lunes, 21 de abril de 2008

BLADE. PECADOS DEL PADRE

BLADE – PECADOS DEL PADRE. Penitencia del lector

Por Antonio Santos (de su serie La voz en el desierto, entrega 47)

Recientemente, tuvimos ocasión de resaltar las grandes virtudes de VLADE, cachonda/castiza versión del hierático Blade. El tebeo que reseñamos, vendido al SÉPTIMO ARTE, no pasa de soporte para un film poderoso y teñido de interés. ¡Lástima que no haya acaparado ni una fracción de la intensidad de la película a la que servía de refuerzo!

Datos técnicos.-

Blade: Pecados del padre. Tebeo de grapas, 52 páginas de papel satinado. MARK ANDREYKO perpetra el crimen literario, explotando los conceptos de MARV WOLFMAN y GENE COLAN; BART SEARS intenta salvar el estropicio con el lápiz. Lo entintan, con desigual talento: MARK PENNINGTON, RANDY ELLIOT y RAY KRYSSING. Al color: STEVE OLIFF. CLAUDIO CASTELLINI hace una dinámica portada con reminiscencias WRIGTHSON. Lo tradujo: FRANCISCO REINA. AMARALIS MATEO rotuló su labor. Material MARVEL de 1998, visto por aquí en 1999, de manos de FÓRUM 15 AÑOS. ISBN: 84-395-7556-4. Lo promocionan: JUAN CARLOS CEREZA y TOMÁS PARDO. Antaño costó 375 pesetas.

De qué va.-

Informe cruce entre EL REY LEAR y POR UN PUÑADO DE DÓLARES.

Obra de consumo femenino.-

Todos los elogios que puedan promoverse a la obra recaerán en el apartado gráfico exclusivamente. Sears se rompe el lomo tratando de ilustrar las torpezas narrativas de Andreyko, que, con ese apellido, parece prófugo del POLITBURÓ, donde, por lo visto, no había hueco para su tempestuoso talento literario; yendo a recalar en Marvel, a éstos les parecería exótico tener a un RUSKY, de nombre Mark, guionizando las andanza de este pendenciero de rasgos pétreos, antiguo vasallo de la REINA ISABEL II DE INGLATERRA, que obtuvo la nacionalidad de los GUETTOS NEOYORKINOS.

Sin duda, fue producto horneado aprisa y corriendo para aprovechar-y-explotar el tirón crediticio producido por el primer Blade, algo a lo que no nos oponemos (¿no resaltamos, casi siempre, el carácter industrial del tebeo?), lo cual, no obstante, provoca chirridos cuando valoramos la escasa entidad que tiene en la leyenda del expeditivo VAN HELSING negro. Tan magro es el aporte calórico argumental de este Pecados del padre que no nos queda más que reiterar loas a Sears, por una labor al lápiz poderosa, dignificante. Se demuestra virtuoso del movimiento y los rasgos cincelados en brutal frialdad; que sabe dibujar las manos (con obsesiva intensidad lo plasma en bastantes viñetas), y que es un amante de las prietas curvas enfundadas en (suponemos) látex pecaminoso y fetichista, como el que ciñe a la desgarbada, pérfida conspiradora, CORDELIA (reverso tenebroso de aquella otra, hija del Rey Lear; apúntatelo, SHAKESPEARE), pálida y retorcida, vesicante amante. El resto es mero tópico. Sin el apoyo gráfico, ni nos hubiéramos fijado en este tebeo. La línea argumental es esta: resentida con el fautor de mordiscos paterno (algunos padres regalan ponys a sus niñas; otros las aman tanto que les hacen visitas nocturnas; éste hizo VAMPIRESA a su hija), amante de un aspirante a CAPPO DI TUTTI CAPPI, con su banda de tecnomacarras tecnodiscotequeros, finge indefensión ante el inescrutable e indestructible paladín de rostro granítico (digno HÉROE SOLAR) que, tarde, pero no irremediablemente, descubre que es títere de maquinaciones nefandas y arrasa con todo. Y, al final, un detallito que nos permite ubicar la hazaña en el tiempoespacio vitae del personaje, cuya oscura piel reviste los marcados rasgos de WESLEY SNIPES.

Estridencias enervantes.-

Aunque, sin duda, DC COMICS va también despachada al respecto, no nos queda más remedio, por proximidad, que resaltar las groseras incongruencias en las que Marvel suele, más que refocilarse, emporcarse. Dudamos que hasta un imberbe MARVEL ZOMBIE (los tragaldabas indómitos), aceptara de buen grado las carajotadas MINE MAKE MARVEL que inundan este tebeo, a saber: el decrépito vampiro purrioso que debe morir, víctima de los complots de su hijita bienamada, ¡sigue vistiendo y comportándose como un gángster de cuando la LEY VOLSTEAD! ¡Toda su banda, prófugos de ELIOT NESS y sus INTOCABLES, ataviados tan anacrónicamente, disparan sus THOMPSONS desfasadas al filo del año 2000!

No es que sean víctimas de alguna especie de RETROFASHION. ¡Es que, con esa estulticia que resaltamos, Andreyko les ha impedido evolucionar! ¡Un poco más y hacen persecuciones en viejos FORD T! No podemos creernos que, ante la maravilla y potencia del futuro, estos sujetos prefieran marcar la diferencia así. Sin embargo, estas tonterías se las han maravillado para perpetuarse en Marvel, y poseen ya rango de categoría.

Por lucimiento.-

El del protagonista, rescatando núbiles damiselas del mordisco infame del vampiro ocasional. Un marcado aire hedonista impregna estas planchas, al cual Sears contribuye con agrado. Y menos mal.

Dentro del BLADEVERSO, Andreyko ha prescindido de lastre que orbita en torno al protagonista, ceñido con poderosas características desarrolladas para asaltar (con toda propiedad) la gran pantalla y la recaudación. Ha mantenido otros que son comunes de la ilógica de la CASA DE LAS IDEAS (el equipo informático, más propio de TONY STARK) y luego, leña, ¡mucha leña!, ¡es la guerra!

POPEYE tomaba espinacas….-

…y Blade le pega unos chupetones/sorbetones a un buen caldo sanguíneo y se pone hecho un SANSÓN de ébano, capaz de arrasar con todo con un logrado estilo HULK, pero en negro. No escapa el detalle a este tebeo, aunque lo plasme de un modo grosero, pueril.

En el cine.-

Blade constituyó toda una (grata) sorpresa y coronó un revulsivo que llevaba años cociéndose (LOS VIAJEROS DE LA NOCHE, ABIERTO HASTA EL AMANECER) y que trataba de, sino arrancarle la casposa mugre, sí de regenerar el aspecto/género vampírico. Los vampiros de Blade no son criaturas taciturnas y timoratas, pálidas, tendentes a la melancolía y súbitamente posesas de una fiebre sedienta. Son nuevas generaciones del PP (party permanente), fuertes, elitistas, clasistas, arrogantes, groseras e irrespetuosas, que rehúyen el aspecto trágico-romántico del vampiro clásico, enfundado en clichés petrificados por el uso y abuso (cine de la HAMMER, esencialmente). Blade II dimensiona todavía más los rasgos del personaje: lo tiñe del tenebroso barroquismo, casi medieval, del escenario del rodaje (PRAGA, vinculada a VLAD TEPES, por cierto) y se engolfa con los creativos de MIGNOLA. GUILLERMO DEL TORO se deja mangonear por el que aporta los créditos, esto es, Snipes, forjando una película de patadas y piruetas y lucha libre al estilo DRAGON BALL, al gusto del que paga. Blade: Trinity es una pobre cinta (por no decir basura) donde DAVID S. GOYER (que había sacado a Blade de las oscuras horteradas Wolfman-Colan, haciéndolo ingresar en los 90 con diesel de alto octanaje) se adueña de todo para hacer un fiasco. Snipes está correcto en su estatuario papel de hierático lacónico. Aparece cuando le toca, dice una chorrada lapidaria y se desvanece. Descansa sobre los secundarios el trayecto entero del metraje (en el cual no falta el capullo enervante de inagotable verborrea), declinando hacia un triste ocaso, un resultado final decepcionante, vendido como farfolla pseudolegendaria.

Omitimos comentario respecto a la serie de TV por no haber “catado” episodio alguno, pero como esté en la estela del producto del nuevo STAN LEE, TIM KRING, y sus HEROES (y tiene toda la pinta), ¡apañados vamos!

La dicotomía.-

La existente entre el Blade vampiro y el ERIC humano. No barrenaremos en ella pues se trata de un mero artificio, para distraer. Blade fue fundido de una pieza en hierro colado. Ponerlo plañidero, atrapado entre mi yo sediento de sangre y mi yo humano indignado, es pura añagaza para humanizar a un personaje carente de debilidades. Mostrarlo con defectos debe acercárnoslo más, cuando son sus rasgos opuestos (la tenacidad, la fortaleza, la disciplina férrea, la implacabilidad) los que más estimamos, pues deseamos poseerlos para afrontar las vicisitudes de la vida.

Recapitulando.-

Hemos reservado lo mejor para el final: los comentarios de Cereza y Pardo.

Cereza, tras lloriquear sobre que “este Blade/Snipes” no es Blade, porque su candidato es YAPHETT KOTTO (y recurre a oscuras, aunque válidas, referencias para recordarnos quién es; igual pudo haber apelado a ALIEN, EL 8º PASAJERO o HUIDA A MEDIANOCHE) y, sin ánimo de hacerlo, destripa entusiasmado la película; se maravilla con los GADGETS BONDIANOS que emplea Blade en su cruzada. ¡Y eso que quería a Kotto, la versión Wolfman-Colan, con su bandolera de cuchillos de madera! (de álamo, que es la que mata a los vampiros, según la leyenda.) Pero ¿has visto qué chula katana, eh, Eh, EH? ¡Provoca escalofríiiiiiiiios!

Perdonamos la nota sobre PUNISHER, porque aún no era la etapa ENNIS.

Pardo, tras denunciar las espeluznantes adaptaciones al celuloide de diverso material Marvel (todo con justificada exactitud), se ve en el compromiso de atacar a DC y despide invectivas de Marvel Zombie contra BATMAN (del cual, para este Blade, Sears toma prestados algunos tics) y SUPERMAN, fuera de lugar.

Acaba definiendo la orientación del lector (lectora, en este caso), al que le dedica los siguientes, inspirados y bellos versos: “En definitiva, queridas lectoras (o sea, ¿nos pone de maricas o qué?), Blade no es el chico que vuestras mamás quisieran tener como futuro yerno”. Pero ¿no son los chicos malos los que disparan el pulso de las nenas? Este fragmento es particularmente desafortunado. Vuestro arribista entusiasmo mercenario os la ha jugado, muchachos.

(Por cierto, amigo Pardo: mis alumnas hacían un leve mohín de repelencia cuando exhibía este cómic, de ejemplo de algo, en las clases. Ellas se tiraban por el SHONEN y el MANGA en general. Así que vete disculpando, gañán.)

Este Blade – Pecados del padre apenas rebasa lo anecdótico, la curiosidad. Pasará a la historia sólo como superficial apoyo gráfico de un filme. Sus virtudes son visuales y, despojado de ellas, quedaría desarmado y desamparado, como un espantapájaros desnudo, tiritando, en medio del más crudo día del invierno.

Lo mejor.-

Sears y compañía.

La página.-

La 39 mola; la 6, compite.

La viñeta.-

La 3, página 22.

La frase.-

¿De veras creéis que puede resaltarse alguna?

Lo peor.-

Su guión.

Reseña de Antonio Santos

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