miércoles, 23 de marzo de 2005

Autobiographix


La cubierta, tumbada.

RESEÑA.- Autobiographix. A Dark Horse Collection. Libro de cómics, 100 páginas, b/n, Dark Horse, Milwaukie, 2003

Un libro que demuestra, según sus editores, que la historieta sirve para contar como ningún otro medio las interioridades del ser humano. Los autores que se han implicado en esta ocasión son: Sergio Aragones, Eddie Champbell, Paul Chadwick, Farel Dalrymple, Richard Doutt, Will Eisner, Paul Hornschemeier, Dan Jackson, Sean Konot, Jason Lutes, Linda Medley, Metaphrog, Frank Miller, Bill Morrison, Arnold Pander, Diana Schutz (Editor)
Digo en esta ocasión porque el librito de marras recuerda poderosamente al libro publicado por Fantagraphix hace un par de años, Streetwise, y que tanto nos gustó, aunque allí el espíritu que presidía era el de Kirby y el aroma a barrio de infancia.
Aquí los autores aportan propuestas algo menos intensas y resultan menos llamativos pero casi más interesantes por lo que cuentan, pues practican un acercamiento más sincero a su biografía si bien se centran, en su mayor parte, en lo anecdótico. En el caso de Frank Miller, utiliza sus seis páginas para ridiculizar a los implicados en la adaptación cinematográfica de Daredevil; Will Eisner recuerda uno de sus primeros rechazos cuando quiso comenzar a hacer historietas como profesional; Sergio Aragonés cuenta su encuentro personal con Richard Nixon; Jason Lutes hace una historieta absolutamente deliciosa que recuerda, en su modelo narrativo, a Scott MaCloud; Chadwick traza un relato reminiscente de Boucq en el que utiliza la trama mecánica y una narrativa lineal; William Stout -al que se le echa mucho de menos en el ámbito de las historietas- que recuerda un suceso con un niño tuerto; Bill Morrison se extiende con su aprecio infantil por Batman; Matt Wagner traza un símil entre historieta y cocina que le sale fatal; Eddie Campbell dibuja muy mal y no le leo; Stan Sakai tampoco pasa de la anécdota simplona (en París); y quizá la mejor reflexión personal -autobiográfica o no- sea la de Paul Hornschemeier, que cierra el libro, un delicioso cuento sobre la imaginación.
El libro fue escogido como candidato para los premios Eisner de 2004 (vio la luz en diciembre de 2003), pero no ganó.
Pero calidad tiene. Y un diseño exquisito, de Hornschemeier precisamente. Y qué bien huele.


Tebeosfera compró el libro a EE UU. Llegó por barco.

No hay comentarios: