viernes, 20 de enero de 2006

HUMO, de varios (Astiberri)

A saber dónde está el fuego.


Humo, revista con la que Astiberri nos sorprendió al final del año 2005, se nos presenta como una apuesta arriesgada: una nueva revista de historietas en un paisaje nacional yerto por lo que se refiere a este tipo de publicaciones. El aspecto de este nuevo tebeo es magnífico: es excepcional la cubierta, de Lorenzo Gómez, y la presencia del producto (responsabilidad de Juanjo el Rápido) resulta muy atractiva en general.


Aunque si queremos ver Humo como un producto innovador habrá que hacer un esfuerzo. Resulta inevitable contemplar este tebeo como una continuación lógica de los esquemas editoriales y estéticos de Idiota y Diminuto, aquel prozine a la vanguardia de la historieta de la posmodernidad en España, y naturalmente de TOS, aquellos volúmenes compilatorios de las propuestas más frescas emanadas de los contactos de Juanjo y de los neófitos del inJuve. El formato de Humo sí que parece novedoso, mas resulta poco manejable: no recuerda a una revista estándar, opta por acercarse al formato de álbum o prestige o, ya que tiramos de barbarismos, al de novela gráfica. Sus contenidos tampoco abundan en el riesgo, por más que lo pueda parecer a primera vista; nada diferencia a Humo de propuestas previas salvo por lo que respecta a la original aportación personal de cada autor. Es decir, y forzando la metáfora, Humo parece provenir más de una fogata mantenida que de una hoguera avivada. Incluso parece querer jugar con la ironía desde la misma cubierta, que nos retrotrae a TOS (un viandante porta un número en sus manos), donde Gómez focaliza la atención de su estupenda ilustración en un vacío: una muñeca hinchable. El mismo título, Humo, parece aludir a una inconsistencia, a un esfuerzo vano. De hecho se abre el primer número con una historieta de Juan Berrio que lleva por título "Nada" y que nada cuenta con delicados dibujos: una desapasionada historieta de cuatro páginas en la que nada pasa y poco pretende.

Otro tanto cabría decir de Toño Benavides, quien aporta a Humo una voluta de sin sentido elaborando una historieta deliciosamente dibujada, con un estilo entre Raúl y Mattoti, que resulta al final una broma vulgar. Aunque puede hacer gracia su idea, no deja de ser irónico que se incluya en esta publicación como pretendidamente representativa de un nuevo modelo de historieta... Por fortuna, entrambos se halla Valenzuela, ese crack de la amalgama multirreferencial, que sorprende a propios y extraños con una historieta ambientada en Hebrón en el comienzo de nuestro calendario. Propuesta que se coloca en el punto diametralmente opuesto de las anteriores, pues esta historieta resulta abigarrada y farragosa, más de lo que es habitual en Valenzuela, hasta el punto de que él mismo anula algunas de sus viñetas con bloques de textos realmente cargantes. Con todo, su formulación, que araña la comicidad del propio torrente de su atropellado relato, es inteligente y original y la historia parece prometer momentos interesantes.

El serial de Juanjo el Rápido "Escarcha" resulta otra vuelta de tuerca estilística en su camaleónica trayectoria y parece también prometedora, pero de esta primera lectura no se puede obtener otra cosa que una bocanada de intriga. Es destacable por su tratamiento de la mujer y porque parece querer contar algo realmente. La propuesta del premiado y polémico M.A. Martín, que toca asunto parecido, es también interesante: las mujeres hablan entre sí de sus apetencias y los hombres, que las vigilan a través de cámaras, también comentan sus opiniones sobre las mujeres. Ácido, real, un ejemplo de la distancia entre mujeres y hombres en el campo de los sentimientos. Otra vuelta de tuerca a la incomunicación tan del agrado de Martín.

La aportación de Lola Lorente es la más inquietante de Humo desde el punto de vista estético, con ese toque infantil ubicado en espacios abstrusos, pero también habrá que esperar a ver qué nos quiere contar. En un estilo tangente, Raquel Alzate nos brinda un delicado ejercicio estético más al otro lado del espejo que a éste, brumoso y de azogue, como a ella le gusta, también protagonizado por una niña y con gotitas de horror psicológico y algo de miedo infantil rondándolo todo. Ante las escasas páginas vistas, el estómago se nos queda vacío. Aunque más hueco queda tras ver lo de Jali: cuatro viñetas / página que nada permiten juzgar salvo que no acierta a narrar nada. Esperemos que no siga así.

Paco Roca, por el contrario, se esfuerza por hacer en las escasas páginas que le han tocado una historieta compleja y bien contada. Es la suya otra historia sobre las crisis de pareja, que no debe antojársenos cansina por más que el tema parece agotado hoy en día: su planteamiento es divertido, construye personajes intrigantes y atrayentes y, en suma, su arranque es el más prometedor de Humo. El “Sexorama” de Lorenzo Gómez no se queda a la zaga y es la otra propuesta que más entusiasma de entrada, bien que sus personajes están poco definidos, dispersos en protagonismos de a humorada por página. Trata sobre sexo, lo que interesa a los hombres sobre todo, y más que reírse de uno mismo intenta descubrir obsesiones. Desde luego es lo más refrescante de Humo.

Por lo que respecta a los textos, destacaríamos la sección de crítica, "Peligro de incendio". Juanjo el Rápido siempre cuidó este detalle en sus publicaciones (con Cuadrado, en Idiota, con la sección sobre fanzines en TOS) y aquí continúa con la sana costumbre. Acierta en el encargo, pues adjudica el cenicero a Pepo Pérez, que además de un buen dibujante es un hábil reflexionador sobre el medio que ha escrito reseñas y críticas generalmente con criterio y acierto. Aquí hace lo propio, se expresa con coherencia sobre un tema, la crítica mimosa, que provoca bien poco la deflagración no obstante el título de la sección lo pretenda. Estamos de acuerdo con él en lo esencial, porque la crítica de historietas 'almibarada' que abunda hoy en España, en efecto, no conduce a ningún fin práctico. Hay tres peros a su exposición. Un pero a la extensión: para decir eso no hacían falta dos páginas. El segundo pero se halla en el punto de partida, pues no define qué es para él la "crítica de historietas" y no sabemos si en su texto se refiere a la escasa que existe pagada en nuestro país (la que hacen los periodistas, eventual y generalmente floja; o la de Dolmen, que consiste en recensiones relampagueantes, la de otros prozines que a lo mejor pagan y que juegan con similares criterios: Dentro de la Viñeta, Nemo...) o a la impagada, la de los fanzines (cada vez menos, muerto el Wendigo, queda Comicguía y poco más) o la de los espacios hipermedia (pudiera ser que cuando arremete contra la crítica amable esté pensando en los comentarios en los diarios de internet, visto que el epicentro de este género en España es actualmente un blog en el que opina un señor para disfrute de una legión de aficionados). Y, tercer pero, no concretar su dardo: ¿a quién lo dirige? ¿Por qué no cita o nombra a esos críticos blandos? ¿Acaso no propone que no hay que tener miedo? Por fortuna, Pepo logra lo que pretende: que pensemos. Es su espacio necesario y muy de agradecer en Humo.

La sección de recensiones es buena. Demasiado cortas, pero el director cuenta con el aval de las firmas, que saben decir lo suficiente en poco espacio. Y ahí tenemos a Eduardo García Sánchez, el-teórico-que-se-hace-desear y cuya lectura es siempre edificante. También hay una sección endogámica, donde entrevistan a Juan Berrio, uno de los chicos del colectivo de historietistas que arriman el ascua a Humo. Pues vale.

¿Funcionará en nuestro mercado una revista así? Posiblemente cubra gastos; al menos los del editor. Pero cabe preguntarse si la fórmula del continuará recobrará vida y si la actualidad vencerá a la cadencia. La revista cuenta con una calidad media aceptable, a pesar de su heterogeneidad, descollando los trabajos de Roca, Gómez y Valenzuela. Pero quizá debiera abrirse a propuestas menos oníricas e íntimas y apostar por historietas más hondas, con igual exigencia en lo estético pero con mayor calado en lo narrativo.

Por el momento, merece arrimarse al fuego a escuchar historias. A ver si de verdad nos las cuentan.


HUMO, 1, de varios. Astiberri, Bilbao, XI-2005

Revista de historietas, 21 x 21 cm., 48 pp., b/n, 6 euros

Dibujan: Juan Berrio, Santiago Valenzuela, Toño Benavides, Juanjo el Rápido, Lola Lorente, Jali, Paco Roca, Miguel Ángel Martín, Raquel Alzate y Lorenzo Gómez. Textos de Pepo Pérez, Koldo Azpitarte, Elena Cabrera, Eduardo García Sánchez y Quim Pérez, más una entrevista a Juan Berrio. Sitio web propio: http://www.astiberri.com/humo/

Presentación editorial:

«HUMO es una revista de 48 páginas en blanco y negro con periodicidad trimestral. HUMO cubre a partir de noviembre de 2005 el hueco dejado por la revista TOS tras su desaparición en junio de ese mismo año e intenta animar el casi inexistente mercado de publicaciones periódicas en España. Juan Berrio, Santiago Valenzuela, Toño Benavides, Juanjo el Rápido, Lola Lorente, Jali, Paco Roca, Miguel Ángel Martín, Raquel Alzate y Lorenzo Gómez son los historietistas que forman parte del primer número de HUMO bajo la dirección y diseño de Juanjo el Rápido, uno de los autores que integran sus páginas, y edición de Astiberri.

CUENTOS TONTOS. El título de la serie hace honor a lo que se espera de ella. Juan Berrio estira su talento hasta límites insospechados.

EL GABINETE DEL DOCTOR SALGARI. Es el nuevo serial de Santiago Valenzuela. Él insiste en poner texto, mucho texto. Y al que no le guste, que no se lo lea. Él se lo pierde.

POLVO EN EL SÓTANO. Desde la primera viñeta hasta la última, descubrimos de nuevo a un ilustrador magistral recuperado para el mundo de la historieta: Toño Benavides.

ESCARCHA. Esther, Carla y Charo tienen dos negocios paralelos: uno es una tienda de ropa, el otro un asunto del que no conviene hablar. Éstas son sus vidas, que nos cuenta Juanjo el Rápido a principios de los ochenta.

DESAPARECIDA. Es morenita y tiene los ojos color avellana. Tan sólo tiene nueve años, se le vió por última vez el 15 de marzo de 2003 y está dotada de una voz prodigiosa. Nos lo cuenta Lola Lorente.

LOS CUENTOS INÉDITOS DEL NIÑO MIOPE. Mikael Conrad dejó muchos relatos inéditos a su muerte. Jali los recupera y convierte aquellas letras en imágenes.

COMO CAGALLÓN POR ACEQUIA. Es una expresión muy valenciana, el sentirse perdido, inmerso en un laberinto del cual resulta difícil salir. Paco Roca vuelve a acertar con este precioso tebeo.

SEMILLAS DE CONFUSIÓN. Miguel Ángel Martín es un ser superior, como Florentino Pérez. Con mucho menos dinero pero el doble de cojones.

LA CAJA OSCURA. Laura funciona con su caja a la manera de Alicia con su espejo. De la mano de Raquel Alzate cruzaremos a un universo diferente y no siempre más luminoso.

SEXORAMA. ¿Sabe Lorenzo Gómez algo de sexo? Él dice que sí, habría que preguntar a su mujer si los argumentos de la serie salen de su cabeza o de algún número antiguo del Cosmopolitan. [La historieta Sexorama puede leerse completa en línea en espacio que le tienen reservado en el sitio web de Astiberri]

HUMO cuenta también con tres secciones de texto, de dos páginas cada una. En Bocanadas de... se entrevista con un tono no exento de desenfado a unos de los autores de las series que se publican en la revista. Pepo Pérez, dibujante y teórico de cómics, se encarga de Peligro de incendio, un apartado donde se habla de diversos aspectos que tienen que ver con el medio. Y en Señales de humo una serie de colaboradores (Koldo Azpitarte, Elena Cabrera, Eduardo García Sánchez y Quim Pérez) reseñan obras de autores españoles que se han publicado en el mercado editorial a lo largo de los últimos meses previos a la publicación de cada número.

COLECCIÓN DE LIBROS HUMO.

La colección HUMO estará compuesta por volúmenes recopilatorios de algunas de las series publicadas originalmente en la revista, incluyendo siempre material inédito realizado expresamente por cada autor para cada volumen. Constarán habitualmente de 48 páginas en blanco y negro y estarán publicados en el mismo formato que la revista. Cada uno de los títulos será anunciado y listado en este apartado de la web.»

Reseña de Manuel Barrero. Tebeosfera recibió servicio de prensa de Astiberri.


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