jueves, 29 de septiembre de 2011

CHIRIBITAS, OTRA DE CALLEJA


Saturnino Calleja fundó una empresa editorial partiendo de la pequeña empresa familiar de impresión de su padre. Su planteamiento fue parecido al de muchos industriosos de final del XIX: poner en circulación productos muy atractivos pero a la vez muy asequibles, de modo que los beneficios dependieran de una gran masa de compradores. Su modelo de libro infantil, de libro de cuentos o del pedagógico, fue revolucionario, y a ello contribuyó la altura de los ilustradores escogidos para iluminar las páginas de aquellas publicaciones.
Calleja también se atrevió con la edición de revistas con historietas, que concibió con gran calidad, como hemos podido comprobar con Pinocho. Era prensa para la infancia lo que editada, verdaderamente; o sea, revistas con bastante texto (didáctico, de ficción, de pasatiempos) y poca historieta (unas ocho páginas sobre veinte). Pero los cómics eran tratados con mimo, como ejemplifica la publicación Chiribitas, para la que se tradujeron series de suplementos de diarios estadounidenses que aquí llevaron pomposos títulos:
Trifón y Sisebuta, Genaro y Margarita, Mary la Mecanógrafa o el Eterno Femenino, Viriato Ortiz, Barney Google y Spark Plug, Armogasto y Uranda, Don Pancracio, El Capitán Corretón y sus chicos Tin y Ton. Reto: Adivinen sus títulos originales sabiendo que son obras respectivas de McManus, Murphy, Westover, Sterrett, DeBeck, Webster, Locher y Knerr.

CHIRIBITAS

Por cierto, tenemos esta colección incompleta. Ayúdennos a recuperar la memoria de esta revista que sirvió historieta americana a mitad de los años veinte del siglo ídem.


Tebeosfera. Chispeantes.


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