La relación de la crítica con la obra de Francisco Ibáñez daría para mucha literatura (¿de terror, quizá?) pero, sin duda, es innegable que sus creaciones han traspasado el espacio primigenio de las viñetas para alojarse en la memoria colectiva, especialmente por lo que se refiere a Mortadelo y Filemón. Más que una cabecera de historieta, la pareja de la T.I.A. remite a un fenómeno sociológico que no parece debilitarse con el paso del tiempo. Ubicuos en medios de comunicación y en conversaciones casuales de la cotidianidad por igual, el dúo dinámico del espionaje atolondrado forma parte del relato biográfico de muchos españoles y es por ello que resulta estimulante encontrar un artículo con un acercamiento refrescante que los disponga en la palestra bajo una luz nueva.
Así, en el texto de hoy Ramón Sánchez Verdú trae bajo el brazo una propuesta de trabajo para las aulas de secundaria a partir de las andanzas y desventuras de este par de dos de la extinta Bruguera. Con un ojo puesto en la mejora de la motivación del alumnado (ese preciado cáliz que persiguen los docentes), nuestro articulista desgrana un alentador proceso metodológico que consiste en enseñar contenidos de Ciencias Sociales a partir del concepto de los GeoHenigmas, esto es, el recurso a acertijos conformados por contenidos de Geografía e Historia. Dichos misterios se plantean con la perspectiva de incentivar la iniciativa investigadora de los estudiantes (es lo contrario, pues, a darles la información ya masticada: una suerte de variación del flipped classroom), por lo que entra en juego un componente lúdico que se constituye como ruta inequívoca hacia la competencia de aprender a aprender. Es en este contexto, finalmente, que las viñetas de Ibáñez adoptan un papel esencial para espolear el deseo de los alumnos de averiguar por sí mismos gracias a la fórmula característica de humor total que abarca desde el slapstick hasta la farsa pasando por la sátira política y el gag visual.
Si les parece interesante, adéntrese sin demora y descifren el enigma de la didáctica:
Tebeosfera. Los tebeos, geografía de nuestra crónica sentimental.
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