domingo, 12 de junio de 2005

Harry Pórrez, de Vergara y Enriquecarlos (El Jueves)

Cubierta y detalle

Muchas risas entre magos.

RESEÑA.- Cuando la revista Mister K vio la luz se renovó parcialmente el mercado de los tebeos para niños en nuestro terruño, una parcela de la industria que había que cultivar a la vista de la buena marcha de publicaciones como Dibus! o W.i.t.c.h. Pero la apuesta de Mister K era mucho más arriesgada que las anteriores, porque era un tebeo, no sólo una revista con gadgets, didáctica y de pasatiempos, no sólo una publicación que formaba parte de un elenco de merchandising. Mister K recuperaba la revista de historietas para la infancia y tenía que ganarse al lector a fuerza de sudar humor.


A nuestro modo de ver lo logró. Y de hecho los dos primeros libros que han surgido de las páginas de Mister K han recopilado obras en las que algunos coincidimos en señalar lo mejor de la producción humorística de esta publicación. Javier Alcázar indicaba en su repaso en Tebeosfera que precisamente las obras Carlitos Fax y Harry Pórrez eran las dos más destacables de la revista. Pues bien, han sido las escogidas como núm. 1 y núm. 2, respectivamente, de la colección de libros recopilatorios de Mister K. Una colección de libros de excelente diseño y muy buen papel, oloroso y rejuvenecedor.

Harry Pórrez era una apuesta segura: la parodia sigue funcionando en el terreno del humor sin problemas y el numeroso conjunto de personajes que pueblan las novelas de J.K. Rowling, algunos ya de por sí autoparódicos, ha beneficiado al guionista. Así, las primeras historias se resuelven cómodamente: origen de Harry, naturaleza de su magia, invitación a Howrats, viaje allí, conocimiento de sus compañeros de clase, de las estancias del castillo, enfrentamiento con el villano principal… Pero Vergara no se conformado con lo fácil, no se ha detenido en sacarle punta a todo lo evidente. Vergara ha forzado la tuerca y ha escrito un rosario de gags que posiblemente ningún otro humorista español pueda, hoy, construir con tanta holgura. El guión de Vergara es despierto y ágil, construye páginas enjalbegadas de viñetas a las que incorpora gag tras gag, ocasionalmente solapados, que bandea entre la recurrencia al tópico y la chispa inteligente. Sí, es verdad que a veces es bruto, alcanzando el humor grosero en el que es habitual invitado la mierda. Pero esto gusta mucho a los niños, por otra parte, y algunos de sus chistes con magia dibujan estampas francamente hilarantes (‘¡Id a cagar a la vía!’) mientras que el humor gamberro que muestran algunos de los integrantes de Howrats es sencillamente encantador (la carta guasona, por ejemplo). En verdad os digo, amigos Sancho, que este hidalgo Vergara se ha convertido por méritos propios en el guionista más prolífico (con el permiso de Durán) y de mayor inventiva (con el permiso de Fontdevila) del Reino. Sorprende, además, que mantenga ese rasero en una tan ingente producción. Esto sólo puede hacerse si se le roba la sonrisa al sueño.

Por la parte que le toca al dibujante, Enriquecerlos, poca tacha puede ponérsele, pero la tiene. Obligado a entregas de tres páginas semanales, en las que el sobrecargado guión de Vergara invitaba a dibujar diez viñetas de media, su trabajo da una primera impresión de abigarramiento. Claro que la sensación se quita en cuanto uno se inmersa en la lectura. Porque Enriquecerlos, que pinchó en Bruselas pero que se merecía el Mundo, es un gran dibujante del humor y de lo infantil, de esos que vamos perdiendo por desindustrializados. El dibujo de Enriquecarlos es nervudo y avispado, otorga movimiento a los personajes y llena de vida la página. Yo siempre he dicho que si Enrique no es nuestro Jan es porque Jan ya tenemos, pero tranquilamente podría decirse que es nuestro Franquin.

Harry Pórrez, la suma de Vergara y Enriquecarlos, supone una historieta compleja pero muy edificante que convoca sesiones de lectura más esforzadas de lo habitual. Hay más elementos de dibujo para descifrar y bastante más texto que en la mayoría de las historietas humorísticas con menos pretensiones. Yo lo prefiero así: más humor a cambio de más implicación del lector. Más historieta, o sea. Con este sistema han logrado los autores una lectura muy recomendable para los chavales y que los adultos disfrutan sin sonrojo. Ah, y con un magnífico tratamiento del color (labor meritoria que poco se reconoce pero que el dibujante aplaude sin duda) el cual debemos agradecer a Carmen Recreo.

Si tu hijo no leyó el libro porque vio la película, cómprale este tebeo ya.

Harry Pórrez y el misterio del Santo Grial. De Bernardo Verga y EnriqueCarlos
El Jueves: Libros Mister K, 2, Barcelona, 2005-06-11. 64 pp., color,

Reseña de Manuel Barrero.

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