El proceso revolucionario soviético apenas ha sido tratado
con la mínima seriedad en los cómics americanos. El comunismo ha sido una
ideología con escaso seguimiento y credo en los Estados Unidos, máxime si
tenemos en cuenta que allí se desató una fiera campaña anticomunista desde los
años veinte (fue Mitchell Palmer el primero en hablar del “Peligro Rojo”) pero
que fue realmente cruda tras la II Guerra Mundial.
En este documentado artículo del catedrático de Derecho Ignacio Fernández Sarasola se repasan
los intentos de practicar la didáctica anticomunista mediante el cómic, tanto
utilizando productos de carácter abiertamente propagandístico o tendencioso,
como convirtiendo a los personajes rusos de los comic books en verdaderos fantoches ante los lectores. Esta última
opción no era otra cosa que la plasmación de las denuncias que hacían los
anticomunistas, que identificaron siempre los logros de la revolución con una
espiral de obvia pobreza y tiranía enquistada en los territorios soviéticos.
Es este un documento que, además, ha sido ilustrado con tal
profusión que también supone un festival de imágenes:
EL IMPACTO DE LA REVOLUCIÓN COMUNISTA EN LOS COMIC BOOKS
Tebeosfera. Desde Rusia sin amor.