La investigadora Elena Masarah nos trae en Relatos de la extraordinaria cotidianidad una propuesta de análisis desde la perspectiva de género, desde el feminismo, sobre la representación de las memorias de las mujeres en algunos de los cómics actuales cuyo contexto se centra en el pasado reciente de España. En el presente artículo aborda obras como Por nuestra cuenta de Miriam Katin, El ala rota de Antonio Altarriba y Kim, Tibirís de Arnau Sanz y Estamos todas bien de Ana Penyas para explorar la representación de las experiencias de madres y abuelas por parte de dos generaciones diferentes en un momento, el actual, marcado por la necesidad de "dar voz a los sujetos silenciados".
Desde otra perspectiva que también apuesta por la voz propia, la investigadora Irene Costa reflexiona En favor de las (auto)ficciones, y cita en sus conclusiones a Donna Haraway, que en los ochenta (y desde la teoría cyborg) reivindicaba la ficción como terreno de la acción subversiva, capaz de transformar realidades: «Las herramientas son a menudo historias, cuentos contados de nuevo, versiones que invierten y que desplazan los dualismos jerárquicos de las identidades naturalizadas. Contando de nuevo las historias sobre el origen, los autores cyborg subvierten los mitos centrales del origen de la cultura occidental».
Manuel Barrero, por su parte, reseña en este especial sobre Cómic y feminismo dos títulos interesantes a este respecto: Yo, gorda, de Meritxell Bosch, y Estoy estupenda, de Raquel Gu; dos obras en las que ambas autoras se enfrentan desde la máscara del yo a lo construido "mujer".
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