta, en comandita con el cine, ha funcionado a menudo como estímulo vocacional para arqueólogos e historiadores, profesiones fuertemente imbuidas de ética ciudadana en relación a la cultura puesto que el análisis ponderado del pasado predetermina lo que somos o, más bien, lo que decidamos ser (apunte que, añadamos, no es baladí que encuentre refugio en Tebeosfera, estandarte de la consideración del cómic como patrimonio bajo responsabilidad de todos los miembros de la sociedad). Así, haciendo acopio de ejemplos de diversa procedencia pero que encuentra su filón en oro en la rica tradición francobelga de reaprovechar los hitos pretéritos para hablarnos del presente, los autores destacan el papel del docente/investigador como mediador para salvar las interpretaciones anacrónicas y aplauden la tendencia cada vez mayor de tebeos que, aun en el reino de la ficción, depuran la base científica para elaborar recreaciones verosímiles del hecho histórico.

Si la enseñanza tiene algún correlato con la excavación de fosas en busca de tesoros perdidos, seamos osados y abramos esta particular tumba de Tutankamón que representa el artículo de hoy. En el peor de los casos, caerá sobre nosotros la maldición de todo lector de cómics, el fin del espacio para almacenarlos. Pero, si somos más sabios, habrá merecido la pena:

Tebeosfera. La vuelta al cómic en ochenta mundos.

viernes, 10 de mayo de 2019

LA FORJA DE UN TEBEOPARLANTE: EL SUPERPODER EDUCATIVO DE LA IMAGEN

Cualquier docente sabe que, a pesar de que el camino recorrido en favor de la penetración del cómic en las aulas remite a un paso firme, todavía quedan algunas etapas de alta montaña por afrontar. Así, elaborando la metáfora ciclista, podría decirse que es necesario aún que algunos esforzados de la ruta pedaleen con buen ritmo para proporcionarnos las herramientas didácticas que propicien la plena integración de la historieta en el ámbito pedagógico.

En esta línea, la precisa reseña de José Rovira-Collado (Universidad de Alicante) sobre La utilización del cómic para mejorar la expresión oral, la lectura y la escritura (Morata, 2016), de Steve Bowkett y Tony Hitchman, pone el foco sobre la potencialidad del cómic en favor de la planificación visual de la escritura y destaca, asimismo, la utilidad de su lenguaje intrínseco para con la producción inventiva en Educación Primaria y Secundaria. La conclusión, sin ningún atisbo de duda, es que la historieta es un instrumento metacognitivo de primer orden, tremendamente adecuado para la educación, no solo como objeto de lectura, sino también como punto de partida que fomente la creatividad, dado que el acto de dibujar es un placer primordial del ser humano. 

Si les interesa, atiendan a la reseña para conocer los detalles y no se arrepentirán:

HABLAR, LEER Y ESCRIBIR EN VIÑETAS

Tebeosfera. La historieta, lingua franca del futuro.

lunes, 6 de mayo de 2019

CUANDO LA LEYENDA SE CONVIERTE EN HECHO, IMPRIME EL CÓMIC



Quizá por su potencial para evocar, a menudo el cómic ha recurrido a tiempos pretéritos, bien fuera como elemento fundamentalmente iconográfico (por ejemplo, en la tradición del cuaderno clásico español de aventuras) o como parte esencial tanto en lo visual como en lo conceptual del entramado narrativo (la BD, como botón de muestra no excluyente, es pródiga en este modelo merced a Bourgeon, Hermann y otros). En todo caso, a la vista está que la historiografía y el cómic han estado siempre condenados (¡bendecidos!) a entenderse. 

En el artículo de hoy, elaborado por Adexe Hernández Reyes (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria), podemos observar precisamente cómo la historieta, bajo las pautas metodológicas adecuadas, se constituye a manera de herramienta didáctica sumamente dúctil para implementar la enseñanza historiográfica en las aulas de secundaria y bachillerato. Mediante la remisión a la saga de Las aventuras de Alix, de Jacques Martin, ambientada en los tiempos de Julio César, el articulista nos propone una travesía pedagógica a través del mundo clásico que atiende a aspectos diversos, desde la arquitectura hasta el papel de la mujer. Así, el rigor histórico de la obra de Martin (concretamente, de L'enfant grec, editada en álbum por Casterman en 1980) nos permite otear los vericuetos de períodos pasados de gran ascendiente en la conformación de nuestro mundo actual.

Si quieren averiguar, aparte de las implicaturas visuales, las planchas dominicales a todo color, el espacio entre viñetas, la Silver Age, las onomatopeyas narrativas, la línea clara y la escuela Bruguera, qué más han hecho los roma... esto, los tebeos por nosotros, infórmense aquí:
Tebeosfera. Haciendo historia con la historieta.

jueves, 2 de mayo de 2019

ARRIBANDO A LA ÚLTIMA THULE: UN MAPA PARA EXPLORAR EL CÓMIC

Parafraseando a Frank Zappa, ¿escribir sobre historieta es como bailar de arquitectura? Reflexión documentada o cita apócrifa, valga traerla a colación para cavilar sobre los misterios de este (Groensteen dixit) Objeto Cultural No Identificado denominado con varios nombres de guerra, sin duda un medio todavía lozano, con abundantes rutas aún por recorrer y con numerosas aproximaciones de análisis fértil pendientes de ser activadas. Así pues, cabe pensar, con aliento humilde, que este tiempo de meditaciones especulativas sobre la naturaleza de la historieta es un período de prueba y ensayo que, sí, arrojará conclusiones valiosas que perdurarán en el campo académico pero que, igualmente, alumbrará axiomas ahora aparentemente inamovibles y que, sin embargo, caerán antes o después en ruinas (y no por ello perderán su condición de bellos vestigios).

Mientras tanto, el mundo es para los valientes. En Cómics: manual de instrucciones (Astiberri, 2016) los dibujantes Roberto Bergado y Jesús Redondo y los teóricos y guionistas Pepe Gálvez y Antoni Guiral se atreven a proponer una suerte de brújula útil tanto para aprendices como para viejos lobos de mar, una visión panorámica del mundo del tebeo que extrae oro de la variedad de conocimientos que aporta cada autor. El resultado, como atestigua la reseña de Eduard Baile López (Universidad de Alicante), es un magnífico ejercicio de síntesis que fondea en todos y cada uno de los muelles en los que atraca el cómic, desde aspectos estrictamente artísticos hasta los condicionantes industriales. 

Para saber más (no prometemos que mejor), pulse aquí: 
Tebeosfera. Objetivo: la luna... ¿o era el cómic?