viernes, 22 de marzo de 2013

LA SAGA DE LA COSA DEL PANTANO

El castigo parece ser un buen comienzo para las historias.
Durante la edad de oro de los comic books muchas historietas concluían de forma similar, con un fin moldeado por los cánones y abrazado por los consumidores de relatos: el mal era castigado. El villano hallaba la horma de su zapato y esa ejemplaridad servía de consuelo al lector. También era así en las historias de horror, en las que el clímax del relato tenía lugar cuando el antagonista recibía un mal mayor, "bien merecido".
El tiempo y el fin de la modernidad -que trajo el fin de las historias tradicionales- han venido a demostrar que ni el villano termina siempre perdiendo ni los castigos son todos justos.



Un ejemplo extraño y sorprendente es el de Swamp Thing, o La Cosa del Pantano, un personaje surgido tras la muerte horrenda y "ejemplar" de un hombre en una historieta de horror. El castigo de aquel personaje fue convertirse en el horror mismo. Y el castigo de ese nuevo ser fue tener conciencia de su naturaleza. El argumento fue estirado durante bastante tiempo... hasta que llegó Alan Moore y reformuló la conciencia sobre el horror que ese personaje tenía, cambió las posturas del lector ante la serie que protagonizaba, y de camino transformó los cómics de su tiempo.

La Saga ha sido traducida casi al completo en España.

La ficha de Saga de Tebeosfera lo muestra.

Tebeosfera. Sin castigos.

1 comentario:

Ismael dijo...

Creo que fue el mes pasado que emitieron un documental sobre esa tribu que asusta a los más chomskistas. Lo comento apenas porque hasta hoy he podido leer varias reseñas y solo esta última, "En las montañas de la locura con Alan Moore: sexo, droga y horror...", me ha mostrado como ese tebeo refracta en posiciones lingüísticas. Y tengo la posibilidad de que me lo presten, pero hasta ahora no había sentido necesidad por leerlo; en cambio ahora...