viernes, 23 de abril de 2010

SWAMP THING. EL HORROR EN LOS PANTANOS SEGÚN ALAN MOORE

Sabemos que no fue ese guionista de Northampton quien creó a La Cosa del Pantano pero, lo que sí hizo Alan Moore fue darle una dimensión terrorífica como nadie podía haber imaginado, si acaso, su editor y creador de la criatura pantanosa, Len Wein.

Moore utilizó al personaje para sus propios fines, cogió el concepto de la creación del mismo y lo retorció; el hombre (Alec Holland) que se hace monstruo para, en manos del británico, volver a resurgir, esta vez, como algo más, un elemental de la tierra, guardián del Verde y uno de los nexos del universo mágico de DC. No sólo eso, Swamp Thing se convirtió en la piedra angular sobre la que se asentó más tarde la línea VERTIGO y también la serie donde debutó el buque insignia de la misma, el sarcástico y ácido mago John Constantine.

Hoy recuperamos un excelente documento que, en su momento, publicara la revista Yellow Kid allá por el año 2003, y en el que el prestigioso escritor de fantasía y ciencia ficción Rodolfo Martínez analiza al detalle el horror que imprimiera en su día Alan Moore a este carismático personaje:




Tebeosfera. Pantanos llenos de cosas, sobre todo, tebeos.

2 comentarios:

Ismael Sobrino dijo...

Si se ha dicho tantas veces debe ser cierto que el Alan Moore lo vuelve todo del revés y prescinde del pasado partiendo un cero. No digo que no, pero yo prefiero imaginarlo colgado empujado por un perro o pateándolo. Le veo siempre en ese trance entre dos mujeres enamorado del personaje y conducido en un carro a través de una gran rueda mientras reparte cartas para leer su pasado a este personaje, a punto de la cancelació', en peligro de muerte. ¡Juas! Alan Moore, mago y psicoteraupeta ayuda a alcanzar su potencialidad espiritual a monstruos cenagosos de ficción literaria. De 10 de la mañana a 8 de la tarde, jueves y viernes en el descansillo del Aula 5 del Centro social de Northampton
La vertiente cálida y optimista de los héroes lunares. El monstruo del reposo, el superhéroe cíclico, la sombra equilibrante dentro del mundo de la luz maníquea de los batmanes y los supermanes, junto al Capitán Marvel, mi super favorito.
Creo que con la rehabilitación de esa cosecha vieja de personajes extrañados y la inclusión romántica del caminante de espacios John Constantin 'el Transeunte onírico' comienza la conversión de eso que llaman continuidad en un rizoma de felices especulaciones siempre conectadas y abiertas en vez del enraizamiento en los orígenes. Lo primitivo eterno abrazando y envolviendo el conjunto de la trama temporal del universo superheroico de la DC. Aunque me disguste, todavía creo que esas manos agigantadas sean la mayor teofanía vista en este género. Quizás el horror en tebeos más allá de estructuras y esquemas repetitivos también es comprensión intuitiva de los límites y los márgenes entre géneros narrativos y representaciones sociales; de hecho, para mí, los personajes liminoides que hoy triunfan son hijos de este moderno y urbano urikitu de la DC. Del que no son más que secos esquejes, nadies violentos, reflejos del no-ser verde del Moore.
Si fuese una peli tendríamos ya un refrito taquillero, un musical y una versión koreana. Y yo mi muñeco de trapo vuelto.

Manuel Barrero dijo...

Es que tú lo has dicho:
"Quizás el horror en tebeos más allá de estructuras y esquemas repetitivos también es comprensión intuitiva de los límites y los márgenes entre géneros narrativos y representaciones sociales"
O sea, que no sé que haces a ese lado y no te vienes un rato a este y publicas algo.
Ah, y hubo una peli del cenagoso, de Craven. Flojota. Y otra de su homólogo en Marvel, olvidabilísima.
Eran guiones pésimos.
Moore, aparte de que es un excelente antropólogo social, escribe como nadie. Tú saca los textos de sus cómics, ponlos en un papel, dalos a analizar y figúrate. Fríos, vale, pero precisos, perfectos, hasta musicales.
Eso, más saber barajar imágenes, y conducir finalmente a un mensaje, lleva a la buena historieta.
(Y hay mucha novela gráfica por ahí que carece de lo primero, o de lo segundo, o de ambas cosas)

Gracias por escribir.
mb