jueves, 26 de abril de 2012

LOS TEBEOS ERÓTICOS DE LA TRANSICIÓN



Hay parcelas de la industria de los tebeos que no solemos transitar, por vergüenza, por pereza o por desconocimiento. Los comics underground españoles no han sido tan estudiados como otros géneros o tipos, por ejemplo, y hoy es innegable que gracias a investigadores como Pablo Dopico conocemos la importancia de labores editoriales como la de J.M. Berenguer y el impacto que aquellos tebeos tuvieron sobre la cultura y la sociedad española de su tiempo.

El caso más evidente de olvido por parte de los investigadores y divulgadores es el del cómic erótico y porno, el que se dirige a los bajos instintos, a un sector del público concreto -el masculino- dejando al otro sector -el femenino- en evidencia y por lo común minusvalorado. En nuestro país los estudios sobre los cómics eróticos son muy escasos y los que existen no se preocuparon de hacer recuento de los lanzamientos que hubo en sus comienzos, de buscar los documentos legales que pudieron regular sus contenidos, de localizar a sus editores o los materiales originales, o de detallar quiénes fueron sus autores.

Hoy es un día de fortuna porque el subdirector de Tebeosfera, Javier Alcázar, se ha preocupado de explorar entre cientos de tebeos publicados entre 1975 y 1982 para aportar un documento verdaderamente impagable. No es fácil estudiar este tipo de publicaciones, por la dificultad de encontrarlas y por lo complejo que resulta analizarlas con rigor y sin sonrojo. Alcázar lo consigue, con seriedad y amenidad a partes iguales, y reconstruye un pedazo de la historia de nuestros tebeos embarazosa pero relevante para comprender un poco mejor nuestra transición hacia la democracia, los gustos de los desbocados españoles de la segunda mitad de los setenta, los pocos escrúpulos o el oportunismo de los editores, y el escaso aprecio por lo femenino en un tiempo de conquista de libertades en el que ellas perdieron... dignidad.



Tebeosfera. Ya nadie hará artículos como éstos.

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