Manel Ferrer fue un autor todoterreno. Comenzó haciendo humor mudo, que se vendía a través de agencia (Selecciones Ilustradas) y también trabajos anónimos como dibujante de historietas que se distribuyeron por Europa. Luego se insertó cómodamente en la moda del humor sicalíptico y de la historieta salaz que invadió España a la muerte de Franco.
Manel fue autor de miles de tetas, culos y escenas subidas de tono que nos alegraron muchos ratos de aquella transición tan compleja. Escamoteó dignidad a las mujeres representadas en sus viñetas en la misma medida que los editores (y el público) lo solicitaban, sí, pero al mismo tiempo construyó un retrato del español reprimido y de las parejas de clase media de entonces que hoy supone todo un documento si se sabe leer. Su serie Manolo e Irene innovó con un modelo de humorismo todavía en boga, el de la pareja que se divierte y sufre en la sociedad en transformación que le ha tocado vivir mostrando también sus deseos y sus necesidades en el plano sexual.
Es uno de estos autores que trabajaron muchísimo, manteniendo un alto nivel de calidad, y que ha sido injustamente olvidado. Nuestra ficha da fe de una parte minúscula de su producción:
La imagen usada en esta entrada se publicó en Mata ratos nº 40.
Tebeosfera. También hubo grandes dibujantes de los bajos.
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