La gran mayoría, por no decir todos, los editores que sacaron a relucir tetas en las portadas de sus tebeos durante los primeros años de la transición pueden tacharse de oportunistas. De todos ellos, Marc Ben, un editor en la sombra, fue el peor.
Al igual que Elviberia, Marc Ben vivió dos años de sus ediciones de libritos y cuadernitos con viñetas e historietas que iban de la sicalipsis al porno blando (y cutre), con una parte de su fondo extraído de traducciones de fumetti de sexo y violencia (Chacal, Wallestein, Playcolt, Sanguinarios) y otra parte consistente en compilaciones de humorismo gráfico salaz de diversa procedencia con títulos como Bolsi risa, Maxi risa, El trompa, La tetera, etc., publicaciones en las que la mujer era, casi siempre, una suerte de andamio para pechos gigantes o, muchas veces, una puta solícita al servicio de alfeñiques anhelantes de sexo. En lo relativo a iniciar una producción "española" únicamente recordamos su Tipycolladas, ya en su final de trayecto.
Pese a reconocer la baja calidad de estos productos, en TEBEOSFERA hemos hecho un esfuerzo -considerable- por catalogarlos y podemos decir, a día de hoy, que tenemos una idea bastante aproximada de lo que este escurridizo editor lanzó al mercado entre 1976 y 1977 (y den las gracias a los tebeditores Manuel Díaz Bejarano, Javier Alcázar, Ricard Sitjà, Cayetano Cabrerizo y Rogelio Blanco, que nos ayudaron a catalogar estas ediciones):
Tebeosfera. Tiempos lujuriosos.
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