
El monstruo tradicional había dejado de ser un engendro aparte o un individuo excepcional para integrarse en el tejido social. La maldad era ya algo discutible, hasta desde una nueva ética, y vampiros, gules y zombis formaron sociedad con nosotros, bien como razas ocultas o marginadas, bien como plagas alegóricas de las nuevas enfermedades globales.
En los primeros años del siglo XX se operó una vuelta al género para rescatar a los clásicos a la luz de los nuevos tiempos (ocurrió con Stoker, Shellley, Stevenson, Poe, o con William Hope Hodson o Lovecraft) y también para integrar a estos monstruos clásicos como "clases" en nuestra sociedad, siempre con el amor y la muerte puestos en la balanza. De esto hablábamos ayer al reseñar la serie RAPACES.

o en los que usufructaron otros géneros para vehicular el horror o simplemente lo integraron en las ofertas de consumo habitual para adolescentes (videojuegos, series de televisión, etc.):

ALONE IN THE DARK (PLANETA, 2001)
RESIDENT EVIL ESPECIAL (PLANETA, 2001)
RESIDENT EVIL. FUEGO Y HIELO (PLANETA, 2001)
BUFFY CAZAVAMPIROS (RECERCA, 2004)
OJO DEL DIABLO, EL (RECERCA, 2005)
Entre los guionistas de este "nuevo horror" destacaron algunos como Steve Niles, que generó nuevos miedos con la simple multiplicación de los focos de peligro:

REMAINS (RECERCA, 2005)
El género había vuelto a ponerse de moda, en definitiva. Y fueron varios los lanzamientos de cómics de este tipo que trataron estos temas (nueva mirada al vampirismo, revisionismo de los clásicos, adaptaciones cinematográficas y televisivas, obras de Steve Niles y otras). Una de las más dignas de recuerdo, que aún se publica, arrancó en 2005:
MADE IN HELL (NORMA, 2005)

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