En las primeras décadas del siglo XX, Georges Remi (Hergé) supo ver y aprovechar el potencial económico del álbum para sus historietas. Tras diversas negociaciones, a partir de Los cigarros del faraón (Tintin en Orient, 1934) la editorial Casterman comenzó a editar todos sus álbumes. Aunque la familia Dupuis o Raymond Leblanc (como vimos en el anterior artículo) contribuyeron en la difusión del formato álbum, su impulso definitivo tuvo lugar en 1959, cuando René Goscinny, Albert Uderzo y Jean Michel Charlier, entre otros, crearon Pilote.
Tras ser adquirida por la editorial Dargaud, la asociación Pilote-Dargaud supuso uno de los grandes pilares del álbum franco-belga editando series emblemáticas como Astérix o Fort Navajo. Dicho material tuvo una entrada tímida en nuestro país con Jaimes Libros, Edisven o Molino, hasta que en 1968 Bruguera consiguió los derechos y comenzó la colección Pilote, que constó de 43 números publicados a lo largo de siete años.
En su artículo, Joaquín del Villar, investigador y uno de los coordinadores de este número T3-17, estudia los orígenes y evolución del álbum franco-belga y la recepción paulatina que tuvo el material de Pilote en nuestro país en los años cincuenta y sesenta, decisiva sobre todo para Bruguera, que llegó a ampliar sus estructuras narrativas y profundizar en sus guiones.
LA COLECCIÓN PILOTE. ÁLBUMES FRANCO-BELGAS EN ESPAÑA
Tebeosfera. Tebeos con buenos pilotos
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