jueves, 24 de enero de 2008

MUESTRA DE J.L. MORO EN VALENCIA


EL ANUNCIO DE LA MODERNIDAD. ESTUDIOS MORO 1955-1970

Podremos admirar una exposición del creador de la Familia Telerín (estas navidades
los vimos resucitar en unos grandes almacenes) en el valenciano museo MuVIM, comisariada por Luis Fernández y abierta hasta el día 3 de febrero.

De Moro todos recordamos su "Vamos a la cama", que nos llevó a dormir a toda una generación, y por sus mascotas televisivas (la calabaza Ruberta o la bota Botilde del Un, dos, tres eran suyas también). Moro fue uno de los puntales de la animación en España en los años cincuenta que había vivido una etapa como dibujante de historietas en los años cuarenta. Sus ilustraciones e historietas vieron la luz en revistas de la época como Flechas y Pelayos, Maravillas y Chicos, y sus diseños de núbiles damitas aparecieron en Mis Chicas, casi definiendo un estilo y una afectación que luego inmortalizaría Audrey Hepburn.

Los estudios Moro fueron fundados por José Luis y su hermano en 1955 y desde allí produjeron gran cantidad de cortometrajes de animación publicitarios. Hemos hallado en nuestro archivo una entrevista de 1958, publicada en BLANCO Y NEGRO, 2.431, número del 6 de diciembre (la fotografía de J.L. Moro que encabeza esta noticia procede de allí) en la que se le definía como el Walt Disney español. Por entonces se habían hecho muy populares sus "fimlets", unos cortos de animación que se exhibían en los cines cuando todavía se estilaban los intermedios con el patio de butacas iluminado. Declaraba José Luis en aquella entrevista que comenzó colaborando con Flechas y Pelayos a los doce años y que alternó aquellas historietas titubeantes con dibujos para el periódico Español y para el semanario Cu cú. Aclara que su última etapa como historietista la pasó en "Chicas" (se refiere a Mis Chicas) y que también "por aquel entonces dibujaba los cuadernos de Walt Diensy en su edición española" (quizá se refiere al terminado de alguna historieta en la primera colección Dumbo).


En otra parte de esta jugosa entrevista, Moro cuenta cómo su hermano y él compraron una cámara fotográfica en el rastro de Madrid y con eso y unas placas de celuloide que sacaban de un hospital (los soportes para las radiografías les servían como acetatos aplicándoles un lavado previo) comenzaron con su empresa, allá por 1948, en un estudio particular y dibujando Moro él solo el millar de intercalados necesarios para su primer espot: una pasta dentífrica. El segmento siguiente publicado en Blanco y negro es un "como se hace una película de dibujos animados" (en 1958) que resulta muy instructivo. Moro se despedía del entrevistador comentando lo prometedor que parecía el futuro en aquella España rutilante, amanecedora, pensando ya en hacer largometrajes no publicitarios. Pocos hizo. Su familia Telerín volvió a vistiar los tebeos en los años sesenta, en el Din Dan de Bruguera y en el suplemento Chío.

Será interesante ver esta exposición sobre estos creativos publicitarios con raíces humildes y cuyos logros creativos tampoco pudieron escapar de esa humildad.

Las otras exposiciones actualmente en el MuVIM son: Tàpies: Grafismo y compromiso, La Caricatura social y política, 30 años de diseño en la Comunitat Valenciana, y Tejido humano. Factor urbano.


En la otra imagen, una "chica Moro" de
Mis Chicas

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