miércoles, 22 de junio de 2005

Con buen talante, de Puebla

Cubierta y autocaricatura de Puebla

HUMOR DE ALTURA

RESEÑA.- No sé si existirá “el efecto mariposa”, esa descabellada teoría según la cual una pequeña y débil mariposa que agite un día, con su aleteo multicolor, el aire de Pekín, podría modificar los sistemas climáticos de Nueva York al mes siguiente. Sin embargo, no tengo la menor duda de que existe “el efecto Olivares”: el interés de un editor por difundir la obra humorística de los autores de su ciudad puede provocar la sonrisa en personas que se encuentran a varios miles de kilómetros de distancia de Murcia, afortunada ciudad donde fueron publicadas la mayoría de las obras rescatadas.
En abril de 2005 ha visto la luz el segundo volumen de la colección “La tira de gracia” de la editorial murciana Nausicaä, dirigida por el especialista e investigador del mundo del cómic y el humor gráfico Paco Olivares, que, como para desmentir ese lugar común que dice que segundas partes nunca fueron buenas, supera al primero no sólo en tamaño sino también en cuanto al peso específico del autor dentro del mundo del humor gráfico español. Si la colección se iniciaba (mayo de 2004) con el libro “Válgame Dios!” del valioso autor local Álvaro Peña (Murcia, 1968), el protagonista de esta acertada segunda parte es José Manuel Puebla Ros (Cartagena, 1970), agraciado dibujante que ha conseguido romper los barrotes de ese purgatorio artístico que es el ámbito local para situarse, gracias a sus publicaciones en revistas nacionales como la extinta “El virus mutante” o en periódicos como ABC, en ese heterogéneo grupo de los humoristas gráficos que “existen”.
En ABC, Puebla ha logrado viñeta diaria en las páginas de la sección Madrid, mas, publicar en la capital del reino, aunque sólo sea para el estricto ámbito de la comunidad del oso y el madroño, equivale a ese marchamo de calidad que es el “ser conocido en Madrid” con el que cualquier artista tiene ya, independientemente de su calidad intrínseca, un peldaño ganado de esa difícil escalera hacia el Olimpo de la fama. De Madrid, al cielo…

“Con buen talante” es un grueso libro que recoge la amplia trayectoria humorística de este joven autor. En formato apaisado y con una aceptable calidad de papel, se muestran cientos de viñetas en blanco y negro que vienen avaladas por dos grandes del humor gráfico actual. Este buque de más de trescientas páginas lleva en el tajamar no uno sino dos importantes mascarones de proa para hender sin dificultad el mar del éxito. Si haces un libro y te lo prologan Forges y Julio Rey (mitad intelectual de Gallego y Rey), puedes decir que has solucionado la tensión unamuniana entre el ser o la nada. Eres. Y no eres cualquier cosa. En su prólogo dibujado (manuscrito dentro de un enorme bocadillo que sale de la boca de su autocaricatura), Forges dice lo siguiente: «Hete aquí, lectores, la obra inmensa de un ser humano ingentemente inteligente que vuelca su saber en forma de sonrisas y pensamientos atrapados en una suerte de “red de ingenio” que algunos llaman humor gráfico. Maestro aventajado, que no discípulo, también en estas periodísticas lides, antorchea (lleva la antorcha) prosecutivamente la llama del relevo profesional con atisbos de genio que se columbra. Salve Puebla, abrazos fuertes y gracias por seguir la senda». Por su parte, Julio Rey habla, poético, del trazo elegante de Puebla y su proverbial bonhomía: (…) «Las volutas del movimiento de su mano, congeladas en el aire, esperan sin querer irse para poder ser las primeras lectoras de la viñeta. La sonrisa que nos arranca es como una línea cóncava trazada por su lápiz, en la que nos columpiamos dejándonos empujar. Es sutil y no arremete, José Manuel es un buen chico y su crítica resulta bondadosa, por eso sus historietas son capaces de mirar por encima del hombro a la patética vulgaridad de algunos de los personajes que no son capaces de dejar de mirarse el ombligo ni aunque sean dibujos de línea delgada como el alambre». (…) «José Manuel es muy alto, es tan alto como un lápiz y sin duda también tiene madera para dibujar, pero si alguien piensa que su parte más alta está rematada sólo por una goma de borrar se equivoca, él tiene un cerebro, eso sí, gobernado por el corazón». Humor de altura, sin duda.

El libro de Puebla está dividido en cuatro secciones: Política, Deportes, Sociedad y Gente Singular, en las que nos da amplia muestra de una fabulosa capacidad plástica y un excelente manejo de la plumilla con la que logra unos trazos seguros, limpios y muy agradables. Es Puebla uno de esos dibujantes que pueden dibujar cualquier cosa, que no han de variar una idea humorística para ahormarla a una capacidad limitada de dibujar. Los dibujos recorren la trayectoria de Puebla desde 2001 hasta 2004 en distintos medios, como son El Faro de Cartagena, La Gaceta fin de semana, ABC de Madrid, EL Virus mutante, Diario 16 o la revista mensual nacional Impar, dedicada a las personas sin pareja donde hizo durante 2003 la divertida serie que da nombre a la sección final del libro, Gente Singular. La extraordinaria pericia artística de Puebla (es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla), le permite hacer dentro de la viñeta lo que le da la gana; así, nos encontramos viñetas únicas, viñetas divididas en dos mitades verticales, en dos mitades horizontales o incluso en más de dos y tres convirtiéndolas en pequeñas historietas que dan al conjunto de este libro una agradable sensación de diversidad gráfica. Cada página esconde una sorpresa visual (domina Puebla por igual los primeros planos, los medios, los dibujos con un solo personaje acompañado de un bocadillo o los dibujos de planos generales muy elaborados, llenos de detalles) que hace que este voluminoso libro se lea con la misma rapidez con que sonreímos ante los ingeniosos hallazgos de José Manuel Puebla Ros. Impregna todos sus trabajos un ambiente entrañable que hace sentir simpatía por este autor cartagenero. Son especialmente afables los protagonizados por animales, ya que Puebla, imbuido por ese compromiso moralizante que caracteriza a todos los humoristas gráficos (lo reconozcan o no), se trasmuta por momentos en un Esopo moderno y da voz a ratas de ciudad, a los corderos que suben de precio por Navidad, a cerdos e incluso a los celentéreos, a quienes les ha dedicado desde las páginas de El Faro unos ocurrentes trabajos (“Diálogos de Celentéreos”, “Pensamientos Celentéreos”, etcétera) con los que critica los modos humanos en ese lugar donde se da rienda suelta a los más ordinarios instintos llamado playa. Aunque el que más simpático se hace es el oso de Madrid, el del madroño, al que con muy buen criterio ha convertido Puebla en un personaje propio que le da mucho juego para comentar las noticias locales. Uno de los dibujos más emotivos y bonitos de todo el libro y, sin duda, de los que se publicaron en toda España tras el terrible atentado que sufrió la capital el día 11 de marzo, es el que realizó para ABC (p.237) donde muestra al madroño solo porque el oso se ha ido a encender velas en honor de las víctimas. Un precioso dibujo en dos viñetas que refleja el compromiso con la solidaridad que ha de tener todo humorista gráfico que se precie. Se podría decir que el humorismo, o es solidario, o no es humorismo: por eso sorprende comprobar el enorme contraste existente entre obras como esta del oso triste poniendo velas y otras del mismo autor en esta antología y sus trabajos más recientes en el semanario de información general ALBA, donde por su tono sectario desmiente los elogios que Julio Rey le dedica en su prólogo («Es sutil y no arremete, José Manuel es un buen chico y su crítica resulta bondadosa»). En el número de la semana del 10 al 16 de junio, compara este “buen chico” en su viñeta las investigaciones con células madre embrionaria con las prácticas genocidas de Sadam Hussein. Un Hussein rodeado de calaveras dice: «¡Cachis, sólo me faltó por probar una técnica de eliminación!... La embrionaria». Su crítica, en contra de lo que se dice en el prólogo, no parece demasiado bondadosa.

Viñeta a la que se alude en el texto


Suele ser norma común cuando se habla de humor gráfico en España colocar a los humoristas en una especie de altar moral. Como el triángulo con ojo sobre la cabeza de Dios, los adjetivos “comprometido” e “inteligente” son los atributos inseparables que acompañan siempre a los humoristas gráficos. ¿Realmente es así? ¿Todo el humor gráfico que se hace es inteligente y comprometido? Ni el cine, ni la literatura, ni la pintura ni ninguna otra actividad artística está exenta de crítica. Sin embargo, parece haber un acuerdo tácito para dejar al margen de las críticas al humor gráfico. Si un escritor hace un libro fallido, desde las páginas de cualquier periódico se le censurará convenientemente su impericia o se le criticará con dureza su estupidez poniéndole, si hace falta, el sambenito “basura”. Igualmente ocurre con los políticos o con los programas televisivos. Todo es susceptible de ser criticado desde las publicaciones periódicas y todo es susceptible de ser criticado por los humoristas gráficos desde esas mismas publicaciones, pero, y a los humoristas ¿quién los critica? ¿Es que las cientos de viñetas que salen a diario son fenomenales, acertadísimas, ponderadas, fruto de una reflexión intelectualmente válida: imparciales? ¿Realmente no hay viñetas no ya malas o fallidas sino verdaderamente execrables? Si un autor joven hace un libro recopilatorio de su obra donde, debido al corto periodo que recoge, no hay lógicamente cambios significativos en su manera de enfocar los trabajos, ya sea en el aspecto gráfico o en el intelectual, ¿puede pasarse por alto al comentar la antología la deriva posterior, en un periodo aún más corto de tiempo, de ese autor? Si para comentar una obra actual es conveniente tener en cuenta la obra anterior para mejor analizar su trayectoria, cómo no tener presente a la hora de valorar a un creador (pues la obra de un artista lo define), las obras inmediatas. La visión que de este magnífico dibujante ofrece su recopilatorio “Con buen talante”, no puede ser la misma cuando vemos la viñeta de Sadam Hussein u otras dedicadas a los homosexuales (absolutamente entregado a la causa del semanal ALBA, en las viñetas que ha dedicado a este colectivo refleja claramente la línea homófoba de esa publicación). Esto no puede invalidar la solidez artística que demuestra Puebla en sus trabajos, pero sí instala en la mente del lector de su obra una incómoda duda acerca de la verdadera esencia del humor gráfico. Quizás, esto sólo sea una muestra de la época convulsa que vivimos en España. Los medios de comunicación viven en una continua trinchera que tal vez obligue a posicionarse ideológicamente a todos sus colaboradores. Sin embargo, no creo que se puede escudar el insulto, la crítica desmedida o las valoraciones que parten de premisas falsas, bajo la tramposa égida del compromiso ideológico. No se trata de criticar una ideología (al menos una de las aceptables, porque habrá que convenir en que no todas las ideologías, como no todas las opiniones, son respetables: los cabezas rapadas que van por ahí pegando al inmigrante tienen una ideología). No se trata de criticar que un artista en su trabajo trasluzca su posicionamiento político, no. Lo criticable es el posicionamiento sectario que pone vendas en el entendimiento y hace que se compare a un Genocida con los científicos que intentan que este mundo, a pesar de la cerril oposición de los detentadores del poder moral, sea un poco mejor o, que se critique a personas por su condición sexual o se les insulte por querer tener los mismos derechos que todos los demás. Realmente, el título de este gran volumen debería servir no sólo para parodiar la coletilla del actual presidente del gobierno sino para que se lo aplicase el autor a la hora de enfrentarse, con toda la maestría que sin duda posee, a esa inocente (hasta que se rellena) lámina en blanco.

Con buen talante. De Puebla. Nausicaä: La tira de gracia, 2. Murcia (IV-2005)
Director de la colección: Francisco Olivares. Diseño: Puebla. ISBN: 84-96114-71-6
Encuadernación en rústica, 21X15 cm., formato apaisado, 332 páginas, blanco y negro, por 16 euros


Reseña de por José Luis Castro Lombilla. Tebeosfera recibió servicio de prensa del autor.

Nota del director.-

Tras la publicación y lectura de esta reseña, sobre todo de su segunda parte, Puebla reaccionó manifestando su -muy comprensible- enfado tanto al director como al comentarista de su obra.
Ambos, Lombilla y yo mismo, nos dirijos a Puebla para manifestar que sentíamos su enfado pero que la reseña no se fundamentaba sobre un ataque personal, ni era nuestra intención que lo pareciera. La reseña es una loa a un libro recopilatorio estupendo y se acompaña de una reflexión sobre la impregnación ideológica en obras de humor gráfico que nos pareció importante, y oportuno, sacar a colación.
El problema sobrevino luego, cuando un grupo de personas se maniestaron en un rosario de comentarios añadidos a la reseña en los cuales arremetieron contra el reseñador, acusándolo de haber practicado una invectiva de carácter personal pero sin argumentar el porqué; tampoco nadie aportó argumentos para demostrar que las viñetas de Puebla comentadas observaban diferentes interpretaciones.
Como la sucesión de comentarios se tornó insultante, hacia Lombilla, Puebla y otras personas e instituciones, se ha adoptado la decisión salomónica de eliminarlas. Este tipo de reacción no aporta nada, es inútil, como muy inteligentemente indicó Puebla en uno de sus mensajes depositados aquí.
Se ha tomado la determinación de que, de ahora en adelante, ninguna reseña de Tebeosblog disponga de opción de comentario. Se pierde mucho tiempo rebatiendo lo irrebatible...
Naturalmente, se admiten todas las cartas al director que los lectores deseen remitir, a: tebeosfera@hotmail.com
Y también estamos abiertos a que alguien, quien fuere, redactase una argumentación o disertación de lo expresado en esta reseña discutiendo los argumentos de Lombilla. Lo publicaríamos encantados.
Queremos debate constructivo, no polémica inane.

Manuel Barrero
Director de Tebeosfera / Tebeosblog