martes, 13 de junio de 2006

Valerian, de Christin y Mezieres


VALERIAN, AGENTE ESPACIO-TEMPORAL

Por Dafne Ruiz Gracián

Como muy bien expresa Rafael Marin, «recuperar hoy a Valerian para los nuevos lectores es, sencillamente, un acto de justicia». Yo añadiría que no sólo para los nuevos lectores, sino también para los viejos: los que, desde aquella memorable edición realizada por Grijalbo / Dargaud en los años ochenta, no hemos tenido oportunidad de volver a ver reeditada la colección. Y hay que frotarse las manos porque, si se cumplen las expectativas (a pesar de que en los primeros momentos parecía que no, que es que iba a ser que no), también veremos publicada en el tercer tomo de esta colección Les mauvais rêves (Las pesadillas), historieta de 30 páginas que fue la primera de la saga en dibujarse y editarse en la revista Pilote por capítulos, a partir de noviembre de 1967. Dicha historieta es clave para comprender del todo el universo de la serie, ya que en ella se explica el origen de Galaxity y el primer encuentro de Valerian y Laureline en la Edad Media. En Francia permaneció mucho tiempo, junto con otras historias cortas experimentales de los mismos autores, considerada fuera de colección, aunque recientemente se ha incorporado a las ediciones más recientes con el número cero, publicándose junto a Los asteroides de Shimbalill (una historieta que en los años 80 ensayaba nuevas técnicas infográficas).

Una particularidad de la nueva edición de Norma es que los álbumes aparecen editados en tomos, en grupos de tres o de cuatro, pero al contrario que ocurría en las ediciones anteriores realizadas por otras editoriales (en Francia y en España) el orden de los diferentes relatos no es cronológico. Este detalle ha provocado algunas críticas, a las que yo me sumo, pero el hecho es que ha sido decisión expresa de los autores de la saga el que aparezcan en este orden, que por lo visto es más fiel a la historia desde el punto de vista de la ficción (sin embargo, si esto es así, ¿por qué se hace esperar el primer episodio, el del encuentro de los protagonistas, hasta el tercer tomo?). En cualquier caso, es una decisión que hay que respetar. Se ha dicho que el incluir Los Mundos Ficticios (1976) en este tomo, posponiendo al segundo tomo las historias que deberían constar antes (Bienvenidos a Alfolol, 1971-72, Los pájaros del amo, 1973 y El embajador de las sombras, 1975) puede deberse a que en su momento fue una historia difícil de conseguir, y por eso se agrupa ahora junto a las dos primeras.

En todo caso, si bien es cierto que la edición es magnífica, con una calidad de papel muy superior a la edición de Grijalbo / Dargaud (aunque hay quien se queja de la encuadernación aduciendo que se ven demasiado los hilos, cosa que es cierta) y que se incluye la excelente introducción de Rafael Marin, hay que decir que sería muy útil que se añadiese, además, una especie de ficha o guía para el lector en donde se le explique con claridad qué es Galaxity y cuál es el cometido de los personajes.

La serie avanza a saltos en el tiempo (no en vano son sus protagonistas agentes espaciotemporales), los sucesos expuestos tan pronto pertenecen al pasado como al futuro, hay flashbacks y se recorren universos paralelos. A veces, se crea una cierta confusión, y sumado esto al desorden cronológico de esta edición, sería deseable una cierta ayuda. Por no hablar de la necesidad de establecer la fecha de creación de cada álbum, dato importante para el aficionado a la hora de seguir la evolución del grafismo, y que sólo puede consultarse en la página en donde constan los datos técnicos (ISBN, editorial, etc.). Yo creo que una pequeña introducción en donde se aclarase este detalle, así como otros datos relevantes (editorial y revista que publicó el relato por primera vez, número de entregas, anécdotas de la publicación) debería encabezar cada episodio.

Las historias de Valerian son autoconclusivas en general, aunque forman parte de una saga (a día de hoy, aún no finalizada). Dentro de la serie hay pequeñas subseries, formadas por varios álbumes que se agrupan juntos porque relatan entre todos una aventura (por ejemplo, los cuatro títulos que aparecerán en el tomo cuarto de Norma: Metro Chatelet dirección Casiopea, Brooklyn Station término Cosmos, Los espectros de Inverloch y Los Rayos de Hypsis). Podría hablarse largo y tendido de esta serie, del auténtico ejercicio de virtuosismo de los autores para romper las convenciones establecidas por el género con anterioridad y crear un universo, o mejor dicho una serie de universos completamente nuevos no sólo desde el punto de vista gráfico, sino también cultural: sistemas políticos, filosóficos, religiosos, económicos. La imaginación de los autores se desborda en la confección detallista de esta fauna y todos sus complementos (utensilios, ropajes, maquinaria) que serán el origen o el punto de referencia de series futuras, como ya se ha dicho innumerables veces: entre otras la saga de Star Wars (existe una divertida ilustración en donde se ve la Taberna Galáctica, que apareció por primera vez en El embajador de las sombras, y en torno a una mesa están Leia, Luke, Valerian y Laureline. Leia dice: ¡Qué divertido, encontraros aquí!, a lo que Laureline responde, no sin cierta ironía: Oh, nosotros frecuentamos este sitio desde hace mucho tiempo.) o la película El quinto elemento, para la que Mezières fue llamado en 1991 a fin de que diseñase los bocetos. De hecho, en cierta ocasión se le preguntó al dibujante que por qué no se adaptaba Valerian al cine, y éste respondió que no era necesario, que ya existía Star Wars.

En líneas generales, la historia tiene origen en un supuesto desastre nuclear ocurrido en la Tierra en el año 1986 (recordemos que el principio de la saga data de 1967). Esto da lugar a una nueva civilización, formada por una confederación de sistemas planetarios y de diferentes razas de alienígenas, formas culturales, etc. La capital es Galaxity, y está ubicada en lo que antes había sido la Tierra. Los agentes espaciotemporales, como Valerian y, más tarde, Laureline, son los encargados de ejecutar misiones de muy diversa índole, como poner paz en planetas en conflicto, explorar regiones desconocidas o dar saltos en el espacio tiempo (hacia el futuro o el pasado) a fin de evitar acontecimientos que podrían amenazar el equilibrio alcanzado. Claro que así se crean una serie de paradojas: en el año 1986, al no tener lugar el desastre nuclear previsto, los creadores de Valerian lo hacen viajar al pasado (a los años ochenta) para evitar dicho desastre, con lo que la Tierra se salva de ser destruida. Pero eso genera otra necesidad en la serie, la de explicar el origen de Galaxity de nuevo, un reto que los autores todavía no han podido terminar de cumplir aunque ya se han sugerido la existencia de muchos universos paralelos: Galaxity podría estar en cualquiera de ellos.

En cuanto a la pareja protagonista, también se da en ella una serie de paradojas. Según Javier Coma, Valerian y Laureline se habrían beneficiado de las conquistas de la revolución cultural de Mayo del 68 que permitían a los dibujantes y guionistas ser un poco más autónomos en cuanto a expresión, así como que se incorporarse una temática más adulta a un medio tradicionalmente infantil como el cómic. Así, si bien el dibujo en las primeras historias es muy sencillo y caricaturesco (cosa que irá cambiando a medida que avanza la serie), los argumentos son bastante más complicados y adultos, con un fuerte ingrediente de denuncia social. Sin ir más lejos, en este primer tomo de Norma, las tres historias seleccionadas hacen referencia al ritualismo y la creencia ciega (el planeta sectario del primer relato, El imperio de los mil planetas), a la guerra de sexos y la estupidez de las contiendas en general (segundo relato, El país sin estrella) y a los dirigentes que se valen de los seres humanos sin escrúpulos, sin importarles que vivan o mueran, para lograr sus fines (tercer relato: Mundos ficticios). En futuras historias podremos ver, además, encendidas críticas a determinados sistemas económicos, la religión, la explotación y degradación del medio ambiente, la esclavitud, la colonización, el racismo...

Mezclando seriedad y humor, realismo y caricatura, fantasía futurista y retrato costumbrista del presente, se consigue un cóctel exquisito para el lector, en el que las personalidades de Valerian y Laureline también chocan por lo (en su momento) novedoso: permanecen en una eterna ambigüedad en cuanto a sus relaciones (compañeros de trabajo, sí, pero también amigos y evidentemente algo más). Él, aunque es el jefe titular de cada expedición, tiene un carácter más débil y con frecuencia se queda bloqueado por sus dudas, sus escrúpulos de conciencia y sus ataques de melancolía. En cambio Laureline pronto lo eclipsa con su desenvoltura, su decisión y su sentido práctico: en muchas ocasiones es ella la que resuelve el problema de turno, a menudo cortando el nudo gordiano con estrategias poco limpias aunque efectivas. En fin, Laureline está muy lejos del tradicional tipo de heroína de las que se hacen rescatar. Y sus ocasionales disputas con Valerian terminan por dejarlo a él siempre como perdedor.

En definitiva, es un auténtico placer volver a tener entre las manos estas historias, que con cada relectura parecen ganar en ironía. Y es que el tema central de la serie no es sino la naturaleza humana retratada con una pizca de pesimismo, sarcasmo crudo y tal vez de resignación, aunque siempre redimida por el humor. Se trata del retrato de nuestra especie con todas sus luces y sus sombras, sus conquistas y sus grandes meteduras de pata. En todo caso, una lectura imprescindible, para los aficionados al género de todas las edades.

Valerian, de Pierre Christin y Jean-Claude Mezieres (introducción de Rafael Marín).

Álbum de 152 páginas, color, en cartoné. 29,5 X 22 cm.

Norma Editorial, S.A.: Valerian, Barcelona, Mayo de 2006

ISBN: 84-9814-495-7

Texto promocional del dorso del libro:

«Valerian y Laureline son agentes del servicio espaciotemporal de Galaxity, capital del imperio galáctico terrestre. En sus innumerables viajes por la galaxia deberán acabar con una guerra eterna en el interior de un planeta vagabundo, liberar a todo un sistema solar de la tiranía de una secta religiosa y visitar unas extrañas recreaciones del pasado de la Tierra que flotan en la inmensidad del espacio. VALERIAN, AGENTE ESPACIOTEMPORAL es un clásico indiscutible de la ciencia ficción europea y la obra cumbre de sus autores, Mezières y Christin; una influencia básica para las grandes space-opera de finales del siglo XX desde STAR WARS a EL QUINTO ELEMENTO.»

Páginas web consultadas:

www.norma-ed.es (Página catálogo de la Editorial Norma, en español)

www.normasabadell.com/juve_valerian.htm (Página de Norma con reseñas de esta edición, en español)

www.lacarceldepapel.com (Reseña de Álvaro Pons, en español)

www.ficomic.com/ORIGINAL/saloncomic2006/au_extranjeros.html (Página del Salón del Cómic, edición 2006, en español)

http://crisei.blogalia.com/historias/39337 (Foro de discusión sobre esta serie, en español)

www.amazon.fr (Catálogo de venta de Amazon, en francés, en donde se pueden ver planchas originales de la serie).

Imágenes extraídas de www.norma-ed.es

Reseña de Dafne Ruiz Gracián

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo la colección desde el 1 al 14,de vez en cuando disfruto leyéndola(mi edad:71 años), mi duda es si la saga terminó con el número 14. Cuando vi el primer número comprendí(igual que mis hijos) que era superior como comic en dibujo e ingenio,por eso se la encargábamos a Grijalbo.

Manuel Barrero dijo...

Estimado amigo,
como puede ver en Tebeosfera, fueron 17 libros editados por Grijalbo
http://www.tebeosfera.com/obras/publicaciones/valerian_junior_1978.html
Norma los recuperó todos y añadió uno más, aunque eso sí: en seis tomos gruesos:
http://www.tebeosfera.com/obras/publicaciones/valerian_norma_2006.html

mb