Por Antonio Santos (La voz en el desierto, entrega 52)
Se preconizaba épica, dos poderosos adversarios sudorosos y contusionados, amoratados a causa de las trompadas recibidas, tolvaneras gigantescas y escombros volando hasta la estratosfera, devastación en los páramos de Nuevo Méjico, ecos que reverberaran de una a otra costa de Estados Unidos, ¡que llegaran hasta Europa! Estaría en consonancia con el clima que el MANGA (que, en ese sentido, había roto todas las timoratas fronteras) había impostado en este tipo de enfrentamientos.
Lo más que levantaron fue una polvareda, producto de un feo malentendido, y fomentar una alianza circunstancial sui generis contra el tortuoso LEX LUTHOR.
Datos técnicos.-
El Increíble Hulk Vs. Superman. Número único, de grapa. Venturoso cruce de iconos punteros de DC COMICS y MARVEL, guionizado, edulcoradamente, por ROGER STERN. Al lápiz: STEVE RUDE, entintado por AL MILGROM; STEVE OLIFF le añadió rubor a las mejillas. JG & COMICRAFT – ERIC ENG WONG diseñó el cómic (?). SANTIAGO GARCÍA lo tradujo. Rotulado por LUIS SANZ. Sentidamente, se reconoce la obra de STAN LEE y JACK KIRBY, recordándonos que JERRY SIEGEL y JOE SHUSTER fueron progenitores de uno de los bebés. Historieta en color de 52 páginas, al importe de 375 pesetas. Aparecido en Estados Unidos en 1998, llegó aquí de la benefactora mano de FÓRUM en 1999.
De qué va.-
Aprovechando un programa especial de TV, Superman evoca su encuentro con el GOLIATH VERDE, años atrás, que quedó implicado en una tramoya de Luthor destinada a matar al HOMBRE DE ACERO. Cuando tales titanes aúnan fuerzas, obviamente, ningún plan de Luthor puede triunfar, tal como así ocurre.
Duelo en OK Nuevo Méjico.-
Gran parte del fracaso que este tebeo, lindo, limpio e inofensivo, sin gran relevancia, acaparó entre los entendidos (aunque fracaso quizás sea un término excesivo: decepción se ajusta más) se debió a que la atmósfera de entonces (1999) estaba aún calentita con la feroz contienda que SON GOKUH y FREEZER (o cualquiera de los siguientes) sostuvieron, épico tanteo a guantazos que removía los mundos donde se producían, y que, en las pantallas de televisión, aún seguían reverberando. De entrada, un combate entre
Roger Stern tuvo la oportunidad de ingresar en el panteón (por otros méritos), y codearse, ya que estamos, con HOMERO, recreando un enfrentamiento tan legendario como el que el griego relató, sostenido por HÉCTOR y AQUILES, limitándose, empero, a contar una pulcra historia burguesa, tipo PLEASANTVILLE, de señores muy bien educados que tienen un desagradable altercado por culpa de una plaza de aparcamiento. Stern, nos advierten, venía cachas con el superventas VIDA Y MUERTE DE SUPERMAN (del cual vuestro scriptor reconoce que no puede dar parecer, ni detalles) y eso suponía, aparentemente, garantía automática de éxito. Mosqueó a los aficionados desarrollando una nueva y “enrevesada” intriga criminal urdida por un Luthor que parece RONALD MCDONALD alopécico, vestido con el traje blanco e impoluto del afamado coronel de la cadena del pollo frito. Luthor espolea la volcánica ira de un muy poco objetivo GENERAL ROSS para engrasar sus planes que, por supuesto, fracasan.
Tras la embustera portada.-
Que es uno de los pocos logros con los que cuenta esta historieta, atractivo anzuelo que garantizaba, junto con el título, su venta. Tras ella, descubrimos las académicas, claustrofóbicas y rigurosas planchas de Rude, monótonas en su concepción, así como que Stern está más interesado en mostrarnos los curiosos paralelismos que guardan las identidades civiles de ambos personajes que en la acción y, en ese sentido, su labor es impecable. Resalta elementos que están ante nosotros, pero que, inadvertidamente, no llegamos a apreciar. También intuimos que Stern rompe el presunto “trato entre caballeros” que las Editoriales en danza tienen cuando chocan personajes capitales de sus elencos, y prepondera ligeramente más la figura de Hulk, relatando los cuantiosos logros del COLOSO ESMERALDA frente a una hierática presencia de Superman, que ya es balsámica, taumatúrgica, per se (también debemos anotar que Stern trata de hacer ver que
También desprende una indefinida sensación de que Hulk es anterior a Superman, y que el “insignificante” CLARK KENT copia rasgos del “canijo” BRUCE BANNER, o que, cuando menos, son contemporáneos. (Por cierto, ¿no es este año onomástico de Superman?)
Muestra clara de que Stern no está por la labor de emporcar con un violento meneo a los protagonistas es el ejemplo que hallamos en la viñeta en la cual
Aunque este tipo de “malentendidos” entre héroes luego se salda con una alianza o amistad, en este tebeo cada cual sigue por su camino, por tortuoso que sea posteriormente.
Idiosincrasia.-
Pero anotemos los parecidos entre ambos personajes, que es hacia donde continuamente nos empuja Stern: sus identidades civiles corresponden a personas “débiles” y “sugestionables” por los caracteres “fuertes” (Ross-LOIS LANE); ambos se pertrechan tras unas gafas, garantizándose una apariencia anodina; sus personalidades “civiles” son educadas, motivo para que abusen de ellos; están dispuestos a retroceder ante el primer graznido, aunque ellos lleven la razón; ambos están enamorados de mujeres aparentemente inaccesibles (“que no les merecen”), pues ellas beben los vientos (al parecer) por figuras más combativas, viriles, decididas, sin complejos (BETTY ROSS de GLEN TALBOT, nos convenció otrora Stan Lee, y Lois Lane de Superman, despreciando al tímido e ingenuo pero atento Clark Kent –cuyas iniciales también coinciden con las tónicas del CIUDADANO KANE [CK]; da que pensar-. Esto del amor de Lane por Superman merece unas líneas, pero para otro momento); ambos soportan a un ADLATER o SIDEKICK juvenil y paliza (aunque su nombre cambie, es el mismo menda en ambos casos: JAMES RICK OLSEN JONES); un ambiente campestre predomina en la existencia de ambos personajes.
La que luce el cargoso Rick Jones dibujado con la jeta de SAL MINEO o JAMES DEAN, y que nos sirve para ubicar temporalmente la proeza, así como el momento, premagnicidio de JFK, de una América blanca y protestante, de señores conservadores que fuman en pipa y mujercitas recatadas que viven para su cocina y sus hijos, donde Lois Lane, combativa, puede tacharse de zorra marimacho y Clark Kent se pasea con un traje a rayas digno de un gángster, con el semblante de HAROLD LLOYD, aunque luego cierto elementos (las armas, los portátiles, los teléfonos celulares…) desmientan esta impresión.
¿Es una pelea o un homenaje o qué?.-
Steve Rude, con su línea pura, lo justo sombreada (su calidad como autor es indiscutible), que Milgron ciñe con precisión al papel y Oliff colorea con una brillantez digna de un producto inofensivo marca DISNEY, tan luminoso que las sombras no ocultan ninguna doblez en las conductas, ni siquiera en los maquiavelismos esbozados por Luthor (ni tampoco en la forma como Lois Lane trata de engatusar al joven paleto Rick Jones, ataviada casi como una bailarina de LAP DANCE), y el brillo solar que refleja Superman alumbrando cada plancha y viñeta, hace aquí un trabajo tipo “homenaje” que aferra, con energía, los más conocidos tics gráficos de los autores o creadores de estos personajes. Así, Hulk recrea los amorfos y macizos rasgos del cráneo cuadrado, a lo BORIS KARLOFF, de Kirby, y Superman es el deportista de sana mirada y franco optimismo ante el futuro y plena confianza en sí mismo de CURT SWANN.
El trabajo de síntesis de Rude tiene un valor relativo. Porque, en más de una viñeta, lo único que ha tenido que hacer es copiar la ya dibujada y corregir alguna imprecisión del original, transmitiéndole algunos de sus propios rasgos distintivos, el cual vuelca, con considerable talento, en otras muchas más. Así, los cañones y artefactos poseen una clarísima factura Kirby, y el HOMBRE DEL MAÑANA viste un ajustado chándal (tipo años 1950) con unas botas ridículas, todo sin marcar un músculo de más, al contrario de esta grotesca moda de pintar con spray los BODY BUILDINGS esculpidos/esculturales de los personajes actualmente dibujados.
Recapitulando.-
Lo verdaderamente interesante de este tebeo es ver cómo interactúan los marcados y distintos caracteres de estos personajes, cómo Luthor metía mano en los arsenales de Marvel y lo esgrimía contra Superman. Con semejante canalla, con tan lograda reputación, se esperaba mucho más que el patético histerismo, casi pueril, que luce. El calvo envidioso/bilioso aquí caracterizado es malo sólo por tradición, no por sus hechos. Cualquier plan de EL LÍDER, o DR. DOOM, ¡hasta el HOMBRE TOPO!, tiene más enjundia y maldad; son más crueles y viscerales al ejecutar sus villanías… exceptuando las paridas, recurrentes y payasescas, que con cierta frecuencia adornan muchos de estos planes.
Para disimular la falta de vehemencia del combate físico y prolongado que se esperaba de este enfrentamiento, bien pudo Stern acogerse a la enmienda de que ambos personajes aún no estaban en el apogeo de su poder, que ya era considerable, no obstante, en estos ingenuos 1960 y tantos que tratan de recrearnos, pero, en verdad, se trata de una anomia no localizada la que atenaza a este tebeo, volcado, sobre todo, en mostrar esos paralelismos, desechando la épica que exigía la historia.
Stern esbozó su homérica descafeinada siguiendo la estela marcada por PETER DAVID, que concluía con la muerte de Betty Ross por envenenamiento radiactivo y arrojaba a los caminos, cuan estupefacto peregrino sin meta, a Banner, emulando al personaje de la serie televisiva de hace décadas. Todo aquél trabajo (meritorio, pese a sus altibajos), quedó posteriormente desautorizado por los vaivenes editoriales subsiguientes, los cuales hemos remarcado en otras ocasiones.
Podemos intentar menguar la decepción que genera este tebeo (como una metáfora de la fábula de las uvas verdes) admirando el trabajo “de homenaje” que hace Rude, impecable y limpio, de una claridad que, no obstante, bordea lo estéril, e impide transmitir al lector algo dimanado de los personajes, o solidarizarse con ellos. Su meticulosa precisión retrae, curiosamente.
Con honestidad, no podemos recomendar este tebeo. Su único bien potable es la curiosidad que supone ver malogrado lo que pudo ser un hito histórico, reducido, finalmente, a un “discúlpeme usted; lo confundí con otra persona”.
Es interesante, en cambio, el comentario que hace Lois respecto a Superman y LOS VENGADORES. Intuimos que éste es un UNIVERSO UCRÓNICO PARALELO en el cual Superman va por libre, sin filiación con ningún grupo o entidad, donde su fuerza e identidad pudiera verse diluida.
Lo mejor.-
La portada.
La página.-
La 10. La gárgola y el semidiós. El pueblo aclamando al engendro hermoso.
La viñeta.-
La 5 de la página 43.
La frase.-
No logramos destacar una.
Lo peor.-
Que pudo ser, y no fue.
Reseña de Antonio Santos