La narrativa de Alan Moore se construye en muy buena medida por agregación de elementos culturales de toda índole, muchos de ellos extraídos de los medios populares (cine, prensa, literatura, ficción pulp, cómic, televisión). Entre estos elementos destaca la propia historia del medio historietístico, y en particular, en el caso de Moore, el turbio periodo de las campañas anticómic, volcadas hacia el control de los comic books estadounidenses durante las décadas, especialmente, de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado.
El mayor especialista en nuestro país, casi seguro, de ese triste periodo de la historia del cómic es Ignacio Fernández Sarasola, tal y como él mismo lo demuestra en su monumental obra El pueblo contra los cómics. Fernández Sarasola es también un buen conocedor del mundo de los tebeos y de los autores que lo componen. Uno de estos autores es precisamente el reputado guionista Alan Moore. Y así, en el enlace que presentamos a continuación, el profesor Sarasola ofrece una curiosísima exposición que relaciona determinados aspectos de la escenografía de Moore con otros tantos aspectos de aquel sórdido periodo.
Todo son campañas a favor de los cómics en Tebeosfera
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