En el final del siglo XX, durante los años noventa, se gestaron algunos de los cómics eróticos y pornográficos más importantes de todos los tiempos en los EE UU. La veta comercial la explotó Fantagraphics a través de Eros Comix pero otros editores, de menos volumen de negocio (por entonces llamados "independientes"), aportaron obras ciertamente relevantes. Uno de esos sellos fue Top Shelf, que en 1991 comenzó a publicar por entregas la serie titulada Lost Girls.
Sus autores, Alan Moore y Melinda Gebbie, culminaron la historia mucho después, datando su lanzamiento como obra completa en 2006. Era una
graphic novel densa, enormemente rica y al tiempo muy controvertida, porque planteaba temas sexuales de modo tan franco que rápidamente fue tachada de pornográfica. El tebeo alcanzó rápido reconocimiento y pasó a ser considerado una de las obras maestras de Moore, una entre tantas, pero que en este caso podía ser tenida por la obra maestra del cómic erótico.
J. J. Vargas, de la Universidad de Sevilla, hombre renacentista donde los haya, que tan pronto se profundiza en cómics de superhéroes o de humor, como se sume en series de televisión o analiza videojuegos, ha abordado el estudio de esta obra apoyándose en la semiosicología de Jacques Lacan para brindarnos una aproximación inédita y sorprendente.
LA MUJER SEGÚN ALAN MOORE EN LA OBRA ERÓTICA LOST GIRLS
Tebeosfera. Densidad teórica asegurada.
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