Eco reverbera
Semana santa ésta y poco pródiga por lo que a la historieta se refiere: sin festivales habidos, sin polémicas que recordar, sin apenas otra cosa que algunas referencias remotas. En La 2 si hay, ahora, desde que llegó la Caffarel, en "Miradas". El miércoles, por ejemplo, se dio cuenta de la exposición que se celebra en el Norte, sobre lo de los Derechos Humanos, bonita, interesante y útil. Empero, estos dos viernes, con la cosa de la vacación, nos dejaron sin las entregas sobre humor e historieta en "La aventura del saber", tanto el viernes de Dolores como el Santo. Ya se conoce, como no hay ocio no hay saber. Pusieron las aventuras del joven Hércules en cambio. Pues "vueno".
En los papeles, menos cosa. Del 24 de marzo extraímos algo, en la separata The New York Times que los de El País tratan de traducir sin que se les atranque el ritmo salió una mención "cultural" a una viñeta de Superman, pero porque un tipo sin escrúpulos morales se dedica a emplear su fortuna en amasar arte. Se trata de Steven A. Cohen, corredor de bolsa de Wall Street, que ha pagado 18,7 millones de dólares por un Warhol de 1960 que lleva por título "Superman" y reproduce una viñeta de Swan, si no me equivoco. Más dinero del que verán juntos jamás los Siegel y Shuster que por el mundo hay repartidos. Ay, qué cosas tiene el Arte...
En el suplemento Tentaciones, también de El País, el jueves 24 de marzo apenas asomaron las viñetas. Digna de mención de "Historias de la noche" de Andrés Barzi, un habitual del espacio que dibuja cíclopes y cuya historieta es un divertimento, no más. Aquí juega con el espacio y convierte viñetas en resbalina.
Lo más destacado del jueves fue la reseña que se hizo en El Cultural, suplemento a modo de revista de El Mundo. En la sección "Letras" (p. 23), Darío Villanueva se atreve con la última novela de Umberto Eco; puede leerse un resumen en: http://www.elcultural.es/HTML/20050324/Letras/LETRAS11618.asp. Villanueva tilda a Eco de erudito posmoderno y de la obra destaca que el discurso narrativo de la obra se halla al servicio del "paratexto", o sea, de sus ilustraciones. Muchas de estas ilustraciones son alusivas a la historieta y al humor gráfico. Como todos sabemos ya, es vox populi, la historieta tiene una importancia capital en La misteriosa llama de la Reina Loana, que es el título de esta obra que aquí ha publicado Lumen con traducción de Helena Lozano (cuesta 24 euros la jodía). El título alude a una historieta de Jorge y Fernando (de Lyman Young, tiras de 08-I-1934 a 07-IV-1934) y el libro en sí es un retorno al pasado, a la propia identidad, y una recuperación de la ilusión por la fantasía y la belleza que se hace a través de lo icónico: objetos, la radio, cromos, libros, películas, tebeos (fumetti, en este caso), historietas, etc. Se trata, acertadamente, de una novela ilustrada, pues difícilmente podríamos imaginar ciertas reminiscencias o plácemes que describe Eco sin acudir a la imagen que rememora. Las cubiertas de los tebeos, libros y demás que aparecen reproducidos han sido acertadamente elegidas y demuestran que el calificativo de "erudito" que tiene Eco no es gratuito. Villanueva destaca del libro, para concluir, que la peor parte es aquella en la que "la enciclopedia mata a la narración" (la segunda parte, donde más imágenes se reproducen) y destaca sobre todo lo demás el leit motiv de la niebla, que él entiende como personaje. Desde luego el libro resulta interesante para los lectores de tebeos, pues sirve para demostrar que la cultura más florida se asienta sobre lecturas mil de paisajes que para aquellos que optaron por la Cultura, con mayúsculas, a veces resultan grotescos.