viernes, 16 de septiembre de 2005

La serpiente roja, de H. Hino (La Cúpula)


Si alguien ha sabido representar las pesadillas mediante dibujos ese ha sido Hideshi Hino. Y no hablo de las pesadillas desde una óptica surrealista, que oblonga espacios y disturba la razon con envilecimientos ridículos y absurdos, me refiero a las pesadilla que generan asco y miedo. Las que aprietan el píloro. Esas pesadillas.

Hasta que, en los 1960, los manga se abrieron a contenidos adultos, el horror había sido invitado a los cómics japoneses únicamente para alertar a los jóvenes con demonios tradicionales o del folklore a veces con tono cómico. Ge Ge GE no Kitaró o Kaibutsu-kun son dos ejemplos al respecto que recordaba el especialista A. Moliné en "El terror en el manga" (El terror en el cómic, Comunicación Social. Ediciones y publicaciones, Sevilla, 2003, p. 241). Hideshi Hino, un autor nacido en 1947, vomitó a partir de entonces sobre el papel todas sus pesadillas / obsesiones, con las que agitaba la mente de los lectores pero también sus estómagos. Lo hizo con su primera obra, 'Sudor Frío', y lo siguió haciendo en 'El obsceno teatro de Hideshi Hino'.


Lo demoníaco y lo sobrenatural han sido habituales invitados en los manga de horror japoneses, generalmente para erigirse en temibles efigies de poder crudo que amenazan chicas, ciudades o mundos. En este caso no es así. En Hino lo sobrenatural tarda en manifestarse y en tomar cuerpo. Primero agrede con la inquietud que provoca el desconocimiento y luego se va adueñando de los miedos al tiempo que el lector se percata de que el horror ya estaba instalado en el domicilio de los protagonistas del manga. A la postre, cuando se manifiesta la serpiente roja del título, el asustado niño protagonista de este magnífico tebeo nos ha mostrado ya su vida horrorosa, en la que convive con una abuela y un padre dementes, con un abuelo obseso y con una hermana desequilibrada. Su madre es lo único que se conserva puro y bello. Y sobre ella se descarga todo el horror, convirtiendo el hogar inquietante en la sede del espanto insoportable.

Este horror, sugerente por incorporar elementos del floclor autóctono que a los occidentales nos resultan aún más sobrecogedores, ha influenciado a todos los demás autores del género que siguieron a Hino en el tiempo. A Kanako Inuki, a Minetaro Mochizuki, al aplaudido Suehiro Maruo o al muy leído y premiado Urasawa. Hino trabaja, además, con un blanco y negro impregnado de cierta untuosidad. Sus delicadas y meticulosas tramas confieren una textura a los ambientes que contribuyen al asfixiante tono pesadillesco. Pero sin duda lo mejor no es este grafismo que luego sería tan imitado en el underground occidental, lo mejor es la puesta en escena de elementos que o bien salen de una mente decididamente enferma o bien son obra de un creador de imaginación prodigiosa. Da verdadera lástima cuando, tras recorrer el océano negro de los huevos aullantes, se nos reconduce inevitablemente de nuevo a una estancia de la casa y se interrumpe la lectura con esa vuelta a la desasosegante realidad. Ocurre a los 10 minutos de haber comenzado la lectura debido a la ágil narrativa de Hino.

'La serpiente roja' es una obra breve pero intensa y redonda. Hino declara en el prólogo a este libro que su intención era producir en el lector un profundo desasosiego. Similar al que infiere una enfermedad. Lo logra haciendo uso de los elementos que a todos nos repugnan: el pus, los gusanos, las culebras, la deformidad, el parto y la sangre, la sangre, la sangre... De hecho, él mismo cuenta que cuando estaba sumido en la creación de esta pesadilla de papel, él mismo tuvo que acudir al médico porque sangraba por el ano por alguna sicosomática razón. No era para menos. Esta historieta produce verdadero miedo. Y eso que han pasado ya 22 años desde que apareció en Japón.

La serpiente roja, de Hideshi Hino. La Cúpula: Manga terror, s/n., Barcelona, 2005
Edición en rústica, con solapas, 18 X 13 cm., 192 págs., b/n, con sentido de lectura japonés. Por 7,95 euros.

Reseña de Manuel Barrero. Tebeosfera recibió servicio de prensa de La Cúpula.