«Llegó a mí franqueando una puerta.Así comenzaba el último texto que Oesterheld entregó a Breccia para intentar reanudar la obra Mort Cinder, una de las cimas de la historieta mundial de todos los tiempos.
No una puerta como todas, de esas que te traen el sol de la calle o te juntan con la gente o te cierran con llave el mundo.
La puerta que abrió Mort Cinder para llegar hasta mí fue una tumba.»
Un texto cargado de alusiones, porque esta historieta sobre la crueldad del tiempo y la miseria humana había sido ejecutada mientras la muerte rondaba a la esposa de Breccia y cuando la indigencia se había instalado en su hogar.
Oesterheld fue secuestrado y asesinado por la dictadura argentina. Breccia jamás llegó a terminar Mort Cinder. Y el texto terminaba así:
«Mort Cinder es quizá esa vida que quedó incrustada en la materia inerte (nunca diré muerta) de las cosas.Pedro F. Navarro intenta describírnoslo en este estupendo artículo:
Y digo quizá porque ni yo, que viví tanto con él, sabría decir quién es Mort Cinder.»
MORT CINDER: EL PASADO RESPIRA
Tebeosfera. Joyas recuperadas.
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