La campaña anticomunista norteamericana fue un asunto de Estado que terminó diluyéndose en la cultura popular. Recordemos que setenta años después de la revolución bolchevique que puso en el poder al comunismo en Rusia, el villano más odiado del cine era Iván Drago (el malo de Rocky IV, que había sido militar condecorado del Ejército Rojo, por si no lo recuerdan). A todos nos parecía lógico asimilar su origen soviético con el enemigo a batir. En el cine fueron habituales los villanos tipificados de este modo hasta los años noventa, y en los cómics también aparecían habitualmente enemigos de los superhéroes que, si provenían de la URSS, eran catalogados inmediatamente como villanos de manual.
Mediante un análisis de los mensajes y de los personajes que aparecieron en los cómics de superhéroes de Marvel publicados entre 1961 y 1968, el doctor y profesor José Joaquín Rodríguez, nos deja claro el porqué de la tipificación del mal, su ridiculización asociada y, lo que es más importante, su devaluación a partir del año 1968, cuando el público lector se había ido percatando de que la ideología no se resolvía con ecuaciones binomiales:
LOS VILLANOS COMUNISTAS EN LOS CÓMICS DE STAN LEE
Tebeosfera. Si es ridículo y viste rojo es supervillano y comunista.
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