
Todavía no hemos dado con la clave, aunque quizá se encuentre en el modo en que el autor decide iluminar el escrito con dibujos. Jan, por ejemplo, siempre se consideró un narrador antes que un dibujante, y adoptaba la misma postura cuando abordaba la realización de una historieta que cuando se proponía ilustrar un cuento. Sus cuentos ilustrados pasan perfectamente por historietas reducidas a la mínima expresión, porque sus juegos de imágenes resultan perfectamente narrativos una vez desprovistos de los textos que los flanquean.
¿Pruebas? Todas estas:
Tebeosfera. Que no te cuenten cuentos.
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