lunes, 31 de marzo de 2014
TESTIGO DE LA TRANSICION
La muerte de un Jefe de Estado o de Gobierno siempre nos hace volver la mirada hacia atrás para modelar el mito. Y en ocasiones olvidamos que los logros de un líder político en realidad son hitos en un proyecto de mayor envergadura, colectivo, con gran participación del Pueblo.
Sí, "Pueblo" con mayúscula, como "Jefe" y como "Estado" o "Gobierno".
Adolfo Suárez representó un viraje brusco en la política española dentro de una inercia que pretendía adaptarse a la situación de la sociedad española mucho más lentamente. El cambio, aquella transición, fue por ello un trance complicado que discurrió entre la reclamación y el olvido.
Olvidamos casi todos. O nos obligaron al olvido. Ese "casi todos" era el pueblo. Reclamaron las clases intelectual, artística y satírica, entre cuyos representantes estaba el tebeo El Papus.
Aquella revista, aunque era una publicación casi marginal por entonces, dirigida por un puñado de izquierdistas irreverentes y algo exaltados, era en cierto modo "El Pueblo".
Tendemos a enaltecer a los líderes que hicieron grandes cambios cuando miramos a nuestro pasado reciente, pero también conviene recordar los pequeños cambios que querían hacer los representantes del pueblo llano.
La investigadora francesa Marine Lopata nos ayuda a entenderlo con la conferencia
LA REVISTA EL PAPUS Y SU PAPEL DURANTE LA TRANSICIÓN
Tebeosfera. Memoria colectiva.
lunes, 24 de marzo de 2014
EL BUEN ENTENDEDOR
Dice el refrán "A buen entendedor, pocas palabras bastan". La frase se refiere a esas personas despiertas a las que les basta una insinuación para comprender algo.
Los humoristas gráficos, en su empeño por declarar lo que funciona mal, deben aprender a ser buenos insinuadores. Lo malo es que en el "Manual de la sátira" no hay indicaciones sobre qué hacer cuando escasean los buenos entendedores. Por ejemplo, los corruptos, los avariciosos, los violentos, los arribistas, todos los villanos astutos, amén de los tontainas, son por naturaleza malos entendedores.
El Roto es un genial insinuador y a veces uno se pregunta si su capacidad de dar a entender halla los suficientes receptores. Quién sabe. Lo que parece claro es que el mejor entendedor de su obra sería otro autor satírico, alguien que conozca bien el oficio y sus limitaciones.
Lombilla, humorista gráfico y premiado novelista de humor, nos da una lección sobre El Roto con la reseña de su reciente libro A cada uno lo suyo, un texto que supura inteligencia y entendimiento de la obra de un autor cada día más imprescindible:
Tebeosfera. A cada uno lo suyo.
jueves, 20 de marzo de 2014
LA SÁTIRA CONSTANTE
Cuando el mundo era pequeño y el poder temible la crítica
la ejercitaban los cómicos. Allí nació la sátira, que burlaba al poder
con los disfraces del poeta, del actor o del bufón, únicos lenguajes con
los que el pueblo llano podía comprender las críticas.
Cuando el mundo se hizo grande, todo mito se volvió real y los ciudadanos aprendieron a comprender. El poder seguía inspirando temor, pero los mecanismos con los que operaba fueron más sofisticados. Entonces el autor satírico cambió la bufonada por la metáfora surrealista, que llegaba con más eficacia al público al que quería convencer.
Andrés Rábago comenzó haciendo humor surrealista en las revistas del franquismo para denunciar la inoperancia y estulticia de los poderosos. Casi cincuenta años más tarde sigue utilizando un universo surrealista para lanzar sus dardos satíricos contra la corrupción e infamia de los poderosos, que no cesa.
Ficha espectacular de Félix López.
domingo, 16 de marzo de 2014
EL HERMANO OPS
Leemos las viñetas de El Roto en los periódicos, las
compartimos por las redes, y a menudo dedicamos unos segundos a
reflexionar sobre los mensajes que transmiten. A muchos nos asombra la
cantidad de aciertos que acumula este autor satírico de la tinta y el
papel, que con un puñado de elementos esenciales atina a descuartizar la
realidad.
Lo que hace Andrés Rábago, que parece tan fácil, en realidad es muy difícil, y su dibujo aparentemente elemental acumula un bagaje de referentes muy complejo y rico que confiere a cada trazo un significado sólido.
El historiador del arte Pablo García nos ilustra con un artículo cargado de referentes sobre cómo este autor cimentó su saber satírico en la prensa de los setenta bajo diferentes seudónimos. Se trata de un documento extraordinario que sirve para conocer mejor un periodo capital en la carrera de un autor excepcional.
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