lunes, 6 de febrero de 2006
Estado Mayor de EE UU contra una viñeta
En estos tiempos en los que las viñetas espolean la ira de toda una "civilización" asistimos atónicos a más brotes de indignación por practicar la sátira.
Ha ocurrido en los EE UU, con una viñeta del humorista gráfico del Washington Post Tom Toles, que el día 29 de enero del presente año satirió a Donald Rumsfeld frente a un soldado tullido queriendo significar así la distorsionada visión que los políticos tienen de las consecuencias de la guerra. La viñeta de Toles no sólo se publica en Washington, sino también en más de dos centenares de diarios de los Estados Unidos.
Por lo visto varios soldados que habían combatido en Oriente Medio escribieron al diario para protestar por aquella "burla al sufrimiento de los combatientes". Pero lo sorprendente es que se recibió una carta a los dos días (el día 31), que venía firmada por seis miembros del Estado Mayor de EEUU, donde se mostraban indignados por la sátira de Toles. La carta puede leerse pulsando aquí. El texto de la viñeta viene a decir: "Estoy anotando su condición como "Endurecido en la batalla" (al pie de la imagen viene otro texto, pero que pertenece a un chiste paralelo -o de continuación del anterior- algo que utilizan ciertos humoristas gráficos -por ejemplo, Faro- o historietistas -por ejemplo, muchos dibujantes de manga-).
En la carta del Estado Mayor se lee que los representante del ejército de los Estados Unidos están muy en desacuerdo con la publicación del cartoon del día 29, por usar a un soldado que valerosamente ha defendido a la patria para hacer mofa de un resultado de acción de guerra; y se pide respeto para el dolor de los combatientes. Por fortuna, en este caso no se pide muerte para el dibujante, ni que lo condenen siquiera. Lo que resulta sorprendente en esta ocasión es que todos esos generales y almirantes estampen su firma conjuntamente en un documento, algo bastante raro de ver en aquel país.
Y todo por una caricatura.
Estamos en los tiempos de las "caricaturas poderosas", al parecer.
Aunque el autor y el director del Washington Post hayan pedido perdón estamos en las mismas: el ejercicio de la sátira va dirigido a unos hechos concretos dignos de crítica y no a insultar a soldados, a desprestigiar cuerpos o minusvalorar actos heroicos.
Es que parece mentira que no se comprenda.
Texto de Manuel Barrero Fuente: Periodistadigital.com
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