La semana pasada hablamos del flujo continuo de imágenes y la dialéctica entre cine y cómic con el artículo de Gino Frezza, pero lo cierto es que algunos superhéroes han estado también en constante movimiento. Llevado por primera vez a un medio visual en 1943, Batman ha sido uno de los personajes más adaptados al cine. Precisamente, desde su primera aparición en 1939 Bob Kane, Bill Finger y Jerry Robinson configuraron su identidad lejos de la definición canónica del género, por ejemplo, al no concederle superpoderes, y estar fuertemente marcado por el traumático asesinato de sus padres. De este modo, esta complejidad inicial permitió ofrecer lecturas distintas, a veces complementarias o contrapuestas, de las motivaciones del hombre murciélago.
Desde este planteamiento, el crítico y docente Álvaro Pons revisa seis décadas de adaptaciones profundizando en su vinculación con la cultura popular, los seriales, el pop, la fantasía naif, el género detectivesco, o los tintes góticos y sombríos. A través de esta panorámica, el autor nos muestra la increíble flexibilidad del superhéroe, a la vez que rescata su esencia: aunque cada contexto le adjudica unas características diferentes, propuestas tan distintas entre sí como las de Adam West y Christian Bale, personifican el modelo icónico de la lucha del bien contra el mal.
BAJO EL DISFRAZ DE UN MURCIÉLAGO
LAS ADAPTACIONES CINEMATOGRÁFICAS DE BATMAN
Tebeosfera. Tebeos desde las sombras
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