jueves, 1 de diciembre de 2011

UN MERCENARIO CON TREINTA AÑOS

Tenemos una semana ocupada con celebraciones y efemérides. se acerca uno de los festivales más importantes del país y se acaba un año en el que se puede mirar hacia atrás para comprobar unas cuantas efemérides que casi nos pillan por sorpresa. Hemos querido mirar hacia atrás treinta años porque hay una generación que comenzó a leer cómics precisamente entonces y no nos acabamos de creer que hayamos envejecido tanto! : ) Pero al volver a estas viñetas recuperamos parte de aquel tiempo, sin duda ya perdido.

Recordemos a otro de los grandes hitos del llamado "boom", Vicente Segrelles, que con sus viñetas pintadas contribuyó a aquella discutible postura de concebir el cómic como arte en función de su plasmación plástica exclusivamente. Discusiones aparte, uno de los cómics más relevantes de aquel periodo, que hoy recuerda nuestro coordinador editorial Félix López en sus fichas de

serie:

EL MERCENARIO (SEGRELLES, 1981)


y saga:

SAGA DE EL MERCENARIO

Tebeosfera. Mercenarios del comic.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

>>>con sus viñetas pintadas contribuyó a aquella discutible postura de concebir el cómic como arte en función de su plasmación plástica exclusivamente. Discusiones aparte,<<<

Creo que este comentario habría que matizarlo. No creo que existiera entonces ninguna postura que viera el cómic única y exclusivamente desde su plasmación plástica. Jamás vi en el mercado comercial del cómic español ningún cómic que estuviera formado por ilustraciones inconexas y sin ninguna historia detrás que las justificara. Sí que es cierto que hubo entonces muchos cómics en donde la importancia del aspecto plástico del cómic fue superior al del guión (entendido en los 80 ese aspecto plástico como representación naturalista), pero nunca hasta el punto de que no hubiera guión. Otra cosa diferente es que a algunas personas les parezcan ciertos guiones tan malos como para decir "no tiene guión" pero este tipo de comentarios se han de entender en sentido figurado.

Un saludo

Anónimo dijo...

Creo que sería interesante ver 'El mercenario' como otra vertiente de la influencia que significó el Arzach de Moebius (30 años después es dificil que los más jóvenes puedan localizar esta relación):

http://www.tebeosfera.com/obras/numeros/humanoides_eurocomic_1981_26.html




De todas formas, yo deseo reivindicar ahora 'El mercenario' de Segrelles. Es cierto que en su época, aunque tuvo gran éxito, entre los dibujantes se veía como la típica obra de dibujo acartonado -en su etapa a lápiz- pero que había quedado espectacularmente resuelto luego con el color. Pero visto hoy, en una época en que el dibujo naturalista, más allá de los superhéroes, está desgraciadamente tan denigrado y en donde la mayoría de los pocos dibujantes jóvenes que siguen dibujando de esta manera carecen del oficio y la calidad de los de antaño, creo que acordarse del espectacular color de Segrelles y de su gran capacidad de crear ambientes es interesante.

Es bueno y sano para el mercado que haya variedad no sólo en los guiones sino también en los dibujos de los cómics. Desgraciadamente creo a veces se olvidan de eso los críticos que más influyen en los compradores.


El anónimo de antes.

Octavio B. (señor punch) dijo...

Anónimo, yo comparto la frase del post: nadie va a discutir secuencialidad o existencia de un guión en El Mercenario, pero que se trató de un modelo de cómic que pretendió la "trascendencia" por la exclusivva vía de lo pictórico creo que es de cajón. Ni original en cuanto a género fantástico, ni de sentido secuencial eficaz, ni de dibujo expresivo, la obra de Segrelles "alucinaba" porque era "hecho como un cuadro.. ¡es pintura!" Pocos abordaron este camino sin olvidar que lo principal en el cómic no es la plástica sino otras hierbas (a bote pronto se me ocurre Mattotti, quien era enórmemente "pictórico" sin olvidar que todo lo representativo en la historieta obedece a un fin, lo narrativo)

Manuel Barrero dijo...

Gracias por vuestros comentarios. Nuestra intención era recordar una efeméride entre un grupo de otras, destacando el valor de cada obra en cada caso. Si El Mercenario trascendió en su día fue precisamente por la inusitada calidad de sus viñetas / óleo, que destacaban por su artisticidad antes que por formar parte de una historia revestida de complejidad. Yo disfruté mucho con Segrelles en su día. Hoy lo leo con más añoranza que interés. Pero es innegable que es una obra importante, digna de recuerdo.
mb

Octavio B. (señor punch) dijo...

conste que no lo discuto, no niego una importancia (aunque solo fuera sociológica, coyuntural y mercantil -en tanto que éxito en su momento-, la tiene).
Y que el recordatorio por tanto, es en cierto sentido pertinente y hasta merecido.

Aunque el tebeo me parezca un desmán y defenderé esta tesis hasta con mi afilado florete ;)

Un saludo