Aquí no soy objetivo. Lo siento. No puedo serlo. Cuando apareció este tebeo editado por Glénat, Fagocitosis, obra de dos desconocidos para mí, muchos nos quedamos meditabundos. Aquello no parecía tener sentido. Trataba asuntos de gravedad, como la pobreza o la heterodirección de la sociedad mediante la publicidad, pero estaba resuelto con dibujitos en plan cómico. Parodiaba cómics de superhéroes para lanzar un mensaje pretendidamente crítico contra el consumo y el borreguismo burgués. Rescataba a los maestros de la sátira usando para ello la parodia de la sátira. O era el colmo de lo genial o era una burla genialmente expuesta. En cualquier caso era algo genial.
Desde entonces no he hallado otra obra que
defina mejor la desorientación de la fauna social del nuevo siglo como este
tebeo de Prior y Danide. Ante el triunfo del simulacro la mejor filosofía es la
parodia y la clave de análisis solo se puede hacer desde la sátira, si bien por
vez primera la sátira ya no se dirige contra el poderoso sino contra uno mismo,
contra el que avala el control que ejercita el poderoso. Esto también lo ha
sabido ver, pero de un modo mucho más docto, el investigador francés y
colaborador nuestro Benoît Mitaine, en la reseña:
Tebeosfera. Obras maestras contemporáneas.
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