Los profesores de instituto saben perfectamente que las materias científicas resultan poco simpáticas. Los alumnos se aburren de ellas porque resultan áridas… ¡Quién quiere ponerse a estudiar eso! Ponerse, esa es la cuestión. Incentivar. Hay que buscar un aliciente, algo que logre interesar a los estudiantes por aprender las materias menos gratas pero necesarias para completar su educación. Una de las fórmulas posibles es emplear cómics para motivar y hacer participar a los jóvenes en las aulas. Sobre todo, a la hora de comprender los conceptos más abstractos y para imbuirles el pensamiento crítico.
En este artículo, Blanca Mayor comenta algunas iniciativas que considera adecuadas para los fines propuestos, concretamente en las áreas de matemáticas, física, biotecnología y ecología. Son ejemplos que se han puesto en práctica con éxito y que sin duda aportarán ideas a otros profesores.
CÓMICS SOBRE CIENCIA PARA LAS AULAS
Tebeosfera. Con tebeos se aprende.
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