miércoles, 3 de julio de 2013

EL JAPONÉS QUE PUSO EL MUNDO DEL REVÉS


La primera década del siglo XX fue pródiga en creación vanguardista y en experimentación en los cómics. Fueron años felices en los que la prensa creció enormemente gracias a los avances tecnológicos (el offset, las técnicas de impresión con color) y la distribución (el vapor y la combustión). Los autores tuvieron la oportunidad de trabajar bien y mucho, estimulados por las amplias posibilidades de un medio poco explotado, la historieta, y porque su público objetivo no estaba aún definido y se dirigían a un lector común, no necesariamente al niño, haciendo todo tipo de propuestas.
Entre los muchos autores que recordamos hoy como los "padres del cómic" estuvo el creador Verbeek, nacido en Japón e hijo de neerlandés, amante de las figuras simbólicas y de los juegos de imagen, como ya demostraba en el final de siglo en Le Chat noir.
Su más celebrada obra fue The Upside-Downs of Little Lady Lovekins and Old Man Muffaroo, un ejercicio de estilo antes que un gran tebeo con el que desafiaba las reglas narrativas como ninguna otra historieta creada hasta entonces y que sería imitado con poca suerte (como pasó con Baker en Francia).

La mejor edición de esta obra,  la de Sunday Press en 2009.

La mejor reseña de esta obra, la de Ricardo Vigueras, en Tebeosfera, ahora.

Tebeosfera. Análisis de arriba a abajo.

1 comentario:

Kari velez dijo...

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