Durante buena parte del siglo XX el prestigio (y el dinero) para los autores de cómic estaba en las tiras de prensa. Los comic-books eran considerados de un nivel artístico inferior y, aunque su nivel de ventas era muy elevado, no era comparable con el número de lectores que seguían, diariamente, las historias de sus personajes favoritos en los periódicos. Aunque en la década de los setenta, este panorama había cambiado de forma significativa, Stan Lee, siempre a la búsqueda de prestigio (y de dinero) era consciente de esta tradición y, por ese motivo, tenía un enorme interés en crear una versión en forma de tira de prensa de su personaje más popular en ese momento, Spider-man.
Diego Matos analiza en este artículo el proceso de adaptación del superhéroe marveliano por excelencia desde el comic-book al formato de tira de prensa, centrándose en las particularidades que supuso el cambio de medio para nuestro amistoso vecino arácnido.
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