De aquella escuela de infantes felices que fue Bruguera, cuando el país era bitono, emergieron los bardos del hoy, que siguen con la canción agridulce de la cotidianidad. Fontdevila lo ha plasmado en La Parejita, una serie sobre el amor convenido que se ha convertido en río de medias sonrisas de asentimiento, leves risas, alguna carcajada.

LA PAREJITA: ¡SOMOS PADRES, NO PERSONAS!
Lombilla ayudó con la edición, para lograr que el mejor análisis tuviese la mejor sintaxis.
Tebeosfera. ¡Somos críticos, no divulgadores!
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