domingo, 7 de mayo de 2006

Los mejores del mundo, Planeta


SUPERMAN/BATMAN: LOS MEJORES DEL MUNDO

Loeb viviendo del canto.

Reseña por Antonio Santos


Cross-over, team-up, arrejuntamiento, lo-que-sea urdido en la DC COMICS y que en glorioso techniphotoshop nos ofrece PLANETA-DEAGOSTINI, narrándonos las andanzas de dos de los más populares iconos de nuestra cultura (me atrevo a decir que a escala mundial): Superman y Batman, obra entregada en fascículos mensuales de singular tamaño (27,6 X 18,4 cm.) y ejecutados con peculiar grafismo.

Datos técnicos.-

SUPERMAN/BATMAN: LOS MEJORES DEL MUNDO. Tebeos en grapa de 24 páginas la unidad. Guión: JEPH LOEB. Dibujo: ED MCGUINNES. Entintando por: DEXTER VINES. Al color: DAVE STEWART. Traducido por: D. MACHO. Rotulado por: E. SOLÉ. Diseño de portada e interior: R. SERRANO y G.F. MUNTÓ. Realización técnica editorial: FANHUNTER S.L. P.V:P.: 2´50 euros. Interesante relación histórica de D. HERNANDO sobre estos team-ups. A fecha de esta reseña, publicado y leído el número 4.

La trama: sinopsis.-

Durante la obsesiva identificación del asesino de sus padres, Batman topa con Superman, al cual salva la vida tras recibir éste un balazo de kryptonita. (En el ínterin, averigua el nombre del canalla que le dejó huérfano de por vida.) Repuesto Superman, una catarata de catástrofes, acosos y conspiraciones, auspiciadas por LEX LUTHOR, alias Presidente de los USA, cae sobre nuestros esforzados héroes, problemas que van sorteando con maña y fuerza, y que se originan en la inminente colisión de un fragmento del planeta Krypton con nuestra desventurada Tierra: la excusa perfecta para que Luthor ponga precio a la cabeza de Superman. Y como éste y su sombrío compañero, dueño de los siniestros callejones, descubrirán, abundan los cazarrecompensas a ambos lados de la ley.

El número 4 concluye con una poética splash page de Luthor, dopado de kryptonita, dentro de una macrocoraza tipo ROBOCOP accionada con veneno verde. El lema de la página: SI QUIERES ALGO BIEN HECHO, HAZLO TÚ.

Viviendo del canto.-

Verde y del planeta Krypton, eso está haciendo Jeph Loeb, reputado y veterano autor, bien querenciado de Superman y todos sus afluentes, como podemos deducir por la presencia de su nombre en diversos proyectos asociados al mayor boy scout del mundo. (Por cierto: ¿Loeb no era uno de los que iban a mandar a los de la DC y la MARVEL al paro, cuando cabalgaba con los demás facinerosos agrupados en IMAGE?)

Esta argucia sajona destinada a sacarnos los cuartos (no nos engañemos. Es arte; puede oler, saber y palparse como arte, pero también aspira al lucro) gira básicamente en torno a la estructura televisiva ideada por el mismo Loeb para SMALLVILLE que, por si alguien lo ignora, es la crónica minusválida del joven e ingenuo paleto CLARK KENT sobre su despertar dubitativo a los superpoderes heredados (?) como paisano de Krypton. Y en medio de todo esto, las traumáticas consecuencias que padecen algunos parroquianos de Smallville sometidos a la influencia de la lluvia de meteoritos de kryptonita que arropaban la cápsula de KAL EL y que despierta en ellos superpoderes latentes (trama argumental emulada de TIERRA X).

Loeb explota el factor meteórico, nuevamente, para crear este fastuoso meteorismo. Procedió con lógica elemental: Si funciona en la TV, ¿por qué no lo hará en el TBO?

Al margen de lo entretenido o ingenioso que sea este team-up, de sus torpezas o aciertos narrativos o estilísticos (posee los suficientes como para reservarse plaza entre nuestras colecciones, en serio), Loeb comete el enésimo pecado, a saber: IDENTIFICAR al asesino de los WAYNE. ¿POR QUÉ? ¿Qué tiene de malo el que se trate de una vulgar ratería que salió mal perpetrada por un criminal o un yonqui anónimo? ¡Toda la maldita DC parece enfocada en resolver este crimen (proporcionando una vasta galería de sospechosos, cuyas identidades mutan conforme el arrebato del escritor o el editor de turno), empeñándose en él con mayor encono que en resolver el magnicidio de Dallas! Aceptan sumisamente las irrisorias conclusiones de la COMISIÓN WARREN, pero se obcecan tratando de identificar a este sujeto.

El resto del argumento se debate entre dos aguas: trata de aprovecharse de los estándares preconizados por KINGDOM COME (cuyo poderoso impacto puede verificarse en las colecciones de la DC, pese a tratarse aquél de un trabajo “marginal” con respecto al continuum de las sagas), y luego mostrar la vasta galería de héroes y villanos que pueblan las junglas de la Editorial. Esta sucesión de cameos nos permite, no sin cierto asombro, apreciar cuánto drena la DC de caracteres propios de la MARVEL, generando una nota de desconcierto sobre la calidad de la creatividad de los autores en nómina de la ex NATIONAL PERIODICALS.

En este aspecto, Loeb trasunta la labor de ALAN DAVIS a la hora de desenvolverse argumentalmente. Se limita, como aquél, a introducir personajes en momentos más o menos críticos (y a un ritmo bastante mecánico, por cierto), todo esto supervisado por DARKSEID (¿qué sería de la actual DC sin el villano ideado por JACK KIRBY?), trocado en funesto aliado del Superman “del futuro” que trata de impedir una catástrofe desproporcionada y desoladora practicando un autoaborto retroactivo (matándose en el pasado).

Loeb, conscientemente o no, prioriza el protagonismo de Batman sobre el de Superman, y no faltan ejemplos que abonan esta observación. Porque, en serio, ¿creéis que Superman necesita ayuda para librarse de la bizarra y barroca patulea que va a la caza del caracolillo distintivo de su cabellera? En esta minusvalía del último kryptoniano es donde apreciamos el empeño de repertorio de Loeb, sustitutivo de una trama auténtica, dosificada porque va cortita y con sifón.

McGuinnes art.-

No es en absoluto malo y cuenta con ciertos recursos que lo vuelven sugerente. Pertenece a la generación de autores AMERIMANGA que acoplan ambos estilos narrativos gráficos obteniendo un híbrido como el que fecunda estas páginas.

En cambio, a McGuinnes podemos ponerle ciertos reparos que, en todo caso, se tratan de apreciaciones de índole personal de este scriptor: todas sus figuras, rígidas, tensas, a su vez manifiestan una pesadez que sugieren el estar talladas en unos bloques cúbicos de granito. Y como en todos (o casi) los dibujantes actuales, resalta las facetas fetichistas de las féminas ilustradas, destacando generosamente sus atributos, remarcados por sus conjuntos prietamente ceñidos y reveladores de látex o PVC.

Y la cosa que más discordante me resulta: ¿qué visten estos tíos: un uniforme, una segunda piel, una pintura corporal? Todos manifiestan los bultos de sus músculos tensos, el relieve de cada vena y capilar. ALEX ROSS no necesita resaltar tanto los músculos y dibuja PODEROSAS sus figuras. Me angustia el dibujo de McGuinnes, con esos cuerpos constantemente sometidos a esfuerzo. Acabas con agujetas de leer estos tebeos.

La tinta aplicada por Vines es otra de las bondades de esta saga, cuya conclusión promete ser bastante tópica y tibia. Y confiemos en que no empeore. Rara vez se discrimina favorablemente la labor del entintador, el tío que, a veces, enmienda los fallos del dibujante, el que cosecha todos los elogios. Un ejemplo claro de esta observación lo podemos apreciar en el trabajo de Kirby: descuella en el momento en que la sabiduría de STAN LEE lo une a JOE SINNOT y ambos fabrican memorables páginas. Otro tanto podemos verificar en CUARTO MUNDO. Hay una obvia diferencia en la calidad del entintado de VINCE COLLETTA comparado con el de MIKE ROYERS, mucho mejor a mi entender.

Por tanto, reconozcamos el trabajo de Vines perpetuando en tinta indeleble el lápiz de McGuinnes.

Y no podemos dejar de mencionar la labor de Stewart (más bien, su talento para emplear el programa de aplicación del color) quien nos hace un trabajo correcto aunque sin alma, por los motivos ya expuestos al respecto y que huelga reiterar.

En resumen.-

Difícilmente esta nueva entrega de los mejores del mundo pase a los anales. Obtendrá un producto final adecuado (quizás leve –o muy- decepcionante) dentro de su dinámica intrínseca. Apreciamos en Loeb (que, por cierto, firma muy buenas historias) talento y experiencia para darnos una satisfacción, pero el día en que redactó estos guiones debía tener la creatividad de paseo.

No obstante, todas las historias que implican tempodesplazamiento y/o tempoargumentos concordantes suelen acabar mal o insatisfactoriamente. A esta baza juega Loeb y difícilmente vulnerará la predicción. Y va a ser una lástima, porque la historia, por sus ingredientes, prometía.

La página.-

El splash page final del número 3.

La frase.-

Todas son demasiado tópicas.

Lo mejor.-

¡Más tralla de la DC!

Lo peor.-

Aquí sí que hay sustancia, nena. Primero, ese maromo del CAPITÁN ÁTOMO: ¡vaya pelmazo estatuario! ¿Y ese tío es un superhéroe con colección propia? Luego, la supercoraza de Luthor: qué cuelgue hay que tener para idear eso. Y de colofón: los PUERILES bosquejos de McGuinnes.


Reseña de J.A. Santos, de la serie La voz en el desierto / entrega 16

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