viernes, 24 de febrero de 2006
Museo del humor en Londres
El día 20 de febrero de 2006 abrió sus puertas el The Cartoon Museum, un museo sobre cómics, humor gráfico y caricaturas que los medios locales han anunciado como el primero de su género en el Reino Unido.
Estas dependencias contienen originales de los más grandes dibujantes británicos: Rowlandson, Gillray, Carl Giles, Steve Bell, Dave Brown, Martin Rowson, Peter Brookes, Chris Riddell, Larry, Kipper Williams, Tony Husband, Nick Newman, MAC, Hunt Emerson, Sir David Low, Bruce Bairnsfather, hasta alcanzar los 250 chistes gráficos y tiras originales. Contando reproducciones, el museo dispone para el público 1.500 imágenes. Tambien se acumulan allí publicaciones como The Beano, Dandy, Topper y tebeos de toda índole, hasta completar los 3.000 volúmenes, además de libros, tarjetas, recortables y troquelados, etc. etc. Sin olvidar un apartado dedicado a la animación (incluso se imparten clases de iniciación a los dibujos animados).
Se halla abierto de martes a sábado, de 10:30 a 17:30, y cuesta verlo 2,5 libras a los mayores (los estudiantes y niños, gratis). El emplazamiento: la calle Russell Street, en el corazón de Londres, a tiro de piedra del Museo Británico. Este museo no recibe subvenciones públicas y es la cristalización de las intenciones del preexistente Cartoon Art Trust Museum (sito en 7 Brunswick Centre, Bernard Street), cuyos componentes eran los mismos que han fundado la presente dependencia. La comisaria de las exposiciones que habían venido montándose desde 1991 por esta fundación, Anita O'Brien, logró finalmente reubicar las obras en una dependencia mayor según se anunciaba ya hace un año, y como se aclara en el sitio web oficial de la fundación: www.cartooncentre.com
Lo sorprendente de esta noticia es cómo se ha difundido en nuestro país, al menos por el diario El Mundo (hoy día 24, en su sección Cultura). Colocan el titular "La capital británica estrena su primer museo del género" y se quedan tan panchos (no sin dejar de relacionarlo con la 'crisis de las viñetas de Mahoma').
Y digo sorprendente, por no decir indignante, porque la corresponsal redactora (Ana Romero) se empeña en destacar aspectos morbosos del medio humor gráfico. Principia por describir algunas viñetas que retratan a políticos en posturas comprometidas, subraya aspectos sicalípticos por encima de los meramente satíricos, y luego inquiere a la responsable del museo, Anita, sobre si publicaría ella las caricaturas de Mahoma. La pregunta está de más, por cuanto O'Brien no es editora de humor gráfico, pero es que fuerza la equivocación al señalar que las viñetas sobre políticos o Dios británicas son "para provocar risa" mientras que las viñetas sobre Mahoma danesas "su deseo es ofender".
Ah, acabáramos.
También destaca la periodista que acudió a la inauguración el duque de Edimburgo, "un hombre conocido por su amor por los chistes"
Ah, claro.
Por lo menos luego hay un bloque dedicado a recordar la influencia de Goya sobre los caricaturistas de su tiempo.
Fuentes: El Mundo, The Guardian, www.cartooncentre.com
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