Los personajes humorísticos han servido siempre para presentar contenidos de aventuras en las revistas de historietas españolas. A veces el humor presidía y otra veces era la aventura la protagonista.
A finales de los cincuenta y principios de los sesenta la editorial madrileña Dólar recogió el testigo de la catalana Hispanoamericana en cuanto a la publicación en España de las grandes series de aventuras americanas. Ambas editoriales, sucesivamente, dominaron este mercado desde los años cuarenta, principalmente por medio de colecciones dedicadas a personajes fijos como Flash Gordon, Mandrake, El hombre enmascarado... Pero hubo pocas iniciativas, y fracasaron, dirigidas a la publicación de revistas variadas de aventuras.
Una de estas iniciativas, también fracasada, fue la revista Kikelin (titulada así por su protagonista humorístico y la firma chocolatera Kikelin), publicada por una empresa asturiana alejada de los grandes centros de producción tebeística de nuestro país (Barcelona, Madrid y Valencia).
Kikelin, revista poco conocida y mal catalogada hasta hoy, no alcanzó la veintena de ejemplares, pero en su interior se desarrollaron algunas de las mejores series británicas y americanas de esos años.
A finales de los cincuenta y principios de los sesenta la editorial madrileña Dólar recogió el testigo de la catalana Hispanoamericana en cuanto a la publicación en España de las grandes series de aventuras americanas. Ambas editoriales, sucesivamente, dominaron este mercado desde los años cuarenta, principalmente por medio de colecciones dedicadas a personajes fijos como Flash Gordon, Mandrake, El hombre enmascarado... Pero hubo pocas iniciativas, y fracasaron, dirigidas a la publicación de revistas variadas de aventuras.
Una de estas iniciativas, también fracasada, fue la revista Kikelin (titulada así por su protagonista humorístico y la firma chocolatera Kikelin), publicada por una empresa asturiana alejada de los grandes centros de producción tebeística de nuestro país (Barcelona, Madrid y Valencia).
Kikelin, revista poco conocida y mal catalogada hasta hoy, no alcanzó la veintena de ejemplares, pero en su interior se desarrollaron algunas de las mejores series británicas y americanas de esos años.
Tebeosfera. Desfaciendo entuertos catalográficos.
1 comentario:
Compraba la publicación en Barcelona. Era difícil de encontrar. Sin embargo, las historietas tenían excelentes dibujos. Llamaba la atención el formato, verticaly más grande que las colecciones habituales. Los últimos números que compré tenían un tamaño mucho menor, con las portadas en color.
Era una publicación muy interesante por las series que contenía, desconocidas en aquella época.
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