jueves, 23 de junio de 2005

Aleister Arcane (Recerca)

Cubierta española y las tres cubiertas americanas.

La voz en el desierto. La ofensiva Recerca/2: Aleister Arcane. From grave.

La publicidad inclusa en este volumen nos permite apreciar, con mayor intensidad, la envergadura de la ofensiva gráfica que lleva a cabo la independiente mallorquina, así como la seriedad como plantean sus futuros proyectos.
Entre ellos, el que nos ocupa: una nueva colección, HORRORAMA, en glamoroso technicolor y sonido mono, que pretende trasuntar el aire añejo de las producciones de los clásicos del terror de la UNIVERSAL (para muestra, la portada), más que continuar la estela trazada otrora por los legendarios cómics de la EC (inmortales por su martirio).

Datos técnicos.-
ALEISTER ARCANE, Colección Horrorama. Tomo recopilatorio de los tres números de la miniserie estadounidense original homónima. Guión: STEVE NILES. Apabullante dibujo de BREEHN BURNS. Material de IDEA + DESING WORKS. Editor: Xavier Morell. Traducción, diseño e inforrotulación: Sulaco Studios. Noventa y ocho satinadas páginas de sombrías viñetas góticas y bocetos, al valor de 9,95 euros. Impreso en Coria del Río (Sevilla). ISBN: 84-96402-27-4.

¿De qué va?.-
Un apacible e inofensivo hombre del tiempo televisivo, ALEISTER GREEN, sin muchas ambiciones en la vida, pero con una desmedida pasión por los films de terror y lo oculto, posee un alter ego, ALEISTER ARCANE, que deja salir en Halloween para presentar las películas de miedo de la emisora de TV donde trabaja, y que terminará devorando al otro Aleister. Recibe una buena oferta para presentar un programa de su tema favorito en la cadena local de su ciudad natal, habitada por mojigatos de miras muy estrechas y sórdidamente provincianos, beatos extremos de conveniencia, fantasmas de FREDRIC WERTHAM a tiempo completo.
Acostumbrado a tener más gore en sus prólogos que un festival de películas de PAUL VERHOEVEN, el buen y macabro Aleister Arcane (¿del Arcane de LA COSA DEL PANTANO?) logra irritar a los paletos ultraconservadores, que amenazan con censurar y cancelar su programa desde el primer episodio, a menos que se modere.
Estas advertencias sólo espolean su afán gore, llevando las cosas al extremo del delirio, hasta que un acontecimiento protagonizado por un niño da al traste con todo.
Ya a degüello por Aleister, su pequeña e hipócrita ciudad natal no cejará en acosarlo hasta matarlo, destruyéndole en sucesivas capas, puliéndole prácticamente hasta los mismos huesos.
El amargado y resentido anciano Aleister Arcane (cuyo alter ego consumió totalmente al otro Aleister, transformándolo en un soterrado nigromante a juego con su alias y aspecto), traba amistad, accidentalmente, con cuatro adolescentes, (sobre todo, con LAUREN, la jefa, flacucha, asexuada y descarada), que alegrarán sus últimos días, lo suficiente como para que el viejo se replantee una serie de conductas destinadas a culminar su venganza, arrepintiéndose de ella.
Su muerte dispara los acontecimientos.
Desde su tumba, llega su venganza.
A ver quién arregla ahora esto.

La promesa Aleister Arcane.-
Algo que el que esto escribe añora en las estanterías de las tiendas de cómics y quioscos son los tebeos del tipo de VAMPUS y RUFUS, por ejemplo, en conjunto, ese cómic de horror o suspense escalofriante o como se le quiera definir. Empecé a leer en sus truculentas páginas y extraño al TÍO VAMPUS y a su sórdido sobrino RUFUS (a VAMPIRELLA no tanto: ¡hay tantas dóminas fetish impregnando nuestras viñetas…!)
Cuando se inició la publicación del material legendario de la EC, germen de cuanto en materia de terror (gráfico y visual, sobre todo) conocemos, pareció finalmente suplirse esa carencia. Pero, en realidad, no es así, puesto que leemos un material con más de 50 años de antigüedad y cuyo impacto ha quedado notablemente menguado en las últimas décadas. Paradójicamente, la simiente de los FREDDIES y JASONS no puede competir con sus engendros. De nuevo no podemos contextualizar ese material. Nuestros cánones actuales han superado esos caducos horrores. Cualquier telediario lo hace. Se han reducido a iconos que honramos por sus cualidades: el riesgo, inventiva y osadía de aquellos pioneros (sobre los cuales huelga explayarse; en sus publicaciones ya se hace exhaustivamente) que aún hoy pueden reservarnos alguna grata sorpresa, no obstante. Lo que se reclama es una publicación actual de terror, con voltaje del momento. Un terror de hoy, más allá de CLIVE BARKER o STEPHEN KING.
HORRORAMA parece llevar el camino correcto; al menos, eso presagia sus intenciones.
Hojeando este Aleister Arcane, con su portada tan afiche de los años 50, se sospecha que el terror es de nuevo una opción gráfica en un Universo de forzudos coloreados con photoshop, macizas enfundadas en PCV, vinilo o látex, y cuyos magnos poderes son tan supremos que no se arriesgan a emplearlo por mor de arrasar la Tierra.
Nunca antes tuvimos unos tebeos de acción tan inactivos; tan de superproezas sin proezas. Tan aburridos, en resumen.

El horrorama a la antigua

El Aleister Arcane rebosa promesas de escalofríos, pánicos, terrores ensangrentados y chillidos que ni los de JAMIE LEE CURTIS. El impactante y siniestro dibujo de Breenh Burns lo confirma: habrá gore apabullante, las tripas más relucientes y ensangrentadas del Oeste, las garras más engarfiadas para sacar ojos y cerebros, en góticos escenarios y casas malditas de los arrabales de Jackson, Oklahoma, territorio de caza del Aleister Arcane transmundano y visceral, con sus gafas de científico majara y esa pinta del DOC de Regreso al futuro anfetaminizado hasta las cejas, e iremos de susto en susto hasta que nos explote o el corazón o las venas del cerebro.
Nanay, amigo.

Nada nuevo bajo el sol, doc.-
¿Qué tenemos aquí? Adolescentes metomentodo, casas aparentemente infernales, conjuros clásico / lovecraftianos y un clímax defraudado por una aparente mala resolución. Como esos cuentos blandengues estilo R.L. STINE con los cuales la TV flagela a la audiencia.
Los clichés habituales del género y que lo han quemado hasta el tuétano rebosan en estas páginas. Vale: una peli del Oeste debe contar con un número de factores inamovibles; pero el mérito está en cómo manipularlos para que parezcan novedosos. Steve Niles parece no haberlo logrado. Quizás aquí la gran novedad esté en que no hay psychokiller acosando a los adolescentes con acné y pecas (y chicles de Bazooka Joe en los bolsillos) con un destornillador motorizado oxidado, berreando incoherencias y espumarajos. Hay monstruos (muy ingeniosamente urdidos, eso sí) que lamentablemente terminan reducidos a zombis vulgares y hambrientos, y un libro perdido por SAM RAIMI lleno de hechizos. Y, completando el elenco, el muerto resucitado. Adelante, pase: hay sitio al fondo.
O sea, lo de siempre.
Niles empuja a sus personajes a través de unas páginas admirables, salpicadas de clarooscuros, sombras, colores castaños y azules metálicos combinados con rojos de caldera infernal, aplicados magistralmente. El clímax, perpetrado en la original forma de la venganza del huraño Arcane sobre sus vecinos, acaba bruscamente cuando, como en un tobogán, Niles nos impulsa hacia los clichés habituales. Resulta un golpe (leve pero decepcionante) llegar a su resolución: apestosamente clásica.
Entonces, se nos abren varios caminos alternativos: sentirse regocijado, defraudado o analítico. Optando por esto último, comprendemos que en lo visto y leído hay una parábola incrustada. El envoltorio, el terror, es mero vehículo que Steve Niles halló, por algún capricho creativo o de la musa, para plasmarla. Interesaba hacer una crítica. Las últimas páginas del tercer número lo delatan nítidamente.

La América Profunda de Steve Niles.-
Veamos: Niles, con un estilo narrativo átono, en primera persona, dinamizado por el arte de Burns (la principal baza de este volumen), nos conduce a Jackson, en apariencia un pueblo sano, gentil, respetuoso con Dios, la bandera y la tarta de manzana, habitado por unas gentes inocuas y hasta ingenuas, cuyo peor pensamiento pudo ser saltarse la dieta. Nada de eso: los peores monstruos anidan justamente DENTRO de esa gente, no proceden del espacio exterior: los respetuosos ciudadanos, los hermanos incestuosos y los padres que violan a sus hijas en la leñera o la carbonera (tradición intemporal), en las amas de casa anodinas de ojos plúmbeos y maquinaciones infernales crepitando en la sordidez de sus mentes, ahogadas en provincianismo y rutina, renovada en las reuniones de ventas a domicilio de productos de AVON (llama a su puerta) o fiambreras de plástico, atesorando los malsanos horrores de los sótanos y los desvanes de la mente, fermentando en licores de envidia, odios, prejuicios y rumores, sepulcros blanqueados que la Religión (cualquiera) acoge y amamanta, son gente vulgar. Todo este enfermo delirio, a veces, se trasunta en el cura ultraasceta o la beata constreñida, frígida y masoquista (de un masoquismo realmente espeluznante y peligroso) o en una turba de responsables padres de familia que, repentinamente, se polarizan y deciden linchar a alguien.
Como a Aleister Arcane Green.
El padre de la sabihonda pasota, Lauren, insisten en tildar de desviado a Aleister. En su obcecación, le dispara, sólidamente enfundado en su convencimiento. Su única defensa, suficiente e invulnerable, es que Aleister es un desviado lleno de ideas (no actos) nocivos contra la infancia. Y confía en el apoyo de sus vecinos, incondicionales, puesto que expresa un pensamiento tan popular como legítimo.
Cuando la pequeña cuadrilla irrumpe en el gótico caserón de Aleister por primera vez, el pobre hombre trata de expulsarlos, aterrado con la idea de ser acusado de pederasta:

-Por favor, no podéis entrar. Soy un hombre mayor. Vosotros sois niños. Podría meterme en un… ¿Qué va a decir la gente?

Exacto: ¿qué va a decir LA GENTE? Un viejo adagio aclara que uno puede llevarse una vida construyendo una reputación decente y que un solo segundo basta para destruirla.
La GENTE, la masa popular tan adorada y entronizada, es un tumor cancerígeno saturado de prejuicios y envidias. Carente de perspectiva, jamás reflexiona sobre la veracidad de los rumores: los cree indefectiblemente. Es incapaz de cuestionarlos críticamente.
La GENTE, la masa, pone a tipos como HITLER en el poder, y mira hacia otro lado cuando se llevan a los hornos crematorios a los Sussman, por ejemplo. Luego siempre halla excusa en su anonimato, en su volumen, en algún chivo expiatorio ex profeso. La Vox populi, vox Dei es un peligro sin parangón, un atajo de asesinos, y Niles utiliza este enfoque, esta maniobra inteligente, para criticar
(nos)
las conductas sociales. Remacha esta sospecha la declaración (que tomaremos como anónima, pues no queda claro a quién debemos atribuírsela) contenida en la última página de los bocetos:

Aleister lo había perdido todo. Un empleo que adoraba, una esposa a la que amaba… Todo los la intransigencia de un grupo de bienhechores que pensaban sólo en los términos de lo políticamente correcto.

Otro nombre de la Tiranía. ¿O no lo percibís?

Apartado gráfico.-
El trabajo de Breenh Burns sólo merece elogios. Buscó un estilo narrativo similar al slashtish para remarcar conspicuamente los efectos de los momentos en los personajes. Captó la esencia de la pesadilla (borrosa, de acuarela desleída) y sus asonancias. Su arte es el argumento esencial para adquirir este volumen, especialmente para aquellos lectores que hagan sus pinitos artísticos. Esa combinación de caricatura, dibujo animado y color entre FRANK FRAZETTA y ALEX ROSS logra recrear una atmósfera más que adecuada y atractiva, sugerente. Atrae poderosamente y, desde luego, lo último que deja es indiferente.
Es un claro homenaje a la fotografía de los grandes clásicos modernos del terror, plasmado en la paleta cromática, sobre todo, los sombríos azules metálicos del número dos, cuando Lauren lee el LIBRO DE LOS MUERTOS, fuente de los quebraderos de cabeza del superviviente nato, ASH, el inestimable BRUCE CAMPBELL.
Este tema cromático nos induce a la conclusión de que también trasunta los diversos estados anímicos o conductas. En el episodio en el que se desencadena la venganza, los colores son marcadamente ocres, amarillentos, degradando a naranjas, como si el amarillo y los tonos terrosos nos hablasen de la aridez del alma y los sentimientos o los pensamientos.
El personaje más logrado y barroco es, por supuesto, Aleister Green (green… ¿por esperanza?) cuyas facciones a cuchillo, marcadas y cortantes, nos recuerdan a la caricatura (en absoluto cómica) del actor CHRISTOPHER LLOYD, aunque Burns aclara que tomó de modelo a ANGUS SCRIMM.
Lauren también tiene una línea definida y precisa; en cambio, sus amigos, carne de matadero, son unas formas que capturan unos rasgos determinados en viñetas concretas, según convenga.
La batería de monstruos trasunta lo que cada cual oculta, aunque al final van soldándose en una línea quebrada de cabezas sin rasgos y un solo cuerpo, lerdos y expectantes, al otro lado de la oxidada verja de la casa de Aleister.
Y llegados a este punto, planteo una reflexión: cuando se reseña un cómic, generalmente, se alaban o critican las cualidades de modo independiente: como obra del guionista y como obra del dibujante. Pero un cómic, en el fondo, es el fruto de ambos pareceres.
¿Por qué se tiende a alabar el trabajo del guionista, esencialmente, cuando, quizás, las mejores páginas pueden ser del dibujante? Abundan las entrevistas en las cuales el dibujante testimonia que tal escena o enfoque le pertenece. En cambio, es siempre el guionista quien cosecha los méritos.
Este pecado es habitual en aquellos que reseñan. Jamás se tiende a especular sobre qué aportó, modificó, benefició o perjudicó el dibujante. Nos deslumbramos ante el portento del guionista, incapaces de admitirle malos días o malos argumentos.
ALAN MOORE es grande, indudablemente, pero, ¿cuántas sugerencias de BRIAN BOLLAND redundaron en el éxito de LA BROMA ASESINA?

Resumiendo.-
Las frases que nos asaltan desde la portada, grosso modo, son un tanto exageradas, pero aún así cumplen su función, no exclusivamente publicitaria. No resultan engañosas o del todo embusteras, sólo excesivas.
Hay un par de muertes que resultan bastas.
Y más basto aún cómo se resuelven algunas otras.
De todos modos, tendremos que vigilar la trayectoria de Horrorama. Quizás en el futuro (próximo) nos presente un verdadero bocatto di cardinale del terror en clave moderna. Tal vez los viejos y añorados Vampus y Rufus regresen, quizás bajo otro nombre, brindándonos una puerta de salida alterna, que conduzca a unas viscosas pesadillas sanguinarias o directamente al infierno.

La viñeta.-
La del hombre del saco con su cosecha de infantes.

La frase.-
Estaban en una cruzada y nada, incluso los hechos, se interpondrían en su camino.

Lo mejor.-
El trabajo de Burns. (Mención especial merecen sus bocetos.)

Lo peor.-
La resolución.


Reseña de A. Santos. Tebeosfera recibió servicio de prensa de Recerca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A menudo da la impresión de que Niles no se complica mucho la vida a la hora de resolver sus historias. O lo que es peor, simplemente en hacerlas avanzar con cierta verosimilitud. Basta comparar "Remains" con "Los muertos vivientes" de Kirkman. Sus tebeos son muy disfrutables si le pilla a uno con la actitud adecuada para ello, pero es una pena tener que conformarse con obras que podrían ser mucho mejores a poco que su autor se detuviese a pulir soluciones fáciles. Para mí es especialmente doloroso el caso de su adapatación de "Zombi" (Dawn of the dead), la película de George A. Romero de 1978; se lee como una suerte de trailer, que va pasando revista a toda pastilla a algunas situaciones y me temo que quien no esté familiarizado con la película ni siquiera se va a enterar de lo que ocurre. "Aleister Arcane" me parece uno de sus mayores logros, pero tengo para mí que la mayor parte del mérito es, como apuntas, del dibujante.