CLÁSICOS MARVEL B/N, Nº 9. GUARDIANES DE
Parias al rescate
Reseña por Antonio Santos
Nueva etapa de nuestra recuperación de la memoria histórica del tebeo. El hito sometido a análisis surge de un momento de alocada creación y expansión de
Datos técnicos.-
Clásicos Marvel B/N, Nº 9: Guardianes de
La que nos espera (sinopsis).-
En 3007, un puñado de héroes tipo EQUIPO A, cada cual dueño de un prodigioso poder fruto de las mutaciones genéticas necesarias para adaptarnos a las condiciones hostiles de diversos planetas del Sistema Solar, y románticamente caracterizados por ser los últimos de su raza o época, instiga a la rebelión a la sometida Humanidad (50 millones de seres) y liberarse del yugo BADOOM, esos escamosos imperialistas tan pródigos en las colecciones Marvel. Mas estos emancipadores del espacio (que contarán con alguna que otra destacada ayudita) reciben de la poco antes cautiva Humanidad desprecio e ingratitud en pago a su generoso y denodado esfuerzo. Su franca y racial hostilidad los impulsa al espacio, a bordo de la nave CAPITÁN AMÉRICA (ahí lo llevas), y pese a la miseria demostrada por la raza humana, la gran nobleza de sus corazones les convierte en los Guardianes de
¡Guardianes de
Incluso desde el primer y muy sugerente número, fecundo en el aspecto creativo de los protagonistas de esta saga sacada a trompicones, un fuerte impulso de premura salpica sus páginas. Drake, creador del singular cuarteto (que el A-TEAM televisivo tantas similitudes guarda con ellos), dibujado por Gene Colan con un trazo inquietantemente deslizante, de planchas quebradas y dislocadas viñetas, estaba tan ilusionado con sus singulares que los mete en faena corriendo (como debe ser), confiando en atar cabos a medida que la serie progresase. Pero jamás llegaron a atarse, al menos, con sus mientes, pues la dirección en la que apuntaba prometía y mucho.
Años más tarde, Gerber recupera del olvido a estos indómitos y, ayudado por el más que limitado lápiz de Milgrom, que se cargó (en varios aspectos) entera la serie, patean traseros de reptiles, liberan a
Como digno material Marvel, debe contener drama y rechazo social, en este caso, el elemento racista, argumentalmente desperdiciado porque Gerber tenía ínfulas de grandeza y un planeta no le bastaba para contar cuanto quería.
Al equipo (A) original se les une un farragoso de bemoles: HALCÓN ESTELAR, medio gurú, medio santón, medio mujer, medio médium, totalmente imbécil, que siempre anda escaqueado, arrogantemente sabiondo y engreído émulo de CAPTAIN MARVEL. Como si no tuviéramos bastante con las esquizoparidas de VANCE ASTRO, fetichista de CAPTAIN AMERICA, condenado a vivir embutido en un exoesqueleto (primero, de cobre muy dúctil, por cierto; luego, de metal, muy dúctil, por cierto) pues la mera exposición a un suspiro lo reduce a polvo, consecuencia de su viaje a PRÓXIMA DE CENTAURO que duró mil años. Cuando aterrizó allí, descubre que el planeta ya está urbanizado hace siglos porque poseían naves que abreviaban el viaje. ¿No va a estar el tío cabreado? ¡No abortaron su misión, rescatándole y ahorrándole traumas! Le dejaron hacer el canelo por el espacio.
Interesante resulta el vidriado MARTINEX, paisano de Plutón (¿o de DURALEX?), el más listo posible, pero al que el capricho del guionista mantiene en un olvidado segundo plano. CHARLIE-27, el forzudo joviano, muy circense cruce del GOLIAT de EL CAPITÁN TRUENO (erigido icono del separatismo) y un luchador de WRESTLING, y YONDU, el ÚLTIMO MOHICANO de CENTAURI, destacan a ratos, aunque poco tienen que hacer frente a la tontería dual de Halcón Estelar, uno que sabe, menos caer bien.
Como el apiñamiento de machotes podía devenir en perniciosos cotilleos para sus viriles reputaciones (y más confinados en uno de los roscos estelares de STAR TREK -puntazo de originalidad, vamos-), introducen a la tóxica NIKKY, la última (por supuesto) del planeta Mercurio, PIPPI LANSGTRUM espacial, que se enamora del comandante Astro, que bien podía ser el jefe de los Guardianes, dada su experiencia y grado, aunque para eso está Halcón Estelar, uno que sabe, hasta ser el más insoportable.
Pero ¿quién les nombró Guardianes?-
De nuevo estamos ante un título errático, como STAR-LORD. Conforme a éste, esperamos que se trate de una elite fabulosa que, en plan JOHN WAYNE, llegue a un mundo cruelmente sometido (o amenazado de serlo) por un agresor despiadado y lo impidan aplicando alguna ley antimatones espaciales consensuada. Tienen la nave, los poderes y los diálogos para hacerlo.
Pero
Ya en pleno espacio, donde se supone que erradicarán la amenaza badoom, cosa que les afecta muy directamente, se dan de morros con un PACMAN sideral que come planetas, a su vez es bacteria del asombroso concepto del HOMBRE TOPOGRÁFICO (que al final resulta una escabrosa extravagancia resuelta alocadamente) y que constituye el espinazo argumental de este tomo, una idea que se aproxima a otra de CLIFFORD D. SIMAK.
Descubrimos el origen de Halcón Estelar, HAWKMAN de este Universo (la estatua de la que obtiene sus poderes no puede ser más reveladora) y el por qué de su dualidad. Y todo esto francamente inspirado en la imaginación de GENE RODDENBERRY, cuyos preceptos siguen lealmente estos Guardianes de
Su derrotero narrativo, así como la escuálida labor de Milgrom, lo delatan. Alguien estaba empeñado en cargarse el invento y no pudo elegir equipo mejor para hacerlo, porque lo que más desluce de esta serie es la fase gráfica. Recordemos que Milgrom estuvo a punto de 'heredar' Marvel tras la gran 'espantá' de los dibujantes estrella a DC o las embrionarias independientes. Quedaron él y WALT SIMONSON, más algunos forzados a mantener la máquina en marcha. Milgrom se ocupó de ciertas colecciones, muchas punteras, a las cuales ayudó a hundir.
Recapitulando.-
Llama la atención la forma como los guionistas describen al arquero Yondu (¡maldita fijación por los ROBIN HOODS!) conectado a su peculiar MANITÚ, incluso casi breve bosquejo de un JEDI, al que tildan, sin empacho, de 'salvaje pero no tonto'. Y los negros son una raza inferior, ¿no? Una comparación que usualmente se reserva a los villanos se la endosan a uno de los héroes. Genial. Entonces, todo el discurso de los Guardianes, apátridas por culpa del racismo terrestre, es que ésta es la fuerza capital del Universo, practicada con mayor intensidad, incluso, por quienes lo sufren.
La nota simpática y prometedora (demarrajes a parte) del origen de estos Guardianes queda bien pronto defraudada y decae a hastío en la última aventura, en la cual recalan en dique seco durante una década. Posteriormente volverían a la acción, ora como secundarios estrella, ora como protagonistas (en una serie que de de Salazar nos informa tenía bastante de arqueológico), pero nunca lograron zafarse de la mediocridad de Gerber, tan tributario a aquél KILLRAVEN de entonces, empeñado a su vez en librarnos de otros agresores estelares.
La página.-
La 84. ¡PacMan ataca!
La viñeta.-
Por méritos: la 4ª de la página 28.
La frase.-
Son todas tan estridentes...
Lo mejor.-
La 'intrusión' de Estela Plateada (una lección a la que no sacaron provecho.)
Lo peor.-
Milgrom.
Reseña de Antonio Santos, de su serie La voz en el desierto/ entrega 24
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