sábado, 23 de abril de 2005

Libertadores

Libertadores

El año pasado fue una sorpresa para muchos ha sido la obra de Enrique Fernández Libertadores, autor que se revela con esta historieta como una de las miradas al futuro del cómic patrio y que parece apuntar maneras para ser el candidato idóneo a cosechar logros en la "editorial Emigración". Cabe calificar como heroico, por lo tanto, el hecho de la publicación en España de una obra de calidad tamaña, urdida, escrita y dibujada por un solo autor y de una calidad media que ronda el notable alto.
Libertadores es una ficción, que bordea la fantasía porque el elemento de hechicería que es el eje de la historia en realidad no existe. Ese juego con los referentes nunca vistos pero sí temidos es el que anima la marioneta de la cubierta del libro, que representa al personaje central de la aventura, San, chico valeroso pero inocente, desprovisto de estatura heroica e incluso de nombre (no sabían a que santo adjudicarle el patronímico y se quedó con “san” el día de su nacimiento). San se enrola con otros luchadores de fortuna, soldados y guerreros para acudir a enfrentarse con El Extraño, entidad malévola e inalcanzable que deja sobre sus víctimas marcas en la piel. Una especie de epidemia. Y en efecto lo es, porque el supremo villano no se materializa, sólo se palpa el temor ante su contagio, que en realidad es fingido por quienes desean sostener el poder que se cimenta en el miedo. La historieta Libertadores es por ello un seductor camino trazado desde la inocencia hacia la valentía, pasando por alumbrar la ignorancia mediante el dolor y el regusto amargo del poder.
Y digo seductor porque esta fantasía es plasmada por Enrique Fernández con un talento sin igual en el actual panorama español: dibujo llamativo, configuración de espacios fascinante y un estimulante empleo del color y las veladuras. De casta le viene al galgo, porque Enrique es animador y eso se nota. Ha formado parte del equipo de los estudios de animación Filmax, colaborando en realizaciones como El Cid, La Leyenda, producción española muy perjudicada por su retenida distribución a la espera de dejar hueco a los estrenos de animación estadounidenses. Su trabajo sobre el papel parece heredero directo de su trabajo en la animación aunque aquí va un tramo más allá en la concepción de espacios y en la plasmación de atmósferas dado el grado de libertad que le permite la historieta en la que él dirige y define.
Quizá ese es el lastre: mientras que su uso continuado de ejes diagonales para ir dibujando un mundo diferente y desequilibrado funciona a las mil maravillas, la mortecina luz que nos devuelven las páginas de Glénat hacen tanto por la tenebrosidad del ambiente -que lo exige- como por la ininteligibilidad del discurso gráfico. El guión se sostiene, pero en aras de su claridad se hubiera agradecido algo más de alegría en el color, pues se pierde el reconocimiento de personajes ocasionalmente y el ritmo, y si el autor hace por solucionar este problema posiblemente su siguiente entrega u obra será de una calidad muy superior a la presente, que ya de por sí es efectista y efectiva, coherente y seductora y muy prometedora.
Más Fernández, más, que ha dado el salto de autor revelación a brillante con una única obra.

[En 2004, los premios Expocómic entregados por los lectores a través de su página web o por medio de tarjetas/voto que pudieron recogerse en diferentes tiendas especializadas, en cómic, de Madrid premiaron a Libertadores de Enrique Fernández como "La mejor obra española"]

Otras reseñas:
Reseña de Dani Majà en

http://www.fandecomix.com/index.php?option=content&task=view&id=222&Itemid=65
Reseña de Ignasi en

http://www.maumaunderground.com/reviews.asp?review=170

Libertadores, de Enrique Fernández. Glénat: Colección 10, Barcelona, 2004.
Libro de cómics en cartoné, 48 pp., color, 12 euros.


Reseña de Manuel Barrero

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