miércoles, 22 de abril de 2015
EL GRAN RESCATE DE OESTERHELD
Cuando en España pasamos de una dictadura a una democracia hubo una rápida transformación de la cultura. En aquella apertura repentina recibimos un torrente de historieta inédita por estos lares, que pocos años antes hubiera sido imposible editar aquí. Entre los cómics y autores que fueron recuperados a partir de 1977 se encontraban los trabajos de Héctor Germán Oesterheld, cuya obra llegaba con veinte años de retraso. El público lector español de los setenta quizá no supo apreciar su trabajo en su justa medida (a lo cual hubiese contribuido una edición más cuidada y unas presentaciones escritas sobre el trasfondo político de sus guiones), teniendo que esperar otros treinta años para obtener una edición digna de algunas de sus creaciones.
El editor Alejandro M. Viturtia, uno de los encargados del rescate de su trabajo en el siglo XXI, publicó en 2002 en la revista Yellow Kid el presente repaso a su trayectoria para valorar su calidad como guionista, su capacidad de conectar con el gran público, su humanismo y su implicación política (que supuso su secuestro y asesinato).
HÉCTOR G. OESTERHELD: EL HOMBRE QUE CONTABA HISTORIAS Y EDITABA TEBEOS
Tebeosfera. Hacer historietas
lunes, 20 de abril de 2015
LAS OTRAS CRÓNICAS DE GUERRA. ERNIE PIKE
Resulta paradójica la guerra porque es un acontecimiento crítico en la historia que significa la culminación de todo conflicto: el choque violento. Pero lo que nos apasiona de la guerra convertida en ficción son las historias de humanidad, eso que la belicosidad borra de las personas. Ernie Pike, el personaje de Oesterheld, como algunas otras de sus creaciones, actuaba como testigo. Era un narrador omnisciente -era el mismo guionista- que buscaba en los intersticios del relato esas historias desacralizadoras del acto heroico: los gestos de conmiseración, el altruismo, la bondad entre enemigos, los actos de piedad.
Con Ernie Pike asistimos a la otra cara de la guerra, a la necesidad de paz que exige la reivindicación de lo humano. Hugo Montero hizo un análisis certero de los márgenes de la guerra en la historieta de este gran guionista en el libro Oesterheld. Viñetas y revolución (Sudestada, 2014), texto que por su gran interés rescatamos en el presente especial de Tebeosfera sobre historieta latinoamericana con el permiso de su autor.
LA ÚLTIMA BATALLA DE ERNIE PIKE
Tebeosfera. En guerra contra las guerras.
miércoles, 15 de abril de 2015
UN PÓSTER VACÍO QUE MIRA A LA NADA
El rescate de textos es realmente valioso cuando se trata de documentos que fueron destinados a complementar tebeos y solo pudieron leerse en aquellas ediciones impresas. Extraídos de allí y encajados en un cuerpo documental compactado, como el que estamos ofreciendo en Tebeosfera en estos meses sobre la historieta latinoamericana, el texto adquiere un nuevo valor y se disfruta como si fuese nuevo.
Eso ocurre con los excelentes trabajos teóricos que realizó Fernando Ariel García para la nueva edición que Doedytores hizo de Ché (historieta de HGO y los Breccia). En 2008 pudo publicar, a modo de epílogo, una entrevista a Enrique Breccia, dibujante que contaba 22 años cuando abordó la realización gráfica de esta biografía con su padre siendo poco afín al socialismo pero admirador confeso del ejemplo militante de Ernesto Guevara:
EL HOMBRE QUE DIBUJÓ AL CHE
El otro texto que recuperamos sobre esta misma figura y obra, también escrito por García, fue el prólogo al mismo libro. Aquí, el teórico argentino reflexiona sobre la figura del Ché pasados cuarenta años, planteándose muchas preguntas y recordándonos el proceso de producción de esta obra y el de su edición, que cambiarían el propósito inicial de los autores. Un excelente texto sobre una figura que no ha dejado nunca de ser mito:
EL QUE LUCHA PARA VENCER
Ambos documentos fueron reeditados por Doedytores con igual título y contenidos en un tebeo homónimo en 2011.
Tebeosfera. Luchadores no vencidos.
jueves, 9 de abril de 2015
EL LUCHADOR CHE
El "Ché" es todo un mito. Hoy es más una imagen silueteada en
una camiseta que un guerrero que luchó en varias revoluciones populares.
Fue un hombre leído, un lobo solitario, un mercenario brutal, un
libertador también. Todo ello. Fue el último símbolo del idealismo
batallador. Tras su rumbo de balas y sangre el mundo cambió y hoy ya no
puede volver a ser el de antes, porque ya no habrá guerreros como él:
solo profesionales atormentados por la muerte, solo verdugos enfermados
con la sangre.
La historieta narró su vida pronto, con
su cadáver aún caliente, en 1968. Oesterheld estaba ideológicamente
cerca de la militancia de Ernesto Guevara, y los Breccia (fue una obra
dibujada a cuatro manos, por el padre y el hijo) dieron con el correcto
tono expresionista a la hora de llevar su vida a viñetas.
Abraham García nos recordaba la importancia de esta obra en el artículo que publicó en el número 3 de la revista Yellow Kid en 2002. Lo rescatamos aquí para todos los
interesados en el personaje y en la obra:
Tebeosfera. De revoluciones y hombres.
lunes, 6 de abril de 2015
TESTIGO DE LOS HOMBRES
Mort Cinder heredó de Sherlock Time el gesto y de Sherlock
Holmes la seguridad grave del que casi todo lo sabe o lo intuye. Es
seductor suponer que Ezra Winston, siguiendo la lógica comparativa,
heredó de Watson (el acompañante de Holmes) la tranquilidad ingenua. O
así nos lo parecía sobre el papel amarillento de la revista Misterix, en
el que fueron desgranándose las experiencias de Mort Cinder, una serie
revolucionaria en la que un anticuario y un ignoto testigo del tiempo
nos contaban que la historia se construía con mitos y relatos referidos,
pero que la realidad estaba tejida con desesperanza y angustia.
Al
igual que los héroes de ficción y sus acompañantes iban mudándose y
reconstruyéndose a lo largo del siglo XX, la aventura se fue descifrando
con otras claves, como lo demostraron Oesterheld y Breccia en una de
las series más importantes de la historia de la historieta.
Para
certificarlo, rescatamos aquí el texto escrito por el editor Alejandro
M. Viturtia para la más ambiciosa edición española de esta obra:
Tebeosfera. El tiempo de los clásicos.
viernes, 3 de abril de 2015
HISTORIETA Y LITERATURA
El viejo debate. Cuando la historieta nació no lo hizo como
esqueje literario, sino con otro afán, un afán liberador: en alas de la
imagen escapaba de la cárcel textual.
Desde una pose intelectual nos hemos obstinado en ligar exclusivamente la cultura a los textos literarios, cuando ha quedado demostrado, tras más de dos siglos de evolución de los medios de comunicación híbridos, que la cultura usa hoy la imagen como vehículo. La población -la ciudadanía- ya no lee. Va al cine. Ve la tele. Deglute series en su tableta. Pero no lee.
Los vínculos más poderosos entre historieta y literatura son innegables, claro está. Por un lado parece obvio que el acceso a la lectura es más fácil para los niños si va acompañado con imágenes y de ahí la proliferación de libros muy ilustrados, y los tebeos pueden cumplir con esa función también. Por otro lado, la historieta es un medio que admite las adaptaciones literarias (al igual que el cine) si bien lo que resulta no es un texto literario, es una historieta con una sustancia diferente a la de un relato novelado.
Del
presente documento que rescatamos en Tebeosfera, lo interesante es el
testimonio de Norberto Buscaglia, que nos recuerda cómo fue su
colaboración con Alberto Breccia para adaptar algunos textos literarios a
la historieta (Sábato, Lovecraft y otros).
Tebeosfera. Testimonios de la historieta.