viernes, 10 de junio de 2005

Una historia violenta, de Wagner y Locke (Astiberri)

Cubierta española, de Locke, y detalle

Una historia de violencia

RESEÑA.- Este tebeo, en España publicado bajo con título menos seductor que el original A History of Violence, es el que ha utilizado David Cronenberg como base para su última película, homónima, protagonizada por tres caracteres de envergadura: William Hurt, Ed Harris y Viggo Mortensen. Están citados acá ordenados por sus cualidades interpretativas; si bien los tres son grandes actores, algunos sentimos lástima que dos de ellos no fueran incorporados por los que en principio quiso el estudio, New Line Cinema: Harrison Ford y Nicholas Cage. Cage hubiera estado estupendo en el papel de Tom McKenna (Tom Stall en el filme).
Pero no hablemos del filme, sino del cómic. A History of Violence resulta ser la primera 'novela gráfica' publicada en Paradox, la nueva línea de DC dedicada a la historieta negra que comenzó dirigiendo Andy Helfer. Los avispados saben que la segunda fue Road to Perdition, obra de historieta que un productor avispado creyó oportuno llevar al cine naciendo así una gran película protagonizada por Paul Newman, Tom Hanks y Jude Law, otros tres grandes actores.


Estas historias sustentadas sobre triángulos de hombres rudos funcionan magníficamente en el género, cuya historia y recovecos casi todos ya conocemos debido a sus adaptaciones a la gran pantalla. A History of Violence es una entrega más de la historia de odios y furia que sólo podía haberse creado en los EE UU; mas, es una obra que viene marcada, ante todo, por el trabajo del británico John Wagner. El guionista es conocido sobre todo por su trabajo en Judge Dredd, serie de inusitado éxito en el Reino Unido y que sería el alma de 2000 AD por mucho tiempo, cuando a los futuros de aventura descritos en Dan Dare les sucedieron las sociedades agotadas y apremiantes donde las fuerzas del orden público eran también jueces y ejecutores. Wagner es un autor interesado en los límites de la crueldad humana y en la justificación de esos límites. Es evidente que no es un autor que se plantee cuestionamientos morales, lo suyo es describir estados desesperados consecuencia de actos punibles atenuados por el tiempo. O por una moral desdibujada.

Cubierta original


Eso ocurre en este tebeo apasionante (cuya cubierta invita menos a la lectura que la original americana, por cierto). Trata de un hombre que huye, de un pasado y de sí mismo. Ha huido de su familia, de sus amistades y del sentimiento de culpa. Es un hombre nuevo, de vida rutinariamente ejemplar en un rutinario pueblo del interior del país. Fue un hombre violento, antes, en la gran ciudad. Ante este planteamiento cabe preguntarse: ¿es el ámbito rural el perfecto sistema penitenciario? o ¿un hombre puede olvidar la violencia, por amar abandonará la rama podrida del crimen…? Wagner deja todo eso en el aire, sólo nos indica que ahora el delincuente es el perseguido y que debemos estar con él, sufrir con él. Y vaya si lo consigue. Al igual que Tom, el lector se ve incapaz de escapar de esta absorbente historia de violencia que de pronto brota a su alrededor. O de todas, pues el grueso tebeo es en realidad un cruce de historias presididas por la violencia. Juntas forman una maraña, una red, como la telaraña en la que a veces quedan presas las moscas.
Tom es la mosca de este relato, que ve que no puede abstraerse de la violencia y el crimen. Wagner, que no puede ocultar la ironía (obsérvense las pintas del proveedor de armas), traza un retrato de una sociedad también suscrita a la violencia, omnipresente en la televisión, palpable en la calle, fácil si se planea. La violencia está siempre ahí, oculta bajo la fina máscara de lo ordinario. Por eso no puede escapar el protagonista de ella; va con él. Aunque sus crímenes del pasado quedan atenuados por la idea de que los muertos entonces ‘se lo merecían’. He aquí otro escalofriante mensaje de este tebeo.

Cronenberg no se sintió atraído por la denuncia velada. Ni tampoco, creo yo, por el hecho de que el protagonista no parece querer redimirse. Al director le atrajo la crudeza de una historia que mostraba el terror disfrazado de cotidianidad. Como la araña y la mosca, que están en cualquier esquina, devorándose.
Es A History of Violence una gran historia de la que, en el tebeo, destacaríamos la labor de Wagner por saber imprimirle un ritmo seco, punzante; el adecuado. Además, introduce dos golpes de efecto al final que hurgan en la obviedad pero sortean lo predecible. De agradecer es también que el dibujo esté al servicio del guión. Vince Locke es ilustrador, pintor e historietista, por este orden, y se nota. Lo recordamos por Sandman, pero a partir de ahora rememoraremos el presente trabajo, muy bien orientado: con un trazo grave, acorde con la historia, que importa los elementos esenciales para el fondo y para los personajes sin interferir para nada en el relato, al cual aporta el ritmo óptimo.

Tanto Wagner como Locke contribuyen a la cruedad de esta historia de violentos que aparentemente quieren redimirse pero que están abocados a volver a provocar dolor.
Grata lectura, seguro que tan satisfactoria como la peli adaptada. Se aconseja disfrutar ambas.

UNA HISTORIA VIOLENTA. Guión: John Wagner. Dibujos: Vce Locke. Astiberri, Bilbao, 2005
Libro de historietas, encuadernado en rústica con solapas. 296 páginas, en b/n, 18 Euros


Reseña de Manuel Barrero. Tebeosfera recibió servicio de prensa de Astiberri.


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