sábado, 24 de noviembre de 2012

LA NARRATIVA DE LA HISTORIETA


El estudio de la historieta como medio de comunicación se ha afrontado desde diversas perspectivas: sociológicas, históricas, biográficas, semánticas… Pero los teóricos que han intentado sistematizar el lenguaje del cómic lo han hecho siempre apoyándose en teorías narrativas de otros medios, equiparándolo a la literatura o el cine, y siempre muy pendientes del formato con el que ha llegado a los lectores. Esto ha supuesto una subordinación de la historieta como “arte menor” en el mejor de los casos, como mero entretenimiento infantil casi siempre, y que haya existido la necesidad de “elevar” su nivel en continuas comparaciones con otros medios mejor vistos mediante estratagemas comerciales que a la postre han sumido a la historieta en el gueto de lo fácil, lo chabacano, lo ridículo, lo irrisorio, lo inútil.
Manuel Barrero se ha atrevido a analizar la historieta como lenguaje dejando aparte el producto comercial. Se ha atrevido también a desechar (por refutables) teorías ampliamente establecidas y comúnmente aceptadas, y ha logrado establecer un sistema que permite el estudio de cualquier historieta, sea cual sea su tiempo, lugar o intención. Así es más fácil entender que deberíamos aceptar el cómic como un medio diferente de la literatura, a la que no debe estar subyugado, o del cine con el que solamente guarda un parentesco evolutivo, como también el potencial de este medio para comunicar cualquier historia, desde “simples” cuentos infantiles a elaborados relatos “para adultos”.
El texto que recuperamos, publicado previamente por la Universidad Autónoma Metropolitana de México, puede que resulte denso o complejo si lo comparamos con el común de artículos y ensayos que se refieren a la historieta; pero a veces es necesario profundizar en los temas que nos apasionan, ir más allá de la superficialidad de lo evidente para comprender que nos encontramos ante un medio fabuloso que no tiene nada de “menor”.

UN MODELO PARA LA COMPRENSIÓN DE LA HISTORIETA 
Tebeosfera. Profundizando en las viñetas.

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