El problema de los llamados metamodernos (o altermodernos, o posposmodernos) es que se escudan en la oscilación. Si quiero hablar de Arte me conviene ser subjetivo, si concibo un movimiento me muestro objetivo y tiro de catálogos, si formulo un cambio en los lenguajes vuelvo a erigir castillos en el aire, si quiero apoyarme en datos para demostrar un auge entonces escojo a seis autores de éxito y concibo un mercado. Etcétera. Lo malo de todo esto es que, cuando el ombligo está cerca, acaba uno cayendo en lo inconcreto, el relativismo y la fenomenología. Y, claro, nada queda claro.
Esto ha pasado con la divulgación en torno al fenómeno de la novela gráfica. Divulgación, que no estudio, o apenas hasta la fecha. Hoy, por fin, investigadores jóvenes plantan cara al reto de reflexionar con las herramientas adecuadas sobre el asunto. Buscan datos, comparan pareceres, contrastan fuentes y trazan gráficas. Es posible que atisben ese "algo distinto que flota en el ambiente y está en boca de todos", pero también lo contraponen a la realidad (mediática, de formato, de mercado), aislando las diferencias para valorar en su justa medida el alcance del fenómeno.
Uno de nuestros investigadores más prometedores del panorama español en el ámbito de la historieta es
Daniel Gómez, autor de
una tesis doctoral imprescindible para comprender la deriva de la industria española de los tebeos en los últimos años, a cuya lectura sirve de prólogo el presente texto que hoy rescatamos en
TEBEOSFERA. Se trata de un artículo publicado en catalán en la revista
ÍTACA, que Gómez junto a
Josep Rom (a la sazón, director de su tesis) han traducido al castellano para que así su texto pueda llegar a más público.
LA NOVELA GRÁFICA ¿UN CAMBIO DE HORIZONTE EN LA INDUSTRIA DE LOS TEBEOS?
Tebeosfera. Horizontes de tebeos.