Una pequeña diferencia: biografía racial y finisecular.
Una pequeña diferencia y otras historias fue primeramente serializado en la página web del autor y, tras ser editado en papel por Top Shelf, ha ganado en EE UU los tres premios más importantes de la industria: Eisner, Harvey e Ignatz. Todo un hito para un chavalín neófito y sin obra previa y que, además, parte de una edición previa en la red.
Ocurre que Kirk Kim condensa, en su estilo gráfico, la depuración de la línea frangobelga con expresividad facial del mahwa y con ciertos estilemas del dibujos mainstream del comic book. En este sentido es único, su técnica depurada es el canal idóneo para la transmisión emocional. Y lo bueno que tiene es que domina esa técnica en un rango icónico que va del hiperrealismo a la caricatura más simple. Esto lo combina con una gran capacidad para el lenguaje, para la escritura, usando un estilo 'a pie de calle' de manera magistral para su corta experiencia. Sin duda estamos ante un autor dotado, cuya obra, multipremiada, no debe ser analizada superficialmente.
El inicio del siglo XXI marca de un nuevo tiempo que implicó, a caballo entre los años noventa y el nuevo milenio inaugurado por la caída de las torres, un cambio en lo social y en lo económico. Aunque ambos conceptos se unen ante la evidencia de que el capitalismo salvaje se disfrazó de globalización (otra cosa no es) y la resocialización ha devenido una descomposición social. Bernabé Sarabia lo sintetizaba magistralmente el otro día, en El Cultural (27-IV-2006): el individualismo triunfalista se ve aupado por los medios de comunicación y la publicidad, la élite global se desgaja de la territorialidad y elude toda responsabilidad social. Al inmigrante, pues, sólo le queda la discriminación, la alienación. Paradoja de paradojas: somos un mundo global, pero dividido en capas aún, y los jóvenes ya no ven interés en la solidaridad, en la igualdad, en los ideales. Claro ejemplo lo tenemos en las protestas juveniles francesas de hace pocos días atrás. No luchaban por un futuro mejor. Protestaban por conservar lo adquirido. ¡Pero si se podría decir que piensan como la rancia nobleza!
La obra de Kirk Kim viene protagonizada por personajes que pertenecen a esta sociedad en descomposición. Simon, el chico de origen coreano es un individuo socialmente solo que ante la posibilidad de un futuro adocenado prefiere retraerse a su adolescencia. Eso, claro, lo hace adorable a ojos de su amiga Nancy, con quien parte de viaje en busca de un viejo compañero de clase que demostró estar enamorado hasta la naúsea.
Ambos dos andan apegados a su adolescencia 'en crisis', a sus neurosis bobas y ahora, frente al mar (piélago que es metáfora del viaje, también, y del tránsito), tras su garbeo de madurez, se dan cuenta de que han crecido, de que es hora de adoptar responsabilidades y de fraguarse un futuro, aunque este se muestre cruel y nos disponga tras la caja de un supermercado. Ambos, los dos, también parecen saber inconscientemente que pertenecen a esta generación de jóvenes que ya NO van a vivir mejor que la generación anterior. Asunto este que agudiza el individualismo juvenil y que prolonga el tiempo de no asunción de responsailidades. Es un mirarse al ombligo. Lo cual es bueno.
La historieta principal de este libro deliciosamente editado por Astiberri tiene esa idea como eco de fondo y redunda en el planteamiento dejando entrever que los protagonistas son más adorables sin madurar: "El día que dejes de dibujar al Pájaro Loco en la arena, dejaré de ser tu amiga". ¡Qué exquisita declaración de amor! Lo malo es que, al abandonar la playa, el mar se encarga de borrar al pájaro dibujado.
La vida te lleva por donde aparentemente no quieres ir.
Las otras historietas que completan este libro vuelven a la idea de la sociedad segregada que Kirk Kim parece conocer tan bien: 'Obstáculos' hace referencia a los que encuentra un coreano en los EE UU por razón de su origen. 'Arrancar' trata de cómo romper una relación amorosa que no va hacia ninguna parte. 'Súper sin plomo', de la incomunicación como destructora del amor. 'Entrevista con un humano' versa sobre las convicciones religiosas y su poder... No deja de ser sintomático que, bien por los protagonistas, bien por los temas escogidos, muchas de estas historias apunten hacia el desfogue autobiográfico (Kirk Kim tiñe de biografía casi toda su producción). De ahí que se entrevea la alusión al racismo, el miedo a la sexualidad, el problema de la incomunicación (que es germen de lo anterior). Su interés por apoyar la causa 'oriental' en los EE UU queda claro por su participación en el festival de Apature para dignificar el arte de los APA, los Asian Pacific American, en los EE UU.
Ocurre que Kirk Kim condensa, en su estilo gráfico, la depuración de la línea frangobelga con expresividad facial del mahwa y con ciertos estilemas del dibujos mainstream del comic book. En este sentido es único, su técnica depurada es el canal idóneo para la transmisión emocional. Y lo bueno que tiene es que domina esa técnica en un rango icónico que va del hiperrealismo a la caricatura más simple. Esto lo combina con una gran capacidad para el lenguaje, para la escritura, usando un estilo 'a pie de calle' de manera magistral para su corta experiencia. Sin duda estamos ante un autor dotado, cuya obra, multipremiada, no debe ser analizada superficialmente.
El inicio del siglo XXI marca de un nuevo tiempo que implicó, a caballo entre los años noventa y el nuevo milenio inaugurado por la caída de las torres, un cambio en lo social y en lo económico. Aunque ambos conceptos se unen ante la evidencia de que el capitalismo salvaje se disfrazó de globalización (otra cosa no es) y la resocialización ha devenido una descomposición social. Bernabé Sarabia lo sintetizaba magistralmente el otro día, en El Cultural (27-IV-2006): el individualismo triunfalista se ve aupado por los medios de comunicación y la publicidad, la élite global se desgaja de la territorialidad y elude toda responsabilidad social. Al inmigrante, pues, sólo le queda la discriminación, la alienación. Paradoja de paradojas: somos un mundo global, pero dividido en capas aún, y los jóvenes ya no ven interés en la solidaridad, en la igualdad, en los ideales. Claro ejemplo lo tenemos en las protestas juveniles francesas de hace pocos días atrás. No luchaban por un futuro mejor. Protestaban por conservar lo adquirido. ¡Pero si se podría decir que piensan como la rancia nobleza!
La obra de Kirk Kim viene protagonizada por personajes que pertenecen a esta sociedad en descomposición. Simon, el chico de origen coreano es un individuo socialmente solo que ante la posibilidad de un futuro adocenado prefiere retraerse a su adolescencia. Eso, claro, lo hace adorable a ojos de su amiga Nancy, con quien parte de viaje en busca de un viejo compañero de clase que demostró estar enamorado hasta la naúsea.
Ambos dos andan apegados a su adolescencia 'en crisis', a sus neurosis bobas y ahora, frente al mar (piélago que es metáfora del viaje, también, y del tránsito), tras su garbeo de madurez, se dan cuenta de que han crecido, de que es hora de adoptar responsabilidades y de fraguarse un futuro, aunque este se muestre cruel y nos disponga tras la caja de un supermercado. Ambos, los dos, también parecen saber inconscientemente que pertenecen a esta generación de jóvenes que ya NO van a vivir mejor que la generación anterior. Asunto este que agudiza el individualismo juvenil y que prolonga el tiempo de no asunción de responsailidades. Es un mirarse al ombligo. Lo cual es bueno.
La historieta principal de este libro deliciosamente editado por Astiberri tiene esa idea como eco de fondo y redunda en el planteamiento dejando entrever que los protagonistas son más adorables sin madurar: "El día que dejes de dibujar al Pájaro Loco en la arena, dejaré de ser tu amiga". ¡Qué exquisita declaración de amor! Lo malo es que, al abandonar la playa, el mar se encarga de borrar al pájaro dibujado.
La vida te lleva por donde aparentemente no quieres ir.
Las otras historietas que completan este libro vuelven a la idea de la sociedad segregada que Kirk Kim parece conocer tan bien: 'Obstáculos' hace referencia a los que encuentra un coreano en los EE UU por razón de su origen. 'Arrancar' trata de cómo romper una relación amorosa que no va hacia ninguna parte. 'Súper sin plomo', de la incomunicación como destructora del amor. 'Entrevista con un humano' versa sobre las convicciones religiosas y su poder... No deja de ser sintomático que, bien por los protagonistas, bien por los temas escogidos, muchas de estas historias apunten hacia el desfogue autobiográfico (Kirk Kim tiñe de biografía casi toda su producción). De ahí que se entrevea la alusión al racismo, el miedo a la sexualidad, el problema de la incomunicación (que es germen de lo anterior). Su interés por apoyar la causa 'oriental' en los EE UU queda claro por su participación en el festival de Apature para dignificar el arte de los APA, los Asian Pacific American, en los EE UU.
Un gran tebeo, con edición preciosista (el estudio de Bartual no descansa, y fíjense en la rotulación de Cristina Ruiz) y con una baza poco reconocida: la formidable traducción de Diego García (o su lucha con el slang).
La última obra de Derek Kirk Kim, Healing Hands (por ahora sólo en internet), parece encarrilarse por las rutas de Adrian Tomine o Jaime Hernández, según han dicho algunos. Ojalá que no. Ojalá que siga desarrollando historietas a lo Swarte de Oliver Pikk, un personaje de sus 'otras historias' que nos ha encandilado.
Queremos disfrutar de esa pequeña diferencia que formulan sus 'otras historias'.
Ánimo, Kirk, hazlas.
La misma diferencia y otras historias, de Derek Kirk Kim
Astiberri: Sillón orejero, s/n.
Libro en rústica, 144 pp., b/n, 14 euros
Texto editorial:
"Nancy y Simon son dos jóvenes amigos. Un día deciden contarse una historia personal que han sido incapaces de asumir. Estas confidencias les llevarán a hacer un viaje que les permitirá reconsiderar su forma de enfocar la relación con los demás y enfrentarse a sus pequeñas cobardías. Historia iniciática sobre el paso a la edad adulta, La misma diferencia es la primera obra de Derek Kirk Kim, un joven autor rebosante de talento y unánimemente alabado por sus pares y por la crítica con motivo de la publicación de esta obra.
Ha ganado los tres premios más importantes que se conceden en los Estados Unidos: Harvey, Eisner e Ignatz.
Derek Kirk Kim nació en Kumi, Corea del Sur, en 1974 y se ha dedicado a escribir y dibujar cómics desde que tiene memoria de ello. Se trasladó a los estados Unidos a la edad de 8 años, tras la muerte de su padre. Estudió en la Academy of Art de San Francisco. Su primer libro publicado, La misma diferencia y otras historias obtuvo también una excelente acogida de los lectores. A pesar de su reputación de niño prodigio, Derek Kirk Kim es el clásico ejemplo del artista que ha trabajado en silencio durante años, sin llamar la atención sobre su trabajo hasta que, casi de la noche a la mañana, las cosas dieron un giro radical y empezó a recibir todo tipo de reconocimientos."
Astiberri: Sillón orejero, s/n.
Libro en rústica, 144 pp., b/n, 14 euros
Texto editorial:
"Nancy y Simon son dos jóvenes amigos. Un día deciden contarse una historia personal que han sido incapaces de asumir. Estas confidencias les llevarán a hacer un viaje que les permitirá reconsiderar su forma de enfocar la relación con los demás y enfrentarse a sus pequeñas cobardías. Historia iniciática sobre el paso a la edad adulta, La misma diferencia es la primera obra de Derek Kirk Kim, un joven autor rebosante de talento y unánimemente alabado por sus pares y por la crítica con motivo de la publicación de esta obra.
Ha ganado los tres premios más importantes que se conceden en los Estados Unidos: Harvey, Eisner e Ignatz.
Derek Kirk Kim nació en Kumi, Corea del Sur, en 1974 y se ha dedicado a escribir y dibujar cómics desde que tiene memoria de ello. Se trasladó a los estados Unidos a la edad de 8 años, tras la muerte de su padre. Estudió en la Academy of Art de San Francisco. Su primer libro publicado, La misma diferencia y otras historias obtuvo también una excelente acogida de los lectores. A pesar de su reputación de niño prodigio, Derek Kirk Kim es el clásico ejemplo del artista que ha trabajado en silencio durante años, sin llamar la atención sobre su trabajo hasta que, casi de la noche a la mañana, las cosas dieron un giro radical y empezó a recibir todo tipo de reconocimientos."
Vínculos.-
Sitio web del autor
Entrevista al autor
Entrevista de L.J. Doreseeau
Análisis de Shaenon Garrity
Discusión en The Web Comics Examiner
Reseña de Sharon Adarlo
Entrada en Wikipedia [que alguien edite esta entrada para añadir lo de Astiberri]
Sitio web del autor
Entrevista al autor
Entrevista de L.J. Doreseeau
Análisis de Shaenon Garrity
Discusión en The Web Comics Examiner
Reseña de Sharon Adarlo
Entrada en Wikipedia [que alguien edite esta entrada para añadir lo de Astiberri]
Reseña de Manuel Barrero. Tebeosfera recibió servicio de prensa de Astiberri.
No hay comentarios:
Publicar un comentario