Las historietas detectivescas y de espionaje fueron del gusto de los lectores de tebeos españoles desde los años veinte (ahí estaba la Biblioteca Reflector Aventuras Detectivescas, de 1925), pero sobre todo cundieron entre el gusto general a raíz de la publicación de cómics de esta temática en revistas como Aventurero (de Hispano Americana, desde 1935), cuadernos como la colección Las grandes aventuras (de 1936, luego título de toda una línea) o Chicos (Gil, desde 1938). Fue Hispano Americana el sello que inició la expansión de este subgénero en los tebeos españoles, produciendo o traduciendo series previamente publicadas en Italia o Francia. Por supuesto, el “mussoliniano” Dick Fulmine merece ser citado entre los hombres de acción, al servicio del Estado, y capaz de enfrentarse a toda una escuadra de aviación si necesario fuere. En España comenzaron a ofrecerse traducidas sus aventuras en 1940:
JUAN CENTELLA (HISPANO AMERICANA, 1940)
JUAN CENTELLA (HISPANO AMERICANA, 1944)
(hubo más colecciones, pero posteriores, y no las tenemos catalogadas)
Nuestros autores incorporaron a los agentes especiales tras la guerra. Tras “nuestra” guerra. Y aquí cabe citar como pionera una de las series ya tratadas en Tebeosfera, la titulada Los vampiros del aire (Marco, 1940), que aún se sitúa en un limbo genérico en el que están esas historietas no muy claramente definidas, como las de Javier Montana (1940) o las de la colección SOL (1941), porque sus protagonistas policías o detectives tocan varios palos: lo detectivesco puro, la aventura exótica, la ciencia ficción, el policía enfrentado al horror, etc. Acaso con el personaje César, el Hombre Relámpago, ya estemos ante un modelo más cercano al del agente especial.
CESAR, EL HOMBRE RELAMPAGO (MARCO, 1940)
Otros títulos que aparecieron a lo largo de la primera mitad de los años cuarenta y que incluyeron acciones de agentes y detectives contra planes criminales de envergadura fueron:
INSPECTOR WADE, EL (HISPANO AMERICANA, 1941)
ALBUMES PREFERIDOS POR LA JUVENTUD, MONOGRAFICOS (HISPANO AMERICANA, 1942)
Hubo héroes extraños, a mitad de camino entre villano y superhéroe, como El Murciélago de Boixcar (Marco, 1943), o El misterioso Dr. Satán, del mismo año, lanzado por Valenciana, sello que publicó otra colección con aventuras de esta índole:
GRANDES AVENTURAS (VALENCIANA, 1943)
También cabe citar las colecciones del sello madrileño Rialto, sobre todo Diamante Negro:
Ayudaron en toda esta labor de catalogación Adolfo Gracia, Andrés Álvarez, Antonio Moreno, Jorge Tarancón y más.
Tebeosfera. Gente especializada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario